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Un ciberoráculo para vaticinar las crisis

Un proyecto de la UE quiere utilizar supercomputadoras para desarrollar simulaciones que predigan el futuro procesando una cantidad inédita de datos

JAVIER SALAS

Cuando los reyes acudían al santuario de Apolo en Delfos para conocer el porvenir de sus batallas, territorios y reinados, y los tiranos gobernaban en función de las crípticas respuestas que mascullaba una pitonisa, los hombres conocían aquel lugar como el 'ombligo del mundo'. La solución a los problemas estaba en aquellos templos a los pies del monte Parnaso. Un oráculo que guía a las naciones ante sus dilemas es una idea poderosa, sobre todo si es fiable, algo que un grupo de científicos no considera ni inviable ni lejano.

Los investigadores que se han congregado en torno al proyecto Living Earth Simulator (Simulador de la Tierra Viva) aspiran a tener lo más parecido a un oráculo funcionando a pleno rendimiento en apenas una década. 'Es hora de revelar los procesos y las leyes ocultas que transforman las sociedades a través de un trabajo conjunto, y un esfuerzo multidisciplinar a gran escala', asegura a Público el líder de este proyecto, el profesor Dirk Helbing, del Instituto Suizo de Tecnología. 'Se trata del reto científico más acuciante de nuestro siglo', añade.

'Sin lugar a dudas, predeciremos crisis como esta', asegura el líder del proyecto

El proyecto, que implicará a pleno rendimiento a 150 científicos de todo el mundo sólo durante este año de preparativos, pretende realizar las más complejas simulaciones de la sociedad humana mediante la suma, en los más potentes supercomputadores, de cantidades ingentes de información de casi todas las disciplinas del conocimiento humano. Es la mayor colección de conocimiento empleada nunca.

Mezclados, no agitados, estos datos deben permitir leer correctamente los comportamientos humanos, y posteriormente deconstruirlos para crear modelos fiables que sirvan para simular el porvenir y proyectar el futuro con información de calidad.

'Necesitamos desarrollar modelos realistas que reflejen toda la gama de posibles eventos futuros, la probabilidad de que ocurran dado el estado actual del mundo y qué hará que una posibilidad u otra sea más probable. Con esos modelos podemos dibujar conclusiones útiles como qué acciones favorecerán situaciones positivas y qué medidas frenarán o atenuarán el desarrollo de problemas eventuales, como crisis económicas y desastres', defiende Helbing, experto en simulación del comportamiento de peatones.

Se adelantarán a pandemias, falta de agua, migraciones y aumento del crimen

Los científicos apuntados al experimento, de más de 150 instituciones del prestigio de las universidades de Cambridge, Oxford, Bolonia y Harvard, el MIT y la London School of Economics, no pueden ser considerados modestos, ya que comparan las dimensiones del LES con lo que supusieron las misiones Apolo para la carrera espacial, el proyecto Manhattan para la física nuclear o el proyecto Genoma para el ADN. La revolución, en este caso, será para las ciencias sociales.

Evidentemente, las dimensiones de la información con los que los investigadores alimentarán sus máquinas van mucho más allá de pautas estadísticas sobre tráfico y movilidad peatonal. El experimento ya cuenta con el apoyo de expertos en áreas tan dispares como sociología, ciencia cognitiva, antropología, economía, ciencias políticas, leyes, biología, ecología, informática, ingeniería, matemáticas y física. Cientos de técnicos y expertos de 25 países distintos trabajarán para recopilar todos los datos disponibles (desde el uso de teléfonos móviles hasta sensores de cámaras de tráfico) de cada una de estas ramas del saber actuales y futuras para que no falte ni una gota de interés dentro del cóctel. La coctelera será la supercomputación distribuida puesta al servicio del LES de manera coordinada desde distintos países del nuevo ombligo del mundo, Europa.

