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La tasa bancaria británica ingresará 2.800 millones

El nuevo impuesto, que entra en vigor en enero, gravará con un 0,04% los activos

I. SÁENZ DE UGARTE

El Gobierno británico ha tratado a los bancos con guante de seda al aplicarles un nuevo impuesto que tendrá un impacto muy reducido sobre sus cuentas. De hecho, algunas entidades se verán hasta beneficiadas al considerar también la influencia del descenso del impuesto de beneficios, que caerá del 28% al 24% en los próximos cuatro años. La previsión de los ingresos obtenidos por esta vía llega hasta los 2.800 euros anuales en 2014.

El nuevo impuesto entrará en vigor en enero de 2011 y el primer año el Estado sólo obtendrá 1.200 millones. Comenzará en un 0,04% de los activos del banco hasta alcanzar, probablemente tres años después, el 0,07%. Se aplicará a todas las entidades británicas y extranjeras que operen en Reino Unido.

A lo largo del verano, el Gobierno ha negociado con la industria financiera para que la medida no causara demasiados problemas y los bancos no sintieran la tentación, que nunca se ha cumplido, de trasladar la mayor parte de sus operaciones al extranjero. 'Se trata de asegurarse de que los bancos hagan una contribución justa en relación a los riesgos potenciales que suponen para el sistema financiero y toda la economía', dijo el viceministro de Hacienda, Mark Hoban.

Con la llegada de este impuesto, desaparece otro que era el que de verdad molestaba a las entidades: el impuesto del 50% a los bonus que las compañías conceden a su personal. Fue aprobado para una sola ocasión por el anterior Gobierno laborista con la intención de intentar controlar el aumento de estas primas cuando la economía aún no se había recuperado de la recesión y del impacto de la crisis bancaria.

El Estado obtuvo unos ingresos netos de 2.500 millones de euros, cuatro veces más de lo que se había especificado en unas previsiones tan inocentes como desviadas de la realidad.

Para los sindicatos, el nuevo impuesto sólo es 'calderilla' y un regalo para los bancos cuya conducta escandalosa estuvo en el origen de la crisis. 'No sólo se quedaron con el billón de libras que costó su rescate', dijo el secretario general de las Trade Unions, Brendan Barber, 'sino que ahora utilizan las pérdidas causadas por su irresponsabilidad para reducir las facturas fiscales de los próximos años'.

A pesar de las ventajas que suponen los cambios fiscales, la patronal bancaria se quejó de que no está claro qué ocurri-rá si esos mismos bancos se ven obligados a pagar nuevos impuestos en otros países, cosa muy probable, y cómo se evitará pagar dos veces por los mismos activos.

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