Este artículo se publicó hace 15 años.
Trichet alerta sobre los primeros signos de una caída de los flujos de crédito
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, alertó hoy de que en las últimas semanas han aparecido "los primeros signos" de una caída de los flujos de crédito, un fenómeno que si continúa cuestionaría el sistema financiero en su conjunto.
"Si ese comportamiento se extiende por el sistema bancario, eso afectaría la razón de ser del sistema como conjunto", indicó Trichet en la apertura de una conferencia del Comité de Reguladores Bursátiles Europeos (CESR) en París.
Precisó que "una parte importante" de ese retroceso del crédito se explica por una disminución de la demanda, ya que las empresas han pospuesto inversiones ante el deterioro de las perspectivas económicas.
Pero añadió que "hay indicaciones de que la caída de los flujos reflejan también factores por el lado de la oferta y el tensado de las condiciones de financiación asociadas con un fenómeno de desapalancamiento".
El presidente del BCE quiso quitar dramatismo al indicar que hay también "algunos elementos más positivos", entre ellos el mercado de bonos de empresas, donde los volúmenes han seguido siendo "significativos".
Trichet dedicó la mayor parte de su intervención a la necesidad de cambios en el dispositivo de supervisión de los mercados a la vista de las enseñanzas de la crisis financiera, que reconoció que se ha trasladado a la economía real, lo cual a su vez alimenta la propia crisis financiera.
"No hay duda de que la situación en el sector financiero y en la economía real sigue siendo muy difícil", subrayó antes de recordar las medidas tomadas por el propio BCE y por los gobiernos europeos para controlar la situación.
A su juicio, "tenemos que aprender las lecciones de esta crisis", y eso pasa por "un reforzamiento del propio sistema y construir sus propias defensas centrado en tres objetivos: sostenibilidad a largo plazo, una resistencia mejorada y una perspectiva holística".
Criticó que en el pasado se hubiera primado en exceso la rentabilidad a corto plazo, con la consecuencia de una incorrecta apreciación de los riesgos: "La estructura de incentivo debe incitar la rentabilidad a medio y largo plazo".
El segundo objetivo es mejorar la resistencia a los "shock", con reservas de protección para el caso de inflexiones.
Trichet puso el acento en que "la crisis actual es una fuerte y clara llamada para ampliar la regulación y supervisar sistemáticamente todas las instituciones importantes, en especial los fondos especulativos y las agencias de calificación, así como todos los mercados sistémicamente importantes, en particular el mercado de derivados".
A ese respecto, estimó que el marco de regulación armonizado propuesto en Europa para los fondos especulativos y las agencias de calificación "va en la dirección correcta".
Trichet pidió un reforzamiento de la supervisión "macro-prudencial", algo que depende del acceso a los datos (de una mayor transparencia) y de su traducción en medidas concretas.
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