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Sabina: "Rubalcaba es la mejor cabeza del socialismo y un mal menor"

El cantante vive un verano hiperactivo: prepara un disco con Serrat vía Internet mientras en Madrid comienzan los ensayos de Más de cien mentiras', el musical basado en sus canciones que se estrena en octubre

JESÚS MIGUEL MARCOS

En un concurso para ser Dios, Sabina estaría, como mínimo, entre los finalistas. La adoración ciega que le profesan miles de fans (o sabineros) es una de sus bazas. Desde ayer, ya puede presumir de otra cualidad sobrenatural: el don de la bilocación. El Sabina de carne y hueso charlaba con Público desde Rota, donde trabaja, Skype mediante, en un disco con Serrat. El otro Sabina, a esa misma hora pero en una nave de Matadero Madrid, tomaba el cuerpo del actor Juan Pablo di Pace para cantar Tan joven y tan viejo, canción autobiográfica del año 1996: 'Así crecí volando / y volé tan deprisa / que hasta mi propia sombra / de vista me perdió'. A finales de año, el primer Sabina sacará disco con Serrat. En ese momento, el segundo Sabina sobrevolará Más de cien mentiras, el musical basado en sus canciones, que no autobiográfico que se estrenará en octubre en Madrid.

Ha tardado años en decir que sí al musical. ¿Por qué?

El productor José María Cámara me habló de ello ya hace diez años... Por aquel entonces, no había esta fiebre de musicales que hay ahora en Madrid. Yo estaba de gira y haciendo discos, y lo del musical me parecía como una cosa póstuma. Pero insistió mucho, fui conociendo a los guionistas Como vi que entendían mis canciones, al final les di el visto bueno, después de escuchar dos veces el plan que tenían y de hacer una lectura del guion. Además, también lo hice por mi amistad con José María Cámara.

'Tengo muy mal recuerdo de cuando se cerraban teatros para hacer bingos'

Se quedó sin motivos para negarse

Yo no soy muy riguroso en estas cosas. En realidad, cuando le decía que no, no sabía muy bien por qué lo decía, y cuando dije que sí tampoco. Lo que sí me convencía era el hecho de contribuir a hacer una especie de Broadway en Madrid, con esta oleada de musicales que está habiendo. Tengo muy mal recuerdo de cuando se cerraban teatros para hacer bingos y colaborar a que eso no ocurra está bien. Pero estoy bastante desvinculado de lo que han hecho. Ni siquiera he visto el resultado final. Lo autoricé, y de buena gana. Tampoco me importa que cojan 25 canciones para que se queden en la memoria colectiva. Si además las cantan mejor que yo

Nunca ha visto un musical. ¿Por qué ese desinterés?

No lo sé. Ni siquiera voy al teatro. Me echaron del teatro los stanislavskys y la vanguardia, con los actores en bolas, dándose azotes en el escenario me parecía una cosa un poco anacrónica. Tampoco he ido nunca a la ópera.

'Me echaron del teatro los ‘stanislavskys’, con los actores en bolas, dándose azotes'

¿Ni siquiera cuando vivió en Londres?

Allí a los musicales iban los turistas que venían de España, con el billete de avión y la entrada del musical comprada. A mí me gustaba el teatro de la calle de Portobello Road, el Londres de los primeros okupas y los últimos hippies. Eso sí que era divertido.

Quizá le echó atrás que los musicales, muchas veces, presentan visiones fantasiosas y edulcoradas de la vida...

En eso sí que he influido. La puesta en escena es un bar con putas, borrachos, viejos y ex presidiarios, un entorno que tiene mucho que ver conmigo. Eso aporta algo al género del musical. Además, para mí el referente no es Broadway ni el West End, sino Buenos Aires. Allí los teatros estaban llenos en plena hiperinflación en la etapa final de Alfonsín. Cuando me dijeron que el musical también se iba a hacer en Buenos Aires, con el amor que le tengo a la ciudad, me emocioné.

¿En qué ha consistido su trabajo de supervisión del musical?

No he participado mucho. Sólo dos reuniones: una para conocer a la gente que lo iba a hacer y darme cuenta que era gente que lo iba a hacer en serio; y la segunda, para oír una primera redacción del guion, que es divertido, bonito y bien dialogado. Con la selección de canciones estuve de acuerdo.

'Escribiendo el disco he descubierto el Skype: ¡Serrat me da órdenes por Skype!'

¿Impuso alguna directriz respecto al repertorio?

