Este artículo se publicó hace 14 años.
El riesgo de que un niño nazca muerto es mayor con inseminación
Las mujeres que se quedan embarazadas gracias a una fertilización in vitro (FIV) o a través de una inyección de esperma intracitoplasmática (ICSI) tienen un mayor riesgo de que el bebé nazca muerto, según hallaron los científicos, aunque el peligro en general sigue siendo pequeño.
Científicos del Hospital Universitario Aarhus en Dinamarca estudió 20.000 embarazos de un solo feto y determinaron que el riesgo de que el bebé naciera muerto se incrementaba por cuatro en las mujeres que se habían sometido a una FIV o una ICSI en comparación con las que concibieron de forma natural.
"Los resultados de nuestro estudio enfatizan la necesidad de un seguimiento continuo del resultado de los tratamientos de fertilidad de forma que la información dada a las parejas infértiles que buscan tratamiento se pueda adecuar a sus circunstancias individuales", dijo Kirsten Wisborg, que dirigió el estudio, en la edición del miércoles de la revista Human Reproduction.
No obstante, precisó que el riesgo de que el niño naciera muerto aún era muy bajo para los embarazos por IVF e ICSI. La tasa tras una FIV-ICSI fue de 16,2 por 1.000, frente a los 3,7 por 1.000 en las parejas que concibieron sin ayuda médica.
Los científicos dijeron que no estaba claro si el mayor riesgo se debía al tratamiento de fertilidad o a factores desconocidos específicos de las parejas que se sometieron a FIV o ICSI.
La FIV supone la fertilización de un óvulo por parte de espermatozoides en un laboratorio. En la ICSI, el óvulo sólo recibe un espermatozoide.
Alison McTavish, secretaria de la Sociedad Británica de Fertilidad, indicó que era importante enfatizar "que este estudio muestra que el riesgo de el bebé nazca muerto tras un tratamiento de fertilidad sigue siendo extremadamente bajo y la mayoría de las personas que han tenido un hijo con el tratamiento FIV/ICSI han tenido un bebé sano".
Previamente los médicos pensaban que el mayor riesgo de que el bebé nazca muerto o la posibilidad de tener peores resultados tenía que ver con la infertilidad subyacente de las parejas.
Pero el estudio de Wisborg determinó que las parejas fértiles que concibieron tras intentarlo en un periodo de un año, y las denominadas "subfértiles", a las que les llevó más de 12 meses, tenían riesgos similares entre sí.
"Esto puede indicar que el mayor riesgo de niños muertos al nacer no se explica por la infertilidad sino por otros factores, aún no explicados, como la tecnología utilizada en la FIV y la ICSI o una diferencia fisiológica en las parejas que lo requieren", escribió Wisborg.
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