Vitoria, 24 abr (EFE)- La victoria del Tau ante el Regal Barcelona ha certificado una Liga Regular impecable en la que ha ganado sus dieciséis partidos en el Buesa Arena, un hito que ningún equipo lograba en al ACB desde hace doce años.

El domingo se cumplirá un año desde que el Tau perdió su último partido en el Buesa Arena. Fue un 26 de abril de 2008 cuando el Cajasol de Manel Comas o Elmer Bennett, entre otros, venció 77-85 al equipo dirigido entonces por Neven Spahija, en la jornada 32 de la Liga Regular.

Desde entonces el Baskonia ha enlazado 21 victorias consecutivas en la competición doméstica, doblegando a todos los equipos que han pasado por su pabellón. Cinco encuentros corresponden a la pasada campaña y los 16 restantes a la actual temporada.

Los únicos tropiezos del Tau ante su afición han llegado en la Euroliga, con las victorias de Lottomatica, Olympiacos y Regal Barcelona.

Los triunfos logrados por los de Dusko Ivanovic han llegado por la vía de la contundencia en el marcador porque en 18 ocasiones la diferencia ha estado por encima de los diez puntos. El promedio de ventaja en estas victorias se ha situado en los 17,1 puntos.

Sólo en dos de los últimos partidos ha encontrado el Baskonia más oposición para sumar un cómodo triunfo. Hace una semana el Pamesa aguantó un 90-86, y ayer la diferencia ante el Regal Barcelona volvió a ser de cuatro puntos, 83-79.

La afición del Buesa Arena se ha acostumbrado a ver ganar a su equipo en la competición doméstica y los únicos tropiezos de los de Ivanovic han llegado en la Euroliga.

Durante este año solo tres equipos han conseguido salir victoriosos de la pista vitoriana. Lottomatica Roma lo logró en la primera fase de la Euroliga al imponerse 90-93 en el pasado mes de noviembre.

En marzo, Olympiacos ganó en Vitoria por 80-88, condenando a los de Dusko Ivanovic a la segunda plaza en el Top 16 y a jugarse el billete a la Final Four de Berlín ante el Regal Barcelona y con el factor cancha en contra.

Fue ante los catalanes cuando recibió el Tau la tercera derrota en su feudo. Fue en el cuarto partido de los cuartos de final con un contundente 83-84, que obligó a jugarse el pasaporte a Berlín en el quinto partido del Palau.