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Tsvangirai descarta un golpe en Zimbabue si gana la oposición

EFE

El líder de la oposición de Zimbabue, Morgan Tsvangirai, descartó hoy la posibilidad de un golpe militar en caso de que resulte vencedor en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales.

"No creo que ningún golpe o insurrección sea del mejor interés de los militares ni del país", afirmó Tsvangirai en una entrevista en Johannesburgo con Efe y con otros dos medios de comunicación. "No temo que vaya a haber un golpe", insistió.

Tsvangirai, de 56 años, líder del Movimiento para el Cambio Democrático (MDC), consiguió el primer lugar en las elecciones presidenciales del 29 de marzo, con el 47,9 por ciento de los votos, pero ese resultado no fue suficiente para evitar una segunda ronda.

En la nueva votación, cuya fecha todavía no se ha fijado, Tsvangirai competirá con el presidente Robert Mugabe, de 84 años y en el poder desde la independencia de Zimbabue, en 1980, que obtuvo el 43,2 por ciento de los sufragios.

Antes de la primera vuelta, los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas y de la Policía expresaron públicamente su apoyo a Mugabe y dieron a entender que no veían posibilidades de que el país estuviera gobernado por otra persona

Según Tsvangirai, la posición de la Comunidad para el Desarrollo de África del Sur (SADC, en inglés), que supervisa la vida política de los países de la región, "es muy clara respecto a posibles golpes, que no son aceptables".

"Un golpe no es una opción sostenible", agregó.

Tsvangirai, que desde hace más de un mes lleva viviendo fuera de su país, en donde se ha agudizado la represión policial contra los partidarios de la oposición, se mostró a favor de buscar con los militares mecanismos para un "refuerzo mutuo" y para "edificar la confianza" entre los hombres uniformados y la oposición.

En sus viajes fuera de Zimbabue, Tsvangirai se ha entrevistado con líderes de la región para insistir en la necesidad de una transición pacífica en el poder, y hoy dijo que uno de los temas que ha visto en esos contactos es la relación que tendrá con los militares en caso de que llegue al poder.

"Todos reconocemos que los militares juegan un papel importante", agregó, y señaló que, a pesar de las viejas lealtades políticas que hay en las filas castrenses, su partido "no piensa perseguir a nadie".

"Las fuerzas uniformadas son parte de la solución para la estabilidad y la democracia", insistió.

El MDC, agregó, ha ofrecido una serie de condiciones y garantías que reconocen el papel que tuvieron algunos jefes militares en la lucha contra la independencia y ha ofrecido a todos la posibilidad de que renuncien voluntariamente, con todos sus derechos.

Tsvangirai, que dijo que estos principios han sido trasmitidos a los jefes castrenses, señaló que no había recibido ninguna respuesta. Evitó detallar cómo habían sido los contactos y quién los habían llevado a cabo.

En la entrevista, el líder de la oposición dijo que el Ejército y la Policía son instituciones del Estado y señaló que el MDC "no está llegando al gobierno para crear otro ejército".

El MDC asegura que, según sus datos, Tsvangirai obtuvo el 50,3 por ciento de los votos el 29 de marzo. Durante varias semanas puso en duda su participación en la segunda vuelta, pero el sábado pasado confirmó que Tsvangirai se enfrentará a las urnas con Mugabe.

"La crisis de Zimbabue no es sólo una disputa electoral, sino una transferencia de poder", añadió.

El candidato presidencial del MDC señaló que la crisis política y económica que atraviesa Zimbabue, la peor de su historia, "tiene que ser resuelta colectivamente", y apostó por las gestiones que realiza la SADC.

"La SADC tiene la necesaria influencia. La presión internacional ha sido muy grande en esta organización para que haga algo", dijo Tsvangirai.

De momento, se mostró satisfecho por el hecho de que la SADC, de la que son miembros catorce países, esté dispuesta a enviar fuerzas de paz a Zimbabue y también observadores electorales para la segunda vuelta.

En el pasado, las misiones electorales de la SADC han avalado las elecciones de Zimbabue a pesar de las múltiples denuncias de fraude, pero en esta ocasión Tsvangirai cree que la organización "ha hecho una demostración suficiente para asegurar que la segunda vuelta se dé en un ambiente electoral seguro".

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