Son varios los errores que podemos cometer cuando usamos el lavavajillas, y ello provocará no solo mayor gasto de agua y de energía que perjudica al medio ambiente, sino también incrementar el gasto de aquellos. Como resultado, es posible que nuestra factura de la luz se incremente y tengamos que pagar más que si usáramos este electrodoméstico convenientemente.
Así que ponemos énfasis sobre los errores que cometes al usar el lavavajillas y te contamos cómo puedes corregirlos para sacarle el máximo partido al menor coste. Además, conseguirás alargar la vida de uso de este aparato de cocina.
Sobrecargar el lavavajillas o dejarlo casi vacío
Uno de los errores más frecuentes al usar el lavavajillas es llenarlo demasiado o, por el contrario, ponerlo a funcionar casi vacío. Ni lo uno ni lo otro es conveniente. Es necesario que lo cargues en su justa medida para evitar determinados problemas.
Ten en cuenta que si está hasta los topes, platos y vasos pueden chocar entre sí y romperse alguno de ellos, además de que no quedarán bien lavados. Por otro lado, si lo pones casi vacío estarás desperdiciando agua y energía. Mejor es llenar el lavavajillas cada vez que lo uses según las instrucciones y capacidad que indica el fabricante.
Enjuagar los platos
¿Cuántas veces has enjuagado los platos antes de introducirlos en el lavavajillas? Pero, piénsalo bien, ¿es una costumbre adquirida porque así veías hacerlo en casa de tus padres o este hábito tiene sentido?
La verdad es que lo único que consigues pasando por agua los platos antes de meterlos en el lavavajillas es gastar más agua de la necesaria. No es necesario enjuagar los platos primero, solo vaciarlos bien para que no queden restos en ellos antes de introducirlos en el lavavajillas. Este debe poder lavarlos perfectamente sin necesidad de ese prelavado que consume agua, tiempo y dinero.
Usar el mismo programa de lavado
Si crees que si no enjuagas los platos no quedan bien limpios, puede que el problema sea el programa de lavado que utilizas al encenderlo. De hecho, hay cierta tendencia a utilizar siempre el mismo programa en el lavavajillas, cuando hemos de ser conscientes de que no siempre es adecuado para cada necesidad.
Consulta el manual y usa el más indicado en función de la suciedad. Verás que los hay para poca o mucha suciedad, algunos específicos para sartenes y ollas e incluso alguno ecológico de media carga. Usando cada vez el más adecuado le sacarás el máximo partido.
Eliminar la grasa de los platos con tenedor o cuchillo
Si eres de los que quitan la grasa de los platos con la ayuda de un cuchillo o un tenedor, deja de hacerlo. Lo único que conseguirás es que se rayen. Si necesitas hacerlo, puedes usar una espátula de goma o silicona, aunque de nuevo, si usas el programa adecuado de tu lavavajillas, puede que no sea necesario.
Colocar vasos y tazas en los pinchos
Otro hábito frecuente es colocar en los pinchos del lavavajillas vasos y tazas. Se suele hacer para aprovechar el espacio, pero no es nada recomendable. Al ponerlos de esa forma corres el riesgo de que se astillen, así que te aconsejamos que los coloques de manera que sirvan para separar los vasos. Ten en cuenta que, si quieres que todas las piezas de tu vajilla queden bien limpias, deberás distribuirlos adecuadamente por su interior.
Los cubiertos han de estar en la cesta con el mango orientado siempre hacia abajo: las copas, tazas y vasos en la parte superior; y los platos orientados mirando al centro para que el agua les de directamente y puedan quedar perfectamente limpios.
Usar un detergente inadecuado
Puede que estés habituado a usar el programa del lavavajillas en función de las necesidades del lavado de lo que introduces en su interior, e incluso que coloques copas, vasos, platos tazas de manera perfecta, y aún compruebas que no salen tan limpios y brillantes como te gustaría.
Y es que si no utilizas el detergente adecuado, comprobarás que el lavado no es como debería ser. Recuerda que tienes que echar siempre un detergente específico para lavavajillas, y jamás usar otros como los de lavar a mano o similares, pues solo terminarán dañando el aparato.
Tener la puerta siempre cerrada
No debes tener siempre cerrada la puerta de tu lavavajillas. Se recomienda dejar abierta una pequeña rendija cuando no esté en uso para favorecer la circulación del aire, evitar los malos olores del interior y asegurarse de que esté siempre seco. De este modo, no se formará moho que puede almacenarse en conductos y en las piezas internas.
No limpiar el lavavajillas
Por último, hay un error más que debes tener en cuenta. A menudo nos da pereza limpiar los electrodomésticos, o andamos tan atareados que lo pasamos por alto, pero resulta imprescindible hacerlo con cierta frecuencia si queremos que funcionen correctamente y que duren muchos años.
El mantenimiento del lavavajillas debe consistir en limpiarlo una vez al mes. Para ello puedes poner un programa sin carga utilizando un producto de limpieza específico para lavavajillas. En su defecto, también es posible usar vinagre.
