El poderoso tifón que azotó el norte de Filipinas durante el fin de semana ha vuelto sobre su marcha influido por otra tormenta más poderosa, señalaron el lunes las autoridades locales.

El tifón Parma, la tormenta más fuerte que ha golpeado al país desde 2006, ha causado la muerte de 17 personas durante su paso por el noreste de Filipinas.

Parma se alejó el domingo de la costa noroccidental del país, pero después inicio el regreso bajo el influjo de otra tormenta, bautizada como Melor, y siguió provocando precipitaciones en las montañas del norte.

Se espera que Parma, que registra vientos cerca de su centro de hasta 120 kilómetros por hora (kph) y ráfagas de hasta 150 kph, siga hasta el jueves sin apenas alejarse de la costa de Laoag City, en el extremo noroeste del país.

"Estamos vigilando de cerca los movimientos del tifón Parma después de que virase U", dijo a la prensa Nathaniel Cruz, máxima autoridad meteorológica del país.

"Esperamos que un tifón mucho más fuerte proviniente del Pacífico llegue al área de influencia filipina el lunes a última hora. La interacción entre ambos tifones ha impedido que Parma se aleje del país", indicó Cruz.

Melor se desplaza por el Pacífico y podría virar hacia las aguas norientales del archipiélago antes de seguir rumbo a Japón. No se espera que toque tierra firme en Filipinas.

"Melor es ahora el ciclón más poderoso, y está dictando la dirección en la que irá Parma, que se ha debilitado", declaró por la radio el meteorólogo Rene Paciente.

Las fuertes lluvias en Manila y sus alrededores, unos 350 kilómetros al sudeste del centro de Parma, podrían empeorar la situación en la capital filipina, que aún se está recuperando de las inundaciones provocadas hace una semana por una tormenta anterior, Ketsana.

Casi 300 personas murieron y alrededor de 500.000 tuvieron que abandonar sus viviendas por el paso de Ketsana.

En Taiwán, miles de residentes de localidades del sur de la isla, que podría sufrir aluviones, fueron evacuadas debido a las fuertes precipitaciones causadas por Parma.

Las alertas para tierra y mar continuaban vigentes el lunes para casi la mitad del territorio taiwanés, mientras el Ejército seguía atento a la crecida de los ríos en dos partes del noroeste del país afectadas por fuertes precipitaciones.