El simbolismo del toro ha llenado multitud de páginas de la Historia del Arte. Demasiadas como para que el medio siglo del astado de Osborne pase desapercibido en un país de panderetas y taconeo.

Víctima de su época, el toro celebra sus 50 años con una manifestación tan contemporánea que está hasta en la sopa: la customización. El grupo Osborne ha querido celebrar así el cumpleaños de un símbolo que ha pasado de anunciar una bebida a convertirse en icono del folklore patrio. Un total de 50 personajes notorios han travestido al toro. Desde mañana, y hasta el 2 de diciembre, el resultado se puede contemplar en La Casa de Campo de Madrid. El objetivo de Osborne es que se subasten al mejor postor para recaudar fondos para “programas de ayuda a la infancia”, informó el grupo.   

La última población en agregar un toro a su paisaje ha sido Utrera y, fuera de España, su influjo ha llegado hasta México. ¿Síntoma de que la globalización ha engullido al mastodonte de Jamón, jamón?

Nuria Carballo, directora de Arte y Diseño para Martínez Otero, puntualiza: “Es un icono de la cultura popular española pero no creo que signifique lo mismo para las nuevas generaciones que para las anteriores”. Si bien no considera que su exportación a México sea fruto de la globalización.

Sobre las características que ha de tener un icono para convertirse en seña de identidad de una comunidad, Carballo reflexiona: “El toro ha sido un espejo para la España y los españoles del momento en que se creó y muchos años después”. Aunque matiza que “los símbolos de referencia están cambiando... Por ejemplo, la torre de Londres no es ya el símbolo de la ciudad”. En todo caso, ¡felices cincuenta!