Este artículo se publicó hace 13 años.
Los republicanos compiten en precampaña con rebajas de impuestos y guiños a ricos
Los aspirantes a la candidatura presidencial republicana en EEUU buscan seducir a sus propios votantes con planes para rebajar los impuestos, pero especialmente a los más ricos y a las empresas, con la eliminación de tasas que gravan el patrimonio, el capital y la inversión.
Aunque los aspirantes, de orígenes y tendencias diversas, tienen planteamientos muy dispares en otros ámbitos, en materia fiscal todos coinciden en su defensa de políticas tradicionalmente conservadoras, basadas en reducir la carga impositiva del ciudadano y de los empresarios.
En consecuencia, también todos rechazan frontalmente el plan para crear empleos del presidente de EEUU, Barack Obama, que incluye eliminar las desgravaciones a los más ricos que introdujo su predecesor, George W. Bush, y sustituirlas por un aumento del 5,6 % en los impuestos de los que ganan más de un millón de dólares al año.
Algunos candidatos como el empresario Herman Cain, el gobernador de Texas, Rick Perry, y el exgobernador de Massachusetts Mitt Romney están dando bastante espacio en la precampaña a divulgar sus planes fiscales, presentándolos como la mejor opción para estimular la economía y el empleo.
Con una economía que no crece lo suficiente y un alto desempleo que se mantiene por encima del 9 % desde abril, todos son conscientes de que los votantes van a apoyar al que mejores y más sólidas soluciones ofrezca para salir del letargo.
Cain, de raza negra y expropietario de una cadena de pizzerías, propone una fórmula bautizada como "9-9-9", en sus palabras "simple, neutral y eficiente", y que contempla reemplazar el sistema impositivo variable actual, que tiene una tarifa máxima del 35 %, por una tasa fija del 9 % sobre la renta, las ventas y las empresas.
Perry, que cuenta con el respaldo del multimillonario Steve Forbes, promete por su parte un descenso del impuesto a las empresas y asalariados hasta una tasa fija del 20 %, así como cancelar las tasas sobre las sucesiones y los ingresos procedentes de inversiones de capital.
La peculiaridad del plan del gobernador de Texas es que el contribuyente podría escoger entre la nueva tasa fija o su tasa actual, lo que supone un claro guiño a las rentas de mayores ingresos, según los analistas.
Mientras, Romney pretende con un plan que prevé recortes fiscales por 6,6 billones de dólares eliminar los impuestos sobre los intereses, dividendos y ganancias del capital, así como el del patrimonio, y rebajar los que pagan las empresas hasta el 25 %, para "simplificar" el sistema e incentivar la inversión.
En la misma línea, el exgobernador de Utah Jon Huntsman aboga también por un impuesto del 25 % para las sociedades, otro sobre la renta con tasas variables (8, 14 y 23 %) y cero gravámenes sobre el capital y los dividendos.
Y Newt Gingrich, expresidente de la Cámara de Representantes, plantea una tasa fija impositiva del 15 %, pero opcional al igual que Perry, y una del 12 % para las empresas.
El legislador de Texas Ron Paul también es partidario de prescindir "por completo" de todos los gravámenes sobre el capital, lo que se compensaría con recortes en el "gasto masivo" en el presupuesto federal, algo en lo que están de acuerdo los demás aspirantes.
Michelle Bachmann, congresista por Minesota, ha insistido en que "todos" los estadounidenses, incluso los de ingresos más bajos, deben pagar algún tipo de impuesto, y Rick Santorum, exsenador de Pensilvania, no es partidario de una tarifa fija, sino de reducir las que hay y llevar a cero la de las empresas, para crear empleos "que se van a China o México".
Ni Bachmann ni Santorum han presentado todavía sus planes fiscales en detalle.
Treinta de las 280 mayores empresas de EEUU, entre ellas General Electric, Verizon y Boeing, no pagaron impuestos sobre sus ingresos en los últimos tres ejercicios fiscales, según un informe divulgado este jueves por el colectivo Citizens for Tax Justice.
Otro informe dado a conocer la semana pasada y elaborado por la Oficina de Presupuestos del Congreso, un órgano no partidista, reveló que los estadounidenses más ricos casi triplicaron sus ingresos entre 1979 y 2007, mientras que los de las clases medias crecieron un 40 % y los de los hogares más pobres apenas un 18 %.
Warren Buffett, el tercer hombre más rico del mundo según la revista Forbes, ha contado que su secretaria paga más porcentaje de impuestos que él y en agosto pidió que EEUU deje de "mimar" a los más adinerados, al instar a que aumente la presión fiscal sobre los millonarios.
Miriam Burgués
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