Este artículo se publicó hace 13 años.
Tecnología antisísmica chilena despierta interés en países de América Latina
La calidad de la tecnología antisísmica utilizada en las edificaciones chilenas, que permitió que solo un 1 % sufriera daños estructurales durante el terremoto del año 2010, el sexto más grande del mundo, ha impulsado el interés de varios países de la región por estos dispositivos.
Así lo señaló hoy el ingeniero Juan Carlos de la Llera, que en una entrevista con Efe afirmó que Chile se encuentra en "un concierto relevante a nivel mundial", en el desarrollo de tecnología antisísmica para edificios y viviendas sociales.
"Chile es uno de los laboratorios naturales más importantes del mundo, es un país muy interesante para probar tecnología (sísmica)", explicó De la Llera, por las sacudidas que estremecen periódicamente al país, que se ubica en el "Círculo de fuego" del Pacífico, una región donde se producen el 80 por ciento de los terremotos.
"Hay muchos países interesados en los dispositivos antisísmicos. Después del terremoto del año pasado la demanda interna ha sido muy importante y nos ha tenido muy ocupados, pero estamos en contactos con Perú y México para poder desarrollar esta tecnología allí", reveló De la Llera.
Antes del terremoto de 2010, que causó la muerte de 523 personas en Chile, 13 construcciones contaban con los dispositivos desarrollados por la empresa Sirve (Soluciones Integrales de Reducción de Vibraciones en Estructuras), que preside De la Llera.
Actualmente, Sirve cuenta con 45 proyectos, entre los que destaca la aislación sísmica del gigantesco estanque de gas licuado de más de 160 mil toneladas de GNL Mejillones, y el anteproyecto para la protección sísmica del Telescopio Europeo Extremadamente Grande, el más grande del mundo, según datos de la Fundación Imagen de Chile.
La tecnología antisísmica desarrollada en Chile está basada en dos "familias" de dispositivos: el de aislamiento sísmico, utilizado en edificaciones de hasta 18 pisos, y el de disipación de la energía, aplicado en estructuras de mayor altura.
"En el aislamiento sísmico se interrumpe la estructura en su conexión a nivel del suelo y se genera una interfaz que permite que el movimiento sísmico no se propague hacia la estructura", explicó De la Llera, quien es también decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Católica de Chile.
En cuanto a la disipación de energía, esta técnica busca "aprovechar el movimiento de la estructura para conectar entre dos puntos un sistema que disipe la energía producto de la deformación relativa en estos", informó el académico.
Además de estos dispositivos, Sirve también ha desarrollado proyectos de aislamiento sísmico para viviendas sociales, gracias al bajo coste y a la eficiencia tecnológica desarrollada, aunque estos planes no han tenido todavía aplicación práctica.
"Pero lo esencial es que a nivel de política pública, como ya se está haciendo en los hospitales, que vienen protegidos sísmicamente con esta técnica -algo que no era así hace 7 años-, se aplique a las viviendas sociales para que vengan con sistemas de protección", apostilló De la Llera.
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