La oleada de incendios que desde la semana pasada afecta al centro y sur de Chile ha arrasado más de 55.000 hectáreas, mientras 19 de ellos continúan activos, incluido el del Parque Nacional Torres del Paine, que ayer fue reabierto parcialmente al turismo, informaron a Efe fuentes oficiales.

Además, las autoridades buscan a un hombre de 70 años que fue visto por última vez el 1 de enero en la región del Biobío y que podría convertirse en la segunda víctima de estos siniestros, que la semana pasada ya causaron la muerte de un anciano de 75 años que se negó a abandonar su casa.

Según informaron hoy a Efe fuentes de la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi), la región más afectada por el fuego es Biobío, a unos 500 kilómetros al sur de la capital, con 222 casas quemadas y 30.105 hectáreas arrasadas, lo que supone un incremento de 3.000 hectáreas respecto al informe de este miércoles.

En esa región el incendio más se grave se concentra en el área de Pichiqueime, con 25.100 hectáreas afectadas.

Además, en la región del Maule, a 400 kilómetros al sur de Santiago, se han quemado 8.922 hectáreas, 2.400 más que lo informado ayer.

La oleada de incendios se extendió ayer a la Araucanía, a 700 kilómetros al sur de la capital, donde ya 1.815 hectáreas fueron afectadas por las llamas.

Entre tanto, el incendio que se desató hace nueve días en Torres del Paine, en la región de Magallanes, ha arrasado ya 14.794 hectáreas, unas 300 más que ayer.

Este turístico parque, emplazado en la Patagonia chilena y declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco, fue cerrado al público el pasado viernes, pero las autoridades decidieron reabrir ayer 100.000 de sus 240.000 hectáreas.

Según datos que recoge la administración del parque en su perfil en la red social Twitter, la víspera 570 turistas que entraron al Parque de las Torres del Paine, que durante el verano austral (diciembre-marzo) reciben a unos 150.000 visitantes.

En todo el país, 55.636 hectáreas han sido arrasadas en un total de 60 incendios, de los que 19 están activos, 26 contenidos y 15 extinguidos, y contra los que luchan unas 2.000 personas, incluidos especialistas procedentes de Argentina y Uruguay.

Por el siniestro en Torres del Paine está procesado un joven israelí que presuntamente provocó el incendio al quemar un trozo de papel higiénico, mientras que otro hombre de 31 años está imputado por haber encendido unas bengalas que al parecer desataron uno de los focos de la región del Biobío.

El Gobierno, por su parte, ha sugerido que algunos de los incendios pueden haber sido provocados intencionalmente.

Un equipo de fiscales está trabajando en la región del Biobío para investigar el origen de los fuegos y establecer posibles responsabilidades.