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Sexo, tabloides, jueces y mensajes en Twitter

 Las redes sociales ponen en evidencia sentencias sobre privacidad

 

IÑIGO SÁENZ DE UGARTE

Futbolistas, prensa sensacionalista, famosos, prostitutas, leyes antilibelo y tribunales han mantenido un precario equilibrio durante décadas en Reino Unido. Una cuenta anónima en Twitter ha hecho saltar por los aires esa relación siempre conflictiva.

Al aparecer en Twitter los nombres de personajes que habían obtenido órdenes judiciales que impedían la publicación de su nombre, el derecho a la privacidad se ha enfrentado a la realidad del siglo XXI. Puedes silenciar a un periódico porque sus responsables se arriesgan a ir a la cárcel, pero ¿qué hacer cuando la información aparece en redes sociales administradas por empresas extranjeras y accesibles para todo el mundo?

«Los jueces no van a parar esto», dice un exdirector de The Sun'

Kelvin McKenzie lo contaba hace unos días sonriendo. 'Los jueces y los tribunales no van a parar esto. La tecnología los va a matar', dijo el exdirector de The Sun y actual columnista del diario.

La indiscreción

Nunca subestimes el poder de un juez enfurecido. McKenzie, que se terminará arrepintiendo de hablar tanto, contó a la BBC que recibe muchos emails de gente interesada en conocer la identidad de los famosos protegidos por el secreto judicial. 'A veces les doy los nombres y a veces, no', dijo.

El secreto impuesto por los tribunales no siempre tiene que ver con líos de cama

El abogado Hugh Tomlinson, que representa a un futbolista, ha pedido al juez que investigue los emails y sms de los periodistas de The Sun para comprobar si han incurrido en desacato. El juez se lo está pensando.

Reino Unido combina dos realidades opuestas: leyes antilibelo muy estrictas en la protección de la intimidad y una voraz prensa tabloide cuyo modelo de negocio se basa en desvelar secretos vergonzantes de los personajes. Al futbolista Wayne Rooney lo cazaron engañando a su mujer con dos prostitutas. Al antiguo jerarca de la Fórmula 1 Max Mosley, en una orgía sadomasoquista. A veces, los famosos sólo pueden culpar a su incontinencia en la cama. En otras ocasiones, como en el caso de Mosley, un buen abogado consigue que el periódico tenga que pagar una indemnización. Pero el daño a la reputación ya está hecho.

La única opción es el ataque preventivo, aunque para eso hay que tener mucho dinero. Los famosos pueden solicitar al juez una orden (injunction) que prohíbe a la prensa dar una noticia si invade su privacidad y no existe un interés público. Pero hay un grado más de secreto. Las super-injunctions prohíben incluso informar de la existencia de la orden judicial, aunque no se cuente nada sobre los implicados en la historia.

Un conocido blogger ha soltado varios nombres en su cuenta de Twitter

Si todo se limitara a líos de cama, no habría muchos motivos para la protesta. Pero en octubre de 2009, la opinión pública supo que los jueces estaban concediendo las órdenes de máximo secreto sobre asuntos muy diferentes. La multinacional Trafigura había conseguido impedir que The Guardian y la BBC informaran sobre su responsabilidad en un vertido tóxico en Costa de Marfil.

Cuando un diputado laborista se refirió a esta situación en la Cámara de los Comunes los parlamentarios no están sujetos a estas prohi-biciones la empresa se vio obligada a aceptar el levantamiento del secreto. 'Es hora de que los jueces dejen de conceder superinjunctions que son tan absolutas y amplias que impiden que nada se pueda contar sobre ellas', dijo el director de The Guardian, Alan Rusbridger.

Los tribunales han seguido concediéndolas por decenas. Un juez denegó el lunes la petición de Imogen Thomas, modelo y antigua concursante de Gran Hermano, de que se le permitiera contar a The Sun la historia de su relación con un jugador del Manchester United que no es Rooney. La prohibición decretada en abril fue confirmada y la identidad del jugador quedó a salvo.

En realidad, no es difícil saberla, porque es uno de los que aparecieron en la cuenta de Twitter. Para que no hubiera duda, el 11 de mayo, el influyente blogger Guido Fawkes soltó nombres en su cuenta de Twitter. No hay noticias de que ningún juez haya entablado acciones legales contra él.

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