¿Qué es la ‘reduflación’? Menos cantidad, mismo precio

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Cuando la inflación se dispara, las empresas ponen en marcha todo tipo de estrategias para no perder nada de sus beneficios y conseguir seguir sacando el máximo partido a sus productos e incrementando sus ganancias. Entre ese tipo de tácticas está la de reducir su contenido y el tamaño de los paquetes pero sin disminuir su precio.

Hoy te explicamos todo lo que has de saber sobre esta práctica denominada reduflación y cómo puedes detectarla para no caer en las trampas del mercado o en eso que algunos han dado en llamar la inflación invisible. Si no te das cuenta de ello, terminarás pagando más por menos.

¿Qué es la reduflación?

productos de la compra
Productos de la compra/Foto: Unsplash

Para mantener sus márgenes de beneficio cuando la inflación es elevada, los fabricantes y productores recurren a la reduflación, también conocida como inflación invisible. Esta consiste en disminuir la cantidad manteniendo o subiendo el precio.

Buen ejemplo de ello es la huevera de cartón que antes traía doce unidades y ahora solo viene con diez huevos, las tabletas de chocolate que parecen cada vez más delgadas o los paquetes de galletas o de patatas fritas que han reducido su peso. Aunque el envase mantiene el mismo tamaño su interior viene mucho más vacío, con menos unidades. Y para el caso de que mantengan igual número de unidades, puede que estas sean bastante más pequeñas. En cualquier caso, ninguno de esos productos disminuye su precio. La menor cantidad no le afectará para nada. Es decir, como consumidores seguimos pagando lo mismo y nos llevamos menos producto, e incluso en ocasiones podemos pagar más.

El concepto fue definido por la economista Philippa ‘Pippa’ Malmgren, aunque ella acuñó el término de shrinkflation para definirlo. En un principio, este se tradujo al español como inflación por contracción hasta que el que se fue popularizando en todos los ámbitos a lo largo del tiempo ha sido el de reduflación. No obstante, el significado es el mismo.

Los consumidores y la reduflación

Aunque en un principio la reduflación es una actividad engañosa y desleal, puede que nos preguntemos cómo si es legal, lo cierto es que sí lo es, siempre y cuando se indique el volumen de producto que se ofrece. Los fabricantes adoptan esta medida porque conocen muy bien el comportamiento generalizado de los consumidores.

Y es que estos suelen ser reticentes a comprar un producto que ha subido de precio, pero se muestran con una actitud pasiva a la hora de asumir las presentaciones con menor cantidad mientras cueste lo mismo, aunque esto es así si el descenso no es muy exagerado. De tal modo, la reducción de cantidad suele rondar entre un 5% y un 10% del volumen de producto, aunque hay casos que alcanza hasta el 25%.

Cómo evitar que nos engañen

Supermercado (inflación y reduflación)
Personas en el supermercado/Foto: Unsplash

Para que la reduflación no termine dañando nuestra economía al hacer la compra familiar, hemos de actuar como consumidores críticos y responsables de manera que conozcamos los precios y podamos ahorrar en la cesta de la compra. En caso contrario, corremos el riesgo de terminar gastando cientos de euros más al año por menores cantidades de producto sin darnos cuenta.

Para que esto no te suceda, lo primero es realizar una lista de la compra y no salirte de ella cuando vayas al supermercado. De ese modo, tampoco te dejarás tentar por todo lo expuesto en sus lineales y estanterías. Y recuerda que si vamos a comprar productos de alimentación con hambre, siempre terminamos gastando mucho más. Busca bien la ocasión para acudir al súper.

Asimismo, acostúmbrate a mirar los precios y a revisar los tiques de compra para recordar cuál era el precio de los productos que suponen un gasto fijo (huevos, leche, agua, lavavajillas, detergente, etc.), y lo más importante de todo, cuando estés haciendo la compra, no te dejes guiar simplemente por el número. Has de comprobar la cantidad de producto y consultar por cuánto sale el litro o el kilo. Este dato suele estar marcado en la letra pequeña de las etiquetas de los supermercados, debajo del precio que sí está marcado en números grandes. Es al calcular el precio por unidad de medida, como litro o kilo, donde verás si ha cambiado a consecuencia de la reduflación.

Tampoco te dejes seducir por ofertas falsas, que indican pack familiar o similares y, a la hora de la verdad, no suponen ahorro alguno. Por último, no olvides comparar precios en otros supermercados, tanto entre mismos productos como entre las marcas blancas de cada uno de ellos. Puede que resulte más laborioso tener que recorrer varios supermercados para comprar, seleccionando los productos más baratos en cada uno de ellos, pero el ahorro mensual es considerable cuando se hace así en los tiempos que corren.



Silvia Pato

Escritora y redactora gallega. Autora de los libros Las nueve piedras y El Libro del Único Camino, así como de numerosos relatos en revistas de género, colabora asiduamente con sus artículos y columnas de opinión en diversos medios digitales. Con la pasión y la curiosidad que la caracterizan, descubre el mundo a través de su historia, su cultura, sus lugares y sus gentes para difundir y compartir todo tipo de sensaciones y hallazgos. Porque todo viaje comienza con un solo paso.

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