Este artículo se publicó hace 12 años.
"Con la subida del IVA, al final, todos perdemos... menos los mercados"
Tanto los pequeños comerciantes como los consumidores se ven afectados por el incremento del impuesto sobre el consumo. Mientras, las grandes compañías ponen en marcha nuevas estrategias para no recortar sus beneficios
A partir de este sábado todos y cada uno de los ciudadanos que viven en España pagarán un poco más por cada compra que hagan durante el día. Desde esta mañana todo es más caro, desde el café de primera hora a la compra de unas zapatillas, un paquete de tabaco o un ordenador. Ha subido la gasolina y también el transporte público. Comienza el curso y las familias que aún no hayan comprado los libros y el material escolar que necesitarán sus hijos en el colgio tendrán que pagar más por cada compra, lo que para muchas sin duda será un nuevo reto, especialmente cuando hace tan solo unos días se hacía público que un tercio de los niños no podrán tener todos los libros requeridos porque sus padres no tienen dinero suficiente. Es la subida del IVA, el impuesto que grava el consumo y que, por lo tanto, pagan por igual todos los ciudadanos, los parados que se quedan sin vivienda y los ejecutivos de las grandes empresas. Con esta medida, "sea como sea, al final todos pierden", piensa un consumidor. Pero no todos pierden lo mismo.
El propio Paul Krugman reinterpreta el concepto del impuesto y en vez de decir que todos lo pagan por igual alega que en realidad es un gravamen que castiga más a los pobres que a los ricos. Si alguien que vive con la ayuda de los 400 euros se gasta hoy 50 euros en unos pantalones vaqueros, estará pagando 10,5 euros por el impuesto del IVA, lo que supone que un 2,625% de su renta está siendo sustraída. Por otra parte, si un diputado del PP que gana 5.000 euros se compra los mismos vaqueros por 50 euros el porcentaje de su salario que se cobra el Estado es del 0,21. Al final, el pobre paga más porcentaje de su renta que el rico.
Con la reforma aprobada por el PP el tipo superreducido se mantiene en el 4%, el reducido pasa del 8% al 10% y el general crece del 18% al 21%. Sin embargo, gran parte de los supermercados, tiendas de ropa y grandes empresas han decidido absorber el impuesto y no subir el precio de sus productos. Así, este sábado muchos precios siguen siendo igual que el viernes, pero el impuesto lo está pagando la empresas de sus beneficios. Por eso, la decisión que han tomado muchas compañías ha sido ir subiendo poco a poco los precios de sus productos durante las últimas semanas para ahora decir que no van a subir los precios con el IVA y ganar reputación ante los clientes. El caso más sonado en diversos medios de comunicación en este sentido ha sido el de Mercadona, aunque fuentes de la empresa han negado reiteradamente que hayan puesto en práctica esta estregia.
Muchas empresas han incrementado sus precios en agosto para decir ahora que no aplcicarán la subida del IVA
En este sentido, el portavoz de la ONG dedicada a la defensa de los derechos de los consumidores Facua, Rubén Sánchez, señala en un comunicado colgado en su página web que "la Comisión Nacional de la Competencia, el Instituto Nacional de Consumo y los organismos competentes de las comunidades deberían estar controlando mediante muestreos cómo han variado los precios en agosto con respecto a julio". De este modo, Facua denuncia que "numerosos consumidores nos están trasladando, y es un clamor en las redes sociales, que hay grandes empresas que acaban de incrementar los precios de muchos productos".
Durante los últimos días las tiendas de Madrid han estado un poco más llenas y las bolsas han salido de los supermercados con más peso de lo habitual. Y es que, a la espera de que aumentaran todos los precios, muchos ciudadanos decidieron adelantar sus compras para ahorrarse unos euros. "Hemos comprado un montón de cosas que nos faltaban en casa antes de que llegara el sábado", explica Jaime Martínez, un joven de 24 años que trabaja como becario en una entidad bancaria y que vive con otros tres jóvenes en Madrid. Como licenciado en Economía y trabajador en condiciones precarias le parece "profundamente injusta" esta medida del Gobierno. De hecho, no entiende "cómo han podido aprobarla cuando todo el mundo está en contra. Hasta la mayoría de votantes del PP se oponen. Y también la patronal. No tiene ningún sentido".
Los padres de Jaime tienen un bar en una pequeña localidad de Asturias y entre los dos apenas ganan los suficiente para llenar la nevera cada semana. Sin embargo, ellos, al igual que la mayoría de bares, no van a subir los precios de los cafés o los platos combinados, de forma que los clientes seguirán pagando lo mismo. Pero ahora ellos ganarán un poco menos aún. "Sea como sea, al final todos pierden", espeta Abel, aunque aclara que "hay unos que nunca pierden, los grandes empresarios y los mercados". Porque lo que el Estado recaude irá en buena parte destinado a pagar la deuda soberana con los acreedores privados.
Lo mismo le pasa a Javier, el propietario de una pequeña tienda de muebles y electrodomésticos en el madrileño barrio de Arganzuela, aunque prefiere no dar el nombre del comercio. "De momento no he tocado los precios. Pero aquí ya estamos bastante apurados y seguramente antes o después deberé subirlos. No queda otra", aclara el pequeño empresario. Pero no todos han tomado esta decisión. Cerca de la tienda de Javier hay otro pequeño comercio en el que hacen fotocopias y venden material de papelería. "Aquí si que vamos a subir un poco el precio de algunos productos, es una decisión de la dirección, yo no se qué es mejor", cuenta la dependienta, quien no cree que le dejen "hablar con la prensa así".
Muchas empresas han anunciado ofertas especiales al tiempo que han subido el precio
Maribel Esteban, la directora de una de las tiendas Dideco de Madrid, especializada en material escolar y libros de texto, explica a EFE que aunque muchos se han adelantado para comprar los libros de texto, todavía prevé un "golpe de afluencia" esta primera semana antes de empezar las clases. "Al final la gente necesita comprar los bolis, las carpetas y la plastilina", comentaba, al tiempo que negaba que la gente haya hecho acopio de "gomas o lápices". Y es que estos artículos son los que precisamente han aumentado más el IVA, al pasar del 4% al 21%. Así, un cuaderno pasa de costar 1,55 euros a valer 1,80 euros, mientras que un bolígrafo pilot aumenta 8 céntimos su precio, y el bloc de cartulina 13 céntimos.
La agencia también recoge que la mayoría de los pequeños comercios y cadenas de peluquerías u ópticas han reconocido que han tenido que repercutir el IVA en sus productos, aunque en casi todos había algún tipo de oferta al consumidor. Es el caso de una conocida cadena de peluquería, que de lunes a miércoles, "devuelve el IVA" y el resto de la semana lo traslada al cliente, o de otra franquicia en papelería que ha decidido repercutir el IVA general que pasa del 18 % al 21 % pero no el del tipo superreducido que sube del 4 % al 21 %.
Aunque muchos aún no hayan trasladado el coste del impuesto al precio del producto en un intento por amortiguar el declive del consumo, que cayó el 1 % entre abril y junio, según los últimos datos disponibles del Instituto Nacional de Estadística, la mayoría de analistas coincide en que este incremento impositivo irá repercutiendo de forma progresiva en los precios, aunque creen que dependerá del tipo de producto y de si se trata de grandes cadenas o de pequeñas y medianas empresas.
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