Los productos de limpieza que encontramos a la venta en el mercado son todos aptos para el uso doméstico, puesto que cumplen todos los requisitos que les exigen las distintas legislaciones para que así sea. Sin embargo, su utilización conlleva algunos riesgos cuando no se usan adecuadamente.
Esto sucede en aquellas ocasiones en que manipulamos algunos de estos limpiadores y desinfectantes sin guantes o los combinamos entre sí ignorando los riesgos que ello conlleva. Estos son los productos de limpieza que nunca deberías mezclar para cuidar tu salud y la de los tuyos.
Lejía y vinagre
Dos de los limpiadores más populares y efectivos en todas las casas son la lejía y el vinagre. Sin embargo, su uso debe ser siempre por separado. Jamás debemos mezclarlos. Los componentes químicos del vinagre y la lejía, cuando se combinan, producen el ácido hipocloroso, que reacciona con el vinagre hasta formar el gas cloro. Este es tóxico si se inhala, provocando mareos, tos, problemas de respiración y dolores oculares.
Asimismo, la lejía no debe mezclarse con ningún producto, sea natural o no, que contenga ácido clorhídrico, puesto que esa combinación produce cloro gaseoso, altamente tóxico.
Lejía y amoniaco
La lejía y el amoniaco tampoco pueden mezclarse, ya que producen otro gas tóxico y corrosivo: la cloramina. La inhalación de este produce daños en el sistema respiratorio y ardor de ojos. Se debe de trabajar con ambos productos siempre por separado para no correr ningún riesgo de terminar intoxicados. El amoniaco tampoco debe mezclarse con productos de limpieza de ningún tipo por los efectos nocivos que provoca.
Aguafuerte y lejía
Uno de los detergentes más potentes y peligrosos que hay en el mercado es el aguafuerte, con el que se debe tener especial cuidado. Este producto por sí mismo ya incluye un 24 % de ácido clorhídrico, así que es lógico que no debamos mezclarlo con lejía. Si se hace, se producen nubes de cloro que pueden resultar mortales. El aguafuerte solo debe combinarse con agua en una proporción de una parte de aguafuerte por cada 10 partes de agua.
Lejía y alcohol
Cuando mezclamos lejía con alcohol se produce ácido muriático y cloroformo, dañinos para la piel, los ojos y el sistema nervioso. Si los niveles de cloroformo son muy elevados causan náuseas, mareos y pérdida de consciencia. Por otro lado, cualquier producto con alcohol es muy inflamable, por lo que debe manipularse extremando las precauciones.
Lejía y agua oxigenada
El agua oxigenada y la lejía son otra de esas combinaciones que debemos evitar siempre. La mezcla de ambos provoca percloratos o cloratos que pueden causar explosiones. Otro riesgo innecesario que no se ha de correr. Si necesitas usarlos, que se sea siempre por separado.
El agua oxigenada tampoco debe mezclarse con otros productos químicos como amoniaco, bactericidas, sosa cáustica, alcohol, aguafuerte y limpiadores multiusos.
Lejía y productos de limpieza
De manera general, no debes mezclar la lejía con ningún producto de limpieza. Con lavavajillas, limpiacristales y detergentes también se produce el gas cloro, al que no debemos exponernos para evitar riesgos para nuestra salud.
Asimismo, recuerda no echar lejía en agua caliente para limpiar, puesto que se pierde todo su poder desinfectante y también tiene efectos nocivos. El cloro de la lejía se evapora si esta se diluye en agua caliente, y sus emanaciones provocan intoxicación e irritación de las mucosas.
Vinagre y agua oxigenada
El vinagre es uno de esos productos desinfectantes ecológicos que podemos usar para la limpieza del hogar. Ya sea vinagre de vino, de manzana o de limpieza, resulta efectivo como limpiador y desinfectante. Sin embargo, si lo mezclas con otros limpiadores, también se corren riesgos para la salud.
La combinación de vinagre con agua oxigenada da lugar al corrosivo ácido peracético, altamente perjudicial para el sistema respiratorio. Además, si entra en contacto con la piel, puede provocar irritaciones y quemaduras.
Precauciones para evitar riesgos
Si tienes alguna duda a la hora de combinar productos de limpieza, no lo hagas. Cada uno de ellos se comercializa con las propiedades necesarias para limpiar o desinfectar, tal y como indica su envase, y siempre se deben seguir las indicaciones del fabricante.
Entre las pautas que debes seguir para evitar riesgos, recuerda conservar los productos en sus botellas, cartones o recipientes originales, puesto que te permitirá consultar su composición si fuera necesario o si se produjera algún accidente casero.
Asimismo, se recomienda eliminar el uso de la lejía y el amoniaco del hogar, y en caso de usarlos, hacerlo excepcionalmente, sin mezclar con otros productos, usando guantes y aclarando después la superficie con abundante agua. Y, por último, recuerda guardar y mantener siempre los productos de limpieza fuera del alcance de los más pequeños de la casa y de las mascotas.
