Este artículo se publicó hace 13 años.
TV y refrescos: pequeños hábitos que alimentan la obesidad
Por Julie Steenhuysen
Apenas algunos malos hábitos, comomirar televisión, comer papas fritas, tomar un refrescoazucarado en el almuerzo o quedarse despierto hasta tardepueden colaborar con un aumento de peso sostenido con los años,informaron investigadores de Estados Unidos.
Mientras que la mayoría de los estudios sobre dietas secentran en los cambios necesarios para ayudar a las personasobesas a perder peso, la investigación de un equipo de Harvardmostró que pequeñas modificaciones en la alimentación y elestilo de vida pueden tener un gran impacto en la salud.
El estudio se concentró en opciones de estilo de vida-alimentos, actividad física, hábitos de sueño- que lenta ypaulatinamente influyen en el peso.
Los investigadores destacaron que la calidad de lasopciones alimenticias y no sólo las calorías, son claves paramantener un peso saludable.
"Estas pequeñas opciones suman", dijo el doctor DariushMozaffarian, de la Escuela de Salud Pública de Harvard y delBrigham and Women's Hospital, cuyo estudio fue publicado en NewEngland Journal of Medicine.
"Dado que el aumento de peso es tan gradual y ocurredurante muchos años, ha sido difícil para los científicos y laspersonas en sí comprender los factores específicos que seríanresponsables", añadió Mozaffarian, que dirigió el estudio.
Para llegar a este resultado, el equipo analizó datos de120.877 hombres y mujeres estadounidenses que participaron detres estudios amplios de profesionales médicos, los cualesrastrearon los cambios en los factores de estilo de vida y pesocada cuatro años, por un período de dos décadas.
Todos los participantes tenían peso normal y eransaludables al momento de iniciarse la investigación. Con eltiempo, aumentaron un promedio de 1,59 kilogramos (kg) durantecada período de cuatro años, con un incremento total promediode 7,6 kg al final de los 20 años de estudio.
Los alimentos que más contribuyeron al aumento de peso encada período de cuatro años fueron las papas fritas (0,76 kg),las papas (0,58 kg), las bebidas azucaradas (0,45 kg), lascarnes rojas no procesadas (0,43 kg) y las carnes procesadas(0,42 kg).
Más de un tercio de los adultos y casi el 17 por ciento delos niños de Estados Unidos son obesos, lo que aumenta susprobabilidades de desarrollar problemas de salud como ladiabetes tipo 2, la enfermedad cardíaca, la hipertensión, laenfermedad de hígado graso y algunos cánceres.
Las enfermedades relacionadas con la obesidad representancasi el 10 por ciento del gasto médico estadounidense, o unos147.000 millones de dólares anuales.
COMIDA "MALA"
Mozaffarian dijo que comprender las formas de evitar quelas personas engorden sería una política más efectiva que hacerque bajen de peso una vez que se vuelven obesas.
Quienes perdieron o mantuvieron su peso en el tiempodurante el estudio solían comer muy pocos alimentosprocesados.
"Frutas, vegetales, granos integrales y frutos secos: siuno aumenta su ingesta, perderá peso, presumiblemente porqueestá reemplazando otros alimentos en la dieta", explicóMozaffarian.
El estudio contradice la idea de que todos los alimentosson buenos si se consumen con moderación.
"La idea de que no hay comidas 'buenas' o 'malas' es unmito que debe derribarse", dijo Frank Hu, de Harvard, quetrabajó en la investigación.
Mozaffarian indicó que las distintas comidas tienendiferentes efectos sobre el cuerpo.
"Uno no puede decir simplemente que una caloría es unacaloría. Eso no satisface los deseos de saciedad, los nivelesde glucosa, los niveles de insulina en sangre y otrasrespuestas biológicas en el cuerpo", añadió.
En el estudio, los cambios alimentarios parecieron tener elmayor impacto sobre el aumento de peso con el tiempo, perootros cambios en el estilo de vida también ayudaron.
Por ejemplo, mirar una hora de televisión por día sumó 0,14kg durante un período de cuatro años.
El sueño también jugó un papel clave. Las personas quedormían entre seis y ocho horas eran menos proclives a aumentarde peso durante el período de estudio. Pero quienes dormíanmenos de seis horas o más de ocho, solían engordar.
Y cuando las personas aumentaban su actividad física,solían aumentar menos de peso durante el período estudiado.
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