Público
Público

Una carambola estelar mató a los dinosaurios

Los científicos identifican el asteroide que causó la gran extinción cretácica

JAVIER YANES

Es conocido que los dinosaurios desaparecieron en una extinción masiva provocada por el impacto de un asteroide hace 65 millones de años, en la transición del periodo Cretácico al Terciario. Científicos del Instituto Southwest de Colorado han logrado fechar el fenómeno cósmico que dio origen a aquel meteoro: hace 160 millones de años, un impacto en el cinturón de asteroides generó una lluvia de fragmentos que deambularon por el sistema solar hasta que uno de ellos, casi cien millones de años después, provocó el gran cataclismo.

Examinando la historia de numerosos cráteres terrestres y lunares, el astrónomo William Bottke y sus colaboradores descubrieron que la tasa de colisiones de cuerpos grandes —mayores de un kilómetro de diámetro— contra la Tierra y su satélite se multiplicó por dos hace unos cien millones de años.

A partir de los datos, los investigadores plantearon un modelo hipotético para explicar esta fluctuación en las lluvias de meteoros, que luego cotejaron con los datos geológicos y astronómicos mediante simulaciones numéricas. El resultado parece corroborar los argumentos de los científicos con una probabilidad superior al 90%, y ha superado los estrictos filtros para su publicación en la prestigiosa revista Nature.

El hijo de Baptistina

Según Bottke, hace 160 millones de años, una inmensa colisión en el cinturón de asteroides aniquiló un cuerpo de 170 kilómetros de diámetro. Los fragmentos  resultantes, entre ellos la que hoy se denomina familia Baptistina de asteroides, se dispersaron por el sistema solar y adoptaron órbitas diversas, vagando durante millones de años. Hasta que, finalmente, uno de ellos impactó en Yucatán, abriendo el cráter Chicxulub, de 200 kilómetros, y alterando el rumbo de la evolución.

Los autores del estudio han ligado al mismo evento el origen de otros impactos sobradamente estudiados, como el cráter Tycho de la Luna, uno de los rasgos faciales más sobresalientes del satélite terrestre. Esto explicaría también la procedencia de un tercio de las rocas espaciales que circulan en el entorno de la Tierra y que ocasionalmente se precipitan sobre ella.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?