Este artículo se publicó hace 16 años.
Société Générale interrogó al presunto defraudador y dejó que se fuera
El presidente de Société Générale, Daniel Bouton, explicó hoy que después de descubrir el pasado fin de semana que uno de sus operadores de mercados les había expuesto a riesgos que han costado al banco francés 4.900 millones de euros, lo interrogaron, lo dejaron marchar y no saben dónde está.
Bouton señaló en conferencia de prensa que algunos de sus subalternos interrogaron a ese operador, de unos 30 años e identificado como Jérôme Kerviel, durante el fin de semana y que, después de haber reconocido el fraude y dado cuenta de las posiciones de riesgo que había asumido, lo dejaron marchar el domingo y desconocen si se ha dado a la fuga.
Justificó que se hubieran desentendido de él a partir del domingo y que no lo hubieran denunciado ante la justicia porque la prioridad entonces era cerrar todas sus posiciones en los mercados, algo que se hizo entre el lunes y el miércoles pasado.
De no haberse hecho así, "la pérdida podría haber sido un múltiplo de lo que hemos perdido", argumentó.
No obstante, el mismo Bouton reconoció que las posiciones de Kerviel en los mercados, que eran positivas hasta finales de 2007, pasaron a ser "débilmente en pérdida" durante los primeros días de enero.
Al final, esas pérdidas representaban en torno al 30-40% de los 4.900 millones de euros y el cierre de las operaciones en los tres primeros días de esta semana, en un contexto de bajón en las bolsas mundiales, supuso el 60-70% restante.
Bouton indicó que Société Générale anunció la presentación contra este hombre de una denuncia por falsificación e intrusiones informáticas, entre otros cargos.
La Fiscalía de París señaló esta tarde que había abierto una investigación contra él sobre la base de una demanda de un accionista por estafa, abuso de confianza, falsificación, complicidad y receptación.
Según las conclusiones de los interrogatorios de los directivos de SG a este empleado, que llevaba en el banco desde 2000, que ocupaba el puesto de operador de mercados en París desde mayo de 2006 y que en 2007 tuvo una remuneración total inferior a los 100.000 euros, actuó solo y no se benefició, al menos "directamente" de las operaciones que han ocasionado las millonarias pérdidas.
El directivo que dirigió los interrogatorios señaló que el presunto defraudador no era consciente de las posiciones de riesgo que había asumido, su objetivo era "engañar a todas las capas de control" del banco y por la forma en que lo hizo, "parece imposible" que pudiera haber actuado con cómplices.
En todo caso, el presidente de Société Générale aseguró que este episodio "no pone en cuestión el sistema de control de riesgos" porque "no es el papel" de la entidad financiera adoptar las posiciones especulativas que había asumido.
Sobre sus motivaciones, dijo que "parecen incomprensibles", y habló de "un acto de mala voluntad".
Contó que el operador "construyó una empresa de disimulo" y que gracias a su "inteligencia" y a su experiencia pudo "eludir todas las capas de control".
Tanto el operador acusado del fraude, como toda su línea jerárquica van a dejar el banco, cuyos máximos responsables indicaron que renuncian a una parte de su remuneración.
En concreto, Bouton y su número dos, Philippe Citerne, no recibirán ninguna remuneración variable a cuenta del ejercicio de 2007 y para 2008, el presidente ha renunciado también a su sueldo fijo "al menos" durante la primera mitad del año.
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