El regreso de cientos de habitantes de Kolontár a su aldea evacuada se retrasará "por unos días más", ya que para terminar el dique de contención contra un posible nuevo vertido tóxico habrá que derrumbar algunas casas del pueblo, informó hoy Protección Civil de Hungría.

Según dijo a Efe la portavoz de Protección Civil, Györgyi Tüttös, el derrumbe de casas levantará mucho polvo, lo que podría crear problemas de salud debido a la contaminación existente en la zona.

Kolontár, en el oeste de Hungría, fue el poblado más afectado por el derrame del "barro rojo", una sustancia tóxica procedente de una cercana fábrica de aluminio.

Las autoridades hicieron ayer obligatorio el uso de mascarillas y gafas protectoras a los que trabajan en las obras de reconstrucción, ya que debido al buen tiempo, sin lluvias, se incrementó en los últimos días el polvo tóxico en el aire.

El dique de contención que se está construyendo para desviar una posible segunda riada está por ser concluido hoy.

El muro de unos 1.500 metros de largo, tendrá una anchura de 25 metros y cinco de altura. En total estará compuesto por unas 40.000 toneladas de rocas.

Las autoridades húngaras dan por seguro un segundo vertido, aunque el "barro rojo" que queda en la represa es menos líquido y su movilidad sería sólo de unos mil metros.

En lo que se refiere a las grietas detectadas en el muro norte del dique de la represa accidentada, Tüttös explicó que "no hay cambios", o sea que éstas no han aumentado desde ya hace días.

Mientras, ayer aumentó a 8 el número de muertos a raíz de la catástrofe medioambiental de hace una semana, que causó 150 heridos, de los cuales unos 50 todavía se encuentran hospitalizados en diferentes instituciones del país.

Hoy el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, visitará la ciudad de Pécs, al sur de Hungría, donde se entrevistará con el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, y se espera que también tratarán en tema de la catástrofe.