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Una ecografía galáctica

Nuevas imágenes del telescopio espacial europeo Herschel muestra el interior de una nebulosa donde cientos de galaxias se preparan para nacer

 

D. M.

A mil años luz de la Tierra, en el interior de una nube oscura (en la imagen), 700 nuevos embriones de estrellas se acumulan en los filamentos de la constelación del Águila. En esos filamentos se condensan el polvo y el gas que, cuando estén suficientemente concentrados, encenderán un reactor de fusión nuclear. Según los astrónomos de la Agencia Europea del Espacio (ESA), 100 de los 700 embriones son protoestrellas a punto de nacer. El resto aún están poco desarrollados, pero algún día alcanzarán la madurez necesaria y podrán, incluso, tener su propio sistema solar.

La nube forma parte del Cinturón de Gould, un gigantesco anillo de estrellas con el Sistema Solar en el centro. Esta especie de maternidad cósmica provee de estrellas a constelaciones como Orión, Escorpio o la Cruz. El estudio de este tipo de lugares es uno de los objetivos de Herschel, el gran telescopio espacial europeo lanzado en mayo de este año. Ayer, la ESA presentó en Madrid los resultados obtenidos en sus primeros meses de trabajo. Ya está previsto que dirija su vista a otras 14 regiones de formación de estrellas.

Herschel ha descubierto un gran semillero de estrellas

El gran observatorio europeo, que con sus 3,5 metros de diámetro tiene el mayor espejo puesto jamás en órbita, fue diseñado para estudiar el Universo infrarrojo. Esta peculiaridad de Herschel le permite recoger imágenes luminosas donde otros solo ven oscuridad. Los datos que puede tomar de semilleros de estrellas, como el de la constelación del Águila, son imposibles para telescopios que trabajan en el rango de luz visible. La gran cantidad de polvo estelar que los rodea hace que sean opacos. Para poder observar procesos fríos como los de formación de estrellas, Herschel está criogenizado. 2.000 kilos de helio líquido mantienen sus instrumentos a 273 grados bajo cero y le permiten realizar estas ecografías galácticas.

Los astrónomos esperan que la posibilidad de observar este Universo frío ayudará a comprender el proceso de formación de las estrellas y de todo lo que existe en el cosmos incluida la vida desde su origen. El polvo estelar que antes resultaba invisible es la pasta fundamental con la que después las estrellas producen los elementos con que se construyen los planetas, los humanos o las mesillas de noche. Y parece que está por todas partes: las nuevas imágenes de Herschel han mostrado también que gran parte del vacío interestelar está lleno de polvo de estrellas.

Curiosamente, igual que puede observar el nacimiento de estrellas, el nuevo telescopio también puede contemplar mejor su muerte. Una de las imágenes captadas por Herschel muestra una estrella moribunda a través del polvo cósmico que lanzó al espacio en el momento de su colapso.

Trabaja a 273 grados bajo cero para ver un cosmos antes invisible

Para compartir las imágenes de este gran observatorio espacial, la ESA ha puesto en marcha OSHI, una web en la que estarán disponibles en alta resolución las mejores imágenes tomadas por Herschel. Por ahora hay pocas, pero conforme avance la misión se empezará a construir una exposición del Universo frío en todo su esplendor. Estrellas enanas, nubes moleculares o galaxias cubiertas de polvo son algunas de las promesas. Las primeras imágenes ya han empezado a mostrar que el cosmos es más complejo de lo que dicen las teorías.

 

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