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Los chimpancés no olvidan

Un nuevo estudio demuestra lo que ya sabían todos los que trabajan con primates: su capacidad de recodar y reconocer personas es muy similar a la humana.

26/01/2024 - Chimpancés
Los chimpancés del Refugio Reinfer, provenientes de abandonos o incautaciones, aprenden a recuperar sus costumbres sociales entre iguales. Cedida por Reinfer

Lili llevaba doce años en el Centro de Rescate de Primates Rainfer. Estaba perfectamente adaptada y su comportamiento era ejemplar. Hasta que un día, durante una de las visitas guiadas abiertas al público, empezó a ponerse muy nerviosa. No era normal en ella.

"Al final del recorrido, uno de los visitantes se acercó a nosotros y nos contó que conocía a esa chimpancé. Esa persona era amiga de su antiguo dueño, que pegaba a Lili cuando era bebé", cuenta a Público la primatóloga Marta Bustelo, directora de este refugio para simios, el más grande de España.

Por eso, cuando un estudio publicado el mes pasado en la revista PNAS demostró que los chimpancés son capaces de recordar la cara de alguien hasta 25 años después de la última vez que lo vieron, a Bustelo no le tomó por sorpresa. "Lili no solo era capaz de reconocer a la persona que la había maltratado, sino también a la gente de su entorno social", nos dice.

"Para nosotros es muy obvio que los grandes simios saben diferenciar los rasgos faciales, no solo entre ellos, sino con seres humanos. Pero hasta que no sale a la luz una investigación académica como esta, se queda como una anécdota más", nos comenta Marta Bustelo, que lleva 29 años trabajando con primates.

Reconocen a sus iguales y a las personas

Su capacidad para tener memoria a largo plazo podría haber sido una pieza clave en la evolución de su especie

"Igual que nos ocurre a nosotros, los primates reconocen a las personas no solo por su rostro, sino también por su forma de andar. Incluso, como han comprobado otras investigaciones, aunque se tape la cara", apunta Bustelo.

Eso mismo demostró Louise, una chimpancé pigmeo de 46 años que participó en el experimento de la doctora Laura Lewis, psicóloga evolutiva de la Universidad de California en Berkeley y autora del estudio que deja constancia de cómo un varios chimpancés y chimpancés pigmeos recuerdan la cara de otros simios que llevaban años sin ver.

Louise había vivido, hasta 1992, en el zoo de San Diego con su hermana y su prima. Luego, se había separado de ellas al mudarse al zoo de Cincinnati y, en 2014, al santuario de Kumamoto, en Japón. Pues bien, después de todo ese tiempo, 26 años, seguía siendo capaz de reconocer a sus familiares de forma inequívoca.

Su capacidad para tener memoria a largo plazo podría haber sido una pieza clave en la evolución de su especie, según asegura Lewis. En su opinión, puede serles útil en su vida en libertad: por ejemplo, cuando una hembra de chimpancé pigmeo se emancipa de su madre para unirse a otro grupo y, en el futuro, ambos grupos se vuelven a encontrar, su capacidad de recordar le sirve para establecer alianzas con familiares o conocidos.

El experimento comenzaba instalando un monitor en el recinto de 26 animales, en el zoo de Edimburgo, en Escocia; el santuario Kumamoto en Japón; y el zoo Planckendael, en Bélgica. Para asegurarse de que se acercaran el tiempo suficiente, los investigadores colocaron una pajita junto a la pantalla, a través de la que los chimpancés podían sorber su zumo favorito.

Entonces, se les proyectaban parejas de imágenes –durante tres segundos cada una– de otros simios, en las que uno era un viejo compañero que el chimpancé llevaba años sin ver y otro, un desconocido.

Sufren mucho la cautividad

Los simios sufren traumas y problemas psicológicos a causa de las situaciones de maltrato

Con una cámara de infrarrojos, los científicos captaron sus movimientos oculares y descubrieron que los primates pasaban más tiempo mirando a sus viejos amigos –fueran parientes o no– que a los desconocidos.

Esta capacidad de recordar a largo plazo es una característica más que los humanos compartimos con los simios y con otras especies, como los delfines –que pueden recordar a sus compañeros después de haber estado veinte años separados, de acuerdo con otros estudios–.

También, igual que pasa con los humanos, los simios sufren traumas y problemas psicológicos a causa de las situaciones de maltrato que han vivido, como fue el caso de Lili, que provenía de la explotación del mundo del espectáculo. "Son animales que sufren mucho la cautividad, son muy conscientes de que se les ha privado de libertad", asegura Marta Bustelo.

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