Este artículo se publicó hace 3 años.
Lo que esconde la arena del desierto en Arabia
Se han excavado miles de herramientas hechas por homínidos desde hace 400.000 años, pero no se encuentran restos humanos.
Malen Ruiz de Elvira
Madrid-
Un desierto inmenso donde antes todo era verde y húmedo. Miles de herramientas de piedra escondidas bajo la arena desde hace centenares de miles de años, pero apenas restos de aquellos humanos que lo habitaron.
Es el fascinante pero también frustrante resultado, hasta ahora, del proyecto multinacional Palaeodeserts, que estudia la zona norte de la península de Arabia en la antigüedad y que ha concluido que por allí, en oleadas sucesivas, pasaron desde África los homínidos, el último la especie humana actual, el Homo sapiens.
Desde hace 400.000 años, saben ahora los científicos al reconstruir el paleoclima, hubo periodos de menor aridez en la zona del desierto de Nefud, en el norte de Arabia, que aprovecharon los antepasados de los humanos actuales para salir (o entrar) de África por el único puente terrestre existente con Asia, la península del Sinaí. Se ha constatado la existencia en aquellos intervalos temporales de lagos en cuyas orillas se han encontrado, en los diversos niveles excavados, miles de herramientas de piedra y fósiles de animales grandes, que prueban que hubo asentamientos semipermanentes. Pero no quedan restos físicos de aquellos habitantes fantasmales.
Hasta 2018 no llegó el hallazgo en esa zona de un fósil humano, un mero dedo que se dató en hace 85.000 años y que es el único hasta ahora. Poco después se hallaron unas pisadas humanas de hace unos 120.000 años. En ambos casos se cree que son de Homo sapiens. Los expertos se preguntan qué pasó con aquellas comunidades.
Las imágenes por satélite son las que llevaron a los investigadores a iniciar este enorme trabajo hace ocho años, con la premisa de que el agua dulce es imprescindible para la vida de los animales superiores terrestres, incluido el hombre. Muestran, para el que sabe interpretarlas, una red fluvial desaparecida que abarcó la península arábiga y que estuvo alimentada por un gran aumento en las precipitaciones durante el verano.
En uno de los cinco lagos en los que se ha centrado Palaeodeserts, en un lugar conocido como Khall Amayshan, se encontró el fósil humano y ahora es cuando se ha obtenido un panorama más completo de las sucesivas migraciones en la zona, que se publicó recientemente en Nature. "Esto pone firmemente a Arabia en el mapa como una región clave para comprender nuestros orígenes y nuestra expansión al resto del mundo", dice Michael Petraglia, director del proyecto, en el que participa el español Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana.
Los humanos antiguos, desde el Homo erectus al neandertal, se aventuraron en Arabia al menos durante cinco épocas en el Pleistoceno, resumen los científicos, aproximadamente cada 100.000 años desde hace 400.000. La quinta y última oleada de la que hay pruebas fue hace 55.000 años, cuando ya el Homo sapiens llevaba mucho tiempo extendido fuera de África.
Para aventurar quiénes eran los pequeños grupos que aprovechaban los intervalos climáticos favorables junto a animales como los hipopótamos y los elefantes, hay que analizar las herramientas que fabricaban para sobrevivir cazando. Las más antiguas las fabricaron una o varias especies de homínidos primitivos que no se han podido identificar pero que corresponderían a Homo erectus. Las más modernas corresponderían a H. sapiens o a neandertales, dos especies que pudieron incluso coincidir allí.
No se excluye que los primeros procedieran, en la última oleada al menos, ya del sureste asiático o del Mediterráneo, en vez de salir de África. Sin embargo, todas las herramientas se parecen más a las africanas correspondientes en el tiempo que a las de otras regiones del mundo.
El proyecto Palaeodeserts estudia el cambio medioambiental en el desierto de Arabia en el último millón de años y cómo afectó a los animales y humanos que lo habitaron en la antigüedad. Los investigadores de muchos países, liderados por la Sociedad Max Planck de Alemania, llevan ocho años de trabajo con el permiso y la colaboración de la Administración saudí.
Desde el punto de vista histórico y también cultural, Arabia, con una extensión de tres millones de kilómetros cuadrados, es un país que apenas se ha estudiado. Hasta hace 10 años el yacimiento arqueológico más antiguo explorado era de hace solo 10.000 años, por lo que se ha avanzado mucho pero se sigue sabiendo muy poco sobre sus habitantes antiguos, y no solo los fantasmales de hace centenares de miles de años.
También en el norte de Arabia hace tan solo unos 7.000 años una civilización desconocida edificó miles de estructuras rectangulares (mustatiles) de hasta 600 metros de longitud sin uso conocido, anteriores a las pirámides de Egipto y al famoso Stonehenge. Se han censado recientemente 1.000 de estas estructuras, que se detectan desde el aire y conforman el escenario ritual a gran escala más antiguo conocido. Estos habitantes aprovecharon también un periodo más húmedo en la zona, de unos 4.000 años de duración, antes de desaparecer.
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