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Recuperar la historia del agua

PILAR BLÁZQUEZ

Paseo de novios por la Alhambra de Granada. Suspiro romántico al pasar por delante de los antiguos baños árabes del recinto. '¿Te imaginas esto funcionando ahora?'. En aquel momento de hace más de 12 años, José María García y su novia Maritxu no se imaginaron que aquel comentario iba a transformar sus vidas. 'Ni siquiera pensábamos en montar una empresa, pero cuando comentamos la idea a nuestros amigos, todo el mundo nos animó', explica José María García, actual propietario de Grupo Al-Andalus.

Era una buena idea en el momento adecuado. El Ayuntamiento de Granada y la Junta de Andalucía buscaban proyectos para retener a los turistas que hasta entonces se limitaban a visitar la Alhambra, por lo que la recuperación de los baños árabes les sonó a música celestial. Tanto, que casi les pusieron las subvenciones en bandeja.

La empresa adapta los baños árabes tradicionales al gusto español

Al principio, todo parecía muy fácil. José María y Maritxu viajaron por todos los países del Mediterráneo en busca de modelos. 'Ahora lo del agua, parece lo más normal. Pero en aquella época los spa no se habían popularizado y la idea sonaba a sauna, en la peor de sus acepciones', recuerda José María García. Tomaron lo mejor de cada casa y lo adaptaron al gusto español. Frente a la austeridad de los baños turcos, apostaron por una recargada decoración estilo Alhambra. También introdujeron la aromaterapia porque en España está asociada al relax. Y, además de las piscinas de agua fría y caliente, no podían faltar los masajes.

Durante esa etapa, se enamoraron perdidamente de su idea. 'Quizá demasiado', comentan. No es de extrañar, porque lo que les ocurrió hubiera hecho abandonar a más de uno. Compraron una casa vieja a los pies de la Alhambra, en la orilla derecha del río Narro, una zona que en aquella época era un suburbio. Era barata y el arquitecto les aseguró que era estupenda para su proyecto. Lo que ocurrió después parece la versión española de Esta casa es una ruina.

'El presupuesto de 40 millones de pesetas (240.000 euros) se disparó a 180 millones de pesetas (1,08 millones de euros). No teníamos ni idea de nada y nos dieron palos por todos lados. El arquitecto nos engañó, ni siquiera visitó la casa para darse cuenta de que era de adobe y no de ladrillo', recuerda José María García. Cuando la obra estaba casi terminada se derrumbó parcialmente. Tuvieron que recurrir a una 'ampliación de capital de andar por casa', porque el dinero lo consiguieron a base de pequeñas aportaciones tras movilizar a amigos y familiares.

Los problemas iniciales con los suministradores casi matan la idea

El sufrimiento mereció la pena. En el mes de agosto de 1998 abrió Baños Árabes en Granada. Eran los primeros de este tipo desde la época de los Reyes Católicos, así que la noticia tuvo eco en los telediarios nacionales. Al día siguiente, había cola de turistas en la puerta. 'Fue genial. Tanto, que nos em-borrachamos de éxito y empezamos a pensar en ampliar el negocio. Ese fue el peor de los errores', asegura.

Compraron las casas de alrededor con el objetivo de hacer un hotel y un negocio de fisioterapia. Además, crearon un empresa de limpieza, otra de actividades lúdicas, catering, tetería... Todo un emporio que no funcionó. 'Unos años después nos dimos cuenta de que estábamos descuidando el corazón del negocio', reconoce García. Desde entonces, se centraron exclusivamente en los baños, que actualmente tienen sucursales en Córdoba y Madrid. Y están a punto de inaugurar más en Málaga y Toledo. De los antiguos negocios sólo queda una tetería en Granada y los restaurantes de Madrid y Córdoba (este último de gestión externa).

Para un futuro cercano están buscando locales en Valencia, Zaragoza y Lisboa, y se muestran dispuestos a franquiciar la idea. 'Nos llama mucha gente, pero cuando les decimos que la inversión es de dos millones de euros, se despiden amablemente', reconocen. Tampoco les importa. Sus esfuerzos se centran en idear actividades para hacer la visita más atractiva y desde que comenzó la crisis han agudizado el ingenio para diseñar todo tipo de ofertas.

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