Porque es, o será, un proyecto europeo. En marzo, la Comisión Europea concederá los primeros euros para ponerlo en marcha, la décima parte de los 1.000 millones de euros que serán necesarios para este experimento de diez años. 'Si les gusta lo que realicemos durante el primer año, el piloto, nos darán el resto', afirma Steven Bishop, coordinador del proyecto y responsable de ponerlo en marcha con la financiación necesaria, y quien reconoce a este diario su confianza en que les den el primer cheque.


Si todo marcha como esperan, en 2013 echará a andar el experimento y en 2015 comenzarán a diseñar los nuevos conceptos de simulación y recolección de datos. A finales de esta década tendrán los primeros escenarios de simulación y visualización de la realidad global y para 2022 ya podrá realizar predicciones a escala planetaria. 'Supongo que los primeros resultados tardarán algunos años, pero esperamos lanzar los primeros patrones casi desde el principio, tras el primer año de trabajo', adelanta Bishop. Este profesor del University College of London no se corta a la hora de enunciar las profecías que serán capaces de realizar: 'Sin lugar a dudas, vaticinaremos crisis como la reciente'

'Aumentará nuestra capacidad de evitar escenarios negativos para la sociedad', anuncia Helbing, 'porque tendremos desmenuzados los mecanismos que están detrás de desastres financieros, crisis medioambientales, pandemias y otras situaciones catastróficas'. Para afinar el tiro de este tipo predicciones, se constituirán observatorios de crisis que permitan un análisis en tiempo real del flujo de datos, para detectar a tiempo alertas de acontecimientos inminentes como el aumento de la criminalidad, la corrupción de sistemas, desabastecimientos de agua, etc.

Será la primera vez que se aplican estas técnicas de predicción por medio de supercomputadores -tan habituales en física- al análisis de las disciplinas que estudian la relación de los humanos con su entorno, reñidas desde siempre con las matemáticas predictivas. En este campo, uno de los legados del LES será dejar un lenguaje formal todavía en pañales. Incluso se proponen enseñar a programar a estos expertos en ciencias socioeconómicas, para que aprovechen todas las posibilidades del flujo de información.

Ya en la actualidad hay siete instituciones españolas implicadas en este esfuerzo, entre las que está el Centro Nacional de Supercomputación de Barcelona (BSC), donde ya trabajan a pequeña escala con tres millones del Ministerio de Ciencia en el desarrollo de una metodología dirigida a simular las sociedades. En su caso, analizarán yacimientos arquelógicos y su evolución para probar que los modelos de simulación son correctos.

'Estamos aplicando en la arqueología la posibilidad de llevar la simulación de manera masiva a las ciencias sociales', afirma el investigador del BSC Xavier Rubio. Desde allí se trabajará de manera paralela en ambos proyectos, que para Rubio son muy prometedores. 'Vamos a crear una metodología de trabajo inédita. En física han trabajado 300 años con los mismos métodos, nosotros apenas llevamos 20. Será revolucionario expresar las ciencias sociales en un lenguaje formal, más fácil de probar y de contestar', asegura Rubio, quien todavía no tiene claro cómo harán los superordenadores de Suiza, Alemania y España para trabajar de forma coordinada en el LES.

Para evitar un mal uso las cantidades ingentes de información que el LES va a digerir y suministrar, se desarrollarán sistemas para prevenir la identificación de individuos, sus preferencias y comportamientos, permaneciendo anónimos. Los responsables del proyecto insisten en que la tecnología que pretenden desarrollar, por la que ya se ha interesado el magnate George Soros, también está al alcance de gobiernos o corporaciones que quieran invertir en una máquina sabelotodo como la suya. Por eso, resumen, mejor en manos de la UE.

Steven Bishop reclama que es 'el momento de atajar los grandes problemas. Tenemos que ayudar a los que toman las grandes decisiones a optar por acciones que no nos lleven a futuras dificultades', resume este científico. Eso sí, además de las buenas intenciones que demuestran, no niegan que sus hallazgos puedan traer consigo interesantes oportunidades de negocio gracias a los sofisticados datos que se podrán obtener sobre el comportamiento de los consumidores o el desarrollo de proyecciones financieras.

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