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La reinvención del mueble de cocina

La crisis ha obligado a replantear el modelo de negocio tradicional

PILAR BLÁZQUEZ

En las guerras, los objetivos se llevan los titulares, y en escasas ocasiones los daños colaterales ocupan algún espacio en los informativos. En esta crisis está ocurriendo algo parecido con el sector de los muebles. Apenas se comenta que ha sido uno de los grandes afectados por la crisis. Si no hay casas, tampoco se necesitan muebles. Las ventas han caído en picado. 'En los años buenos, una tienda de cocinas vendía una media de unas 150 al día. Ahora, no más de cinco a la semana', comenta Arnaldo Urrutia, fundador de Cocinas.com.

Él vio venir los nubarrones y en lugar de esperar a que arreciara la tormenta comenzó a diseñarse un paraguas. 'En plena crisis es absurdo mantener el modelo de negocio exclusivista de cocinas personalizadas y carísimas. Una estandarización como la que se dio en el sector de la moda hace años y bajar los precios podría ser una alternativa', pensó Urrutia.

La idea no era original suya. La había visto en un feria especializada del sector que se celebró en China en 2003 en la que además comercializaban los muebles por internet. Pero ¿quién quiere cambiar las cosas cuando todo va bien?

Fue en 2009, al comenzar a caer las ventas, cuando Urrutia decidió rescatarla del cajón. Partió de su negocio tradicional: tres empresas (Logisiete, Indukit y Annual), cada una de ellas especializadas en construir una parte de los muebles de cocina.

Durante 20 años se habían dedicado a fabricar los muebles que diseñaban decenas de marcas con las que trabajaba, que luego distribuían otras empresas encargadas de la logística y vendían las tiendas finalistas. 'Era muy difícil hacerse con unos muebles de calidad por menos de 9.000 euros', explica Arnaldo Urrutia.

La empresa ha establecido alianzas internacionales para abaratar precios

Así que este empresario logroñés comenzó a tirar del hilo de aquella información recopilada en China. Localizó a un grupo internacional de fabricantes de muebles que se habían unido entorno a Kitchen.com. 'Ellos nos ofrecen compartir unos proveedores comunes, con diseños básicos que abaratan los precios. Además, nos proporcionaron los conocimientos para la nueva forma de comercializar', explica el fundador de la versión española de esta empresa.

Los proveedores comunes les permiten obtener precios más baratos, y con la comercialización se han desprendido de todos los intermediarios. Ahora el producto sale de sus fábricas con destino a la de los propietarios. 'Así, por unos 1.200 euros se puede amueblar la cocina con calidad', explica. Eso sí, hay un pequeño truco: el montaje corre por cuenta del comprador. Es decir, aunque ellos rechazan la comparación, es una versión de lo que hace la multinacional Ikea. 'No tiene nada que ver. Nuestros muebles son de calidad y el montaje está guiado por los vídeos de nuestra web e incluso se pueden contratar a parte', se defiende Urrutia.

En cuanto a la comercialización, conscientes de que en España el canal web es complicado (aunque en lo que va de año han vendido nueve cocinas directamente), también ofrecen la posibilidad de ver y tocar los muebles en tiendas expositoras. La entrega, en cualquier caso, no supera los cinco días.

'Desde que lanzamos el negocio en 2010, muchos colegas del sector han querido franquiciarlo', aseguran. Eso ha llevado su marca por toda España e incluso a Francia o a Jordania.

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