No, tan solo daba mi opinión durante la lectura del guion, que no es en absoluto autobiográfico, pero sí tiene una puesta en escena que me es afín: la historia que sucede entre el dueño de un bar y una de las putas que lo frecuentan.

¿Conocía a David Serrano, el director y co-guionista?

Sí, me gustaban algunos de sus guiones. Cenamos un día y vi que pensábamos en los mismos términos. Siempre fue muy respetuoso y receptivo.

¿Cree que el argumento del musical puede aportar algo nuevo a sus canciones?

Pues eso habrá que esperar para saberlo, porque no he revisado las últimas versiones. Confío mucho en los guionistas, pero las canciones se presentarán de forma más asequible. Me enviaron el disco el otro día, pero no lo he querido oír. Estoy metido en el disco con Serrat y no quiero que me influya esta cosa más middle of the road que es un musical.

¿Y cómo va ese disco con Serrat?

Bueno, estamos en el período más emocionante: escribiendo las canciones. Yo he estado una semana en Menorca, que es donde veranea él, y luego él ha venido otra semana a Rota. Escribiendo este disco he descubierto, yo que soy analfabeto de internet, el Skype. ¡Serrat me da órdenes por Skype!

'La señora con mantilla del corpus de Toledo me asusta porque me devuelve a mis ocho años'

¿Cómo se las apañan?

Hay de todo: yo le mando letras, él me manda otras, yo le canto, el está con la guitarra del otro lado es todo un proceso. Él es muchísimo más trabajador que yo. De pronto, te enseña seis canciones en una maqueta. Yo soy más primario, artesanal y rápido. Le mando una letra y él me la devuelve cantada. Y siempre desde el respeto. Yo le tengo mucho respeto: piensa que cuando él estaba de gira con el disco Mediterráneo, a principios de los setenta, yo cantaba esas canciones en el metro de Londres.

Últimamente busca apoyos para hacer las canciones. ¿Por qué?

Eso ha sido siempre, hasta en mis primeros discos. Yo me iba a Lanzarote o a Hierro y siempre me llevaba a alguien, un sparring. En 19 días y 500 noches, a un amigo que murió el año pasado, Antonio Oliver, lo tenía siempre al lado. Con Benja [Benjamín Prado, con el que escribió su último disco] el proceso avanzó bastante porque el escribió mucho, pero solo las letras. Con Serrat son las letras y las músicas.

¿De qué habla la última canción que ha escrito?

Imagínate, se llama 15 o 20 copas (risas)

En su momento saludó con entusiasmo al 15-M, ¿cómo ve la evolución del movimiento?

Hoy estoy absolutamente decepcionado porque el papa nos ha metido 5 a 0. Estoy ya que no sé qué pensar. Me ha parecido absolutamente obsceno esa utilización de chavalitos y chavalitas de 20 años, rodeados de monjitas y confesionarios. Algo tan íntimo como una confesión, ¿se puede hacer en 200 confesionarios en mitad del Retiro?

'A mí me gusta que esté la gente en la calle, y eso incluye también al papa'
 

Usted que es amante de leer la prensa, habrá tenido un agosto ajetreado...

Vivimos un momento caótico. Hoy estoy pendiente de lo de Gafafi. Muchos ya sospechábamos que venían tiempos turbulentos, pero está siendo más gordo de lo que pensábamos. El 15-M, por ejemplo, yo lo veo muy unido a las revueltas árabes. Y todo esto mezclado con el Tea Party apoderándose del Partido Republicano, la primera manifestación cívica en la historia de Israel por sus problemas internos, con 300.000 personas en las calles de Tel Aviv Pero no tengo un análisis, no sé qué va a pasar. A mí me gusta que esté la gente en la calle, y eso incluye también al papa.

¿Le despierta interés la próxima campaña electoral?

Mi interés principal es ver cómo se las apaña el PSOE para sobrevivir con Rubalcaba. Y también seguir a los partidos a la izquierda del PSOE, entre ellos IU, pero hay otros. Y sobre todo ver qué hacen los votantes para no entregarse a la señora con mantilla del corpus de Toledo. Eso me asusta mucho, porque me devuelve a mis ocho años, a las primeras comuniones y los guantazos de los salesianos y el nacionalcatolicismo. Me da miedo.

¿Será Rubalcaba el nuevo mesías del socialismo?

Mesías y nuevo son palabras muy grandes para Rubalcaba. Él es la mejor cabeza del socialismo y un mal menor.

Por último, una pregunta personal: ¿Se siente feliz?

¿Sabe qué le dijo Rimbaud a un amigo suyo que le dijo que era feliz? '¡Cómo has podido caer tan bajo!'.

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