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"Taxi", una carrera por la cara oculta de El Cairo

EFE

La vida en El Cairo, contada pieza a pieza por los imprevisibles taxistas de esta ciudad que se desborda sobre sí misma, se convierte en la protagonista de 'Taxi', la novela del escritor egipcio Khaled al Khamisi, recientemente traducida al castellano.

'Taxi es un texto que pretende contar las historias de la calle egipcia para intentar dar una imagen de la sociedad desde el punto de vista político, económico y social', aseguró Al Khamisi en una entrevista concedida a Efe.

Su libro, difícilmente clasificable, reúne un conjunto de historias que, en su gran mayoría, el autor ha robado a los conductores de los destartalados y agonizantes taxis cairotas.

'Al igual que el hierro conduce el calor, los taxistas transmiten las historias que escuchan', asegura Al Khamisi sentado en un colorido sofá de su colorido despacho del barrio cairota de Doki.

Este escritor de 46 años y licenciado en Ciencias Políticas, subraya que su obra 'no es sobre los conductores de taxi, no es un libro sobre taxis, es un libro sobre la sociedad contada a través de la calle, porque la calle es el lugar donde mejor se expresa'.

Y se expresa desde la espesa, laberíntica y kafkiana burocracia a la que se enfrentan diariamente los egipcios para cualquier permiso, hasta la hipocresía de una sociedad que empuja a muchos a mostrarse como fieles practicantes mientras llevan segundas o terceras vidas.

Las historias se encadenan dejando una estela de amargura y desesperanza, endulzada por alguna anécdota simpática, como la reunión de taxistas que se cuentan los últimos chistes mientras hacen cola en una gasolinera.

Al Khamisi, que no entra en disquisiciones sobre qué parte de su libro es realidad y cual fantasía, se limita a decir que todas las historias que lo componen son representativas de la sociedad.

'También he escuchado relatos extraños y únicos, como el del conductor que me contó que estaba casado con 18 mujeres a las que mantenía y que no se conocían entre ellas, pero no los he incluido porque no representan a los egipcios', asegura.

Al Khamisi, que también dirige una pequeña productora de televisión, confiesa ser un antiguo cliente de los omnipresentes taxis cairotas que salpican las calles con el blanco y el negro de sus carrocerías machacadas.

Asegura haber escogido este gremio como hilo conductor de su relato, no sólo por el contacto que ha tenido desde siempre con él, o porque lo considera el material por el que se transmiten las historias urbanas, sino también, porque los taxistas representan todos los estratos de la sociedad.

'Hay conductores analfabetos, otros que tienen un máster, los hay que son funcionarios y que por la tarde conducen o licenciados que trabajan como taxistas mientras buscan trabajo', comenta.

Para el español Khaled Musa, licenciado en filología árabe, y que ha traducido el libro al castellano junto al también español y licenciado en la misma disciplina, Alberto Canto, 'Taxi es como un puzzle formado por diferentes historias inconexas que cuando lo terminas te ofrece una visión completa del país'.

Musa y Canto, que llevan varios años viviendo en El Cairo, comentan que se sintieron atraídos por la historia y que después de compartir sus opiniones decidieron que podía ser muy interesante ofrecer al público español una imagen diferente de Egipto.

'Me lo recomendó un amigo y me atrajo por la visión que da de la sociedad egipcia a través de los ojos de un taxista', aseguró Canto, antes de subrayar que se trata de una historia universal, por lo que no han necesitado incluir en la traducción apenas aclaraciones para evitar malentendidos culturales.

La historia de la traducción de 'Taxi' también podría ser una de esas anécdotas que circulan entre los taxistas cairotas, como comentan sus traductores.

Musa coincidió por casualidad con el presidente de la editorial Almuzara, Manuel Pimentel, en la Feria Internacional del Libro de El Cairo de 2008.

Canto y Musa ya habían comenzado por su cuenta la traducción cuando Pimentel anunció, en una conferencia en dicha feria, que acababa de acordar con Al Khamisi la traducción de la obra al castellano.

Este encuentro casual desembocó en la reciente aparición en el mercado español de 'Taxi', que lejos de estudios académicos para iniciados o de guías turísticas para viajeros apresurados, permite al lector acercarse en varias carreras a la cara oculta de esta ciudad africana.

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