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La venganza de los chihuahuas

Las comedias frívolas baten records de taquilla en EEUU en plena recesión económica

CARLOS PRIETO

En 1930 era imposible leer los titulares económicos de los periódicos sin llevarse un susto de muerte. Ahora, ocurre algo parecido: 'Los chihuahuas de Hollywood sufren los efectos de la crisis', leímos hace unos meses con los pelos de punta. Mientras Madonna, Mickey Rourke, Britney Spears y Paris Hilton presumen de mascota diminuta, 700 chihuahuas se pudren en las perreras de Los Angeles abandonados por unos dueños incapaces de mantenerlos.

La venganza de los perritos contra los humanos no se ha hecho esperar. Y es espeluznante: los chuchos se han hecho con el control artístico en Hollywood. Ellos decidirán qué películas veremos durante la crisis...

Perros contra espías

'El consumidor estadounidense comenzó a ser consciente de la profundidad de la crisis económica el pasado mes de octubre. Desde entonces, las recaudaciones de los cines se han disparado', cuenta John Fithian, presidente de la Asociación Nacional de Exhibidores. Fue precisamente en octubre cuando se produjo el primer síntoma de que la ola cinematográfica que azotó EEUU durante la Gran Depresión (que se tradujo en la proliferación de comedias y musicales escapistas), podía ser una broma comparado con la que se nos viene encima: Un chihuahua en Beverly Hills (Raja Gos-nell, 2008) humilló en la taquilla a Red de mentiras (Ridley Scott, 2008), el filme de Leonardo DiCaprio y Russell Crowe sobre dos agentes de la CIA.

Así, los trotones perritos del filme han sido la vanguardia de una tendencia irrresistible: crisis más comedia ligera igual a taquillazos históricos.

Las cifras son claras: en las primeras siete semanas de 2009, la recaudación en taquilla subió un asombroso 22% respecto al mismo periodo del año anterior. Además, febrero fue un mes histórico para los cines de EEUU: nunca antes se había recaudado tanto dinero ese mes. ¿Los culpables? Entre otros, los traviesos chuchos callejeros de Hotel para perros (Thor Freudenthal, 2009); las atribuladas muchachas de la comedia romántica ¿Qué les pasa a los hombres? (Ken Kwapis, 2009); las jovencitas consumistas de Confesiones de una compradora compulsiva (P. J. Hogan, 2009); y, sobre todo, el padre gor-dinflón de Superpoli de centro comercial (Steve Carr, 2009), una comedia que se estrena aquí el día 27 tras arrasar en EEUU: ha recaudado 138 millones de dólares (costó 26).

'¿Hacia dónde demonios mirábamos cuando Roma ardía y el imperio se desmoronaba?, se pregunta el crítico John Patterson al analizar el fenómeno. ¿Escapismo por un tubo contra la crisis? Parece ser que sí. 'Los grandes estudios solo quieren oír hablar de historias basadas en mundos de fantasía', cuenta el oscarizado director y guionista Paul Haggis.

Unos se quejan, otros se frotan las manos: Jeff Blake, vicepresidente de Sony, compañía detrás de Superpoli de centro comercial, cree que el DVD 'se va a vender muy bien en Wal-Mart', una alusión chistosa a la trama del filme que tiene su miga: la mastodóntica cadena Wal-Mart, reina de los precios (y sueldos) bajos y las comedias de medio pelo parecen ser los únicos dos sectores de la economía estadounidense que crecen gracias a la crisis. Una crisis de risa, vamos.

 

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