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El melanoma es el cáncer de piel menos común pero el que mayor tasa de mortalidad tiene

Casi el 90% de los melanomas están causados por la exposición al sol. Las cabinas de rayos UVA incrementan la posibilidad de desarrollar cáncer de piel. Una detección precoz eleva la tasa de curación por encima del 95%.

El melanoma es el cáncer de piel menos común pero el que mayor tasa de mortalidad tiene.

AGENCIAS

El cáncer de piel es el tipo de cáncer más frecuente y su incidencia ha ido aumentando a un ritmo de un 10% anual en los últimos años, lo que se traduce en que en los últimos 5 años su incidencia ha aumentado aproximadamente un 50%. “Según datos de la Asociación Americana del Cáncer, una persona muere en el mundo cada hora a causa del melanoma. Una enfermedad que se puede prevenir fácilmente y que detectada a tiempo tiene una tasa de curación de más del 95%”, afirma Miguel Sánchez Viera, director del Instituto de Dermatología Integral (IDEI).

Cada año se detectan en España 5.000 nuevos casos de melanoma (y mueren 1.000 personas a causa de melanomas avanzados). Estos 5.000 representan casi el 5% de todos los tipos de cáncer de piel que se diagnostican anualmente. Los otros dos tipos más frecuentes son el carcinoma basocelular y el espinocelular. Todos ellos están asociados a la exposición solar, pero en estos últimos, sin embargo, al tener una menor capacidad de realizar metástasis que el melanoma, su curación se acerca al 100%.

“Nos preocupa a los dermatólogos que a pesar de las campañas de concienciación que llevamos a cabo cada año, haciendo hincapié en que la prevención y un diagnóstico precoz consiguen casi una curación total, la incidencia del cáncer de piel, y del melanoma especialmente, sigue aumentado, sobre todo en la población joven, que suele hacer más oídos sordos a las medias preventivas”, alerta Sánchez Viera.

Diagnóstico precoz

Los nuevos métodos diagnósticos facilitan la detección del cáncer de piel. La dermatoscopia digital y el mapeo corporal, métodos no invasivos y fáciles de practicarse a cualquier persona, consiguen que los dermatólogos puedan controlar de un modo muy preciso la evolución de los lunares y otras lesiones sospechosas, antes incluso de que degeneren en un cáncer de piel. La realización de esta prueba anualmente en personas con riesgo facilita el diagnóstico precoz y, por lo tanto, la curación.

“El mapeo corporal y la dermatoscopia digital se realizan mediante equipos de fotografía digital que realizan un mapa seriado de nuestra piel, asociado a la detección mediante microscopia de superficie de lesiones sospechosas, almacenando las imágenes para su seguimiento y comparación posterior. Además, la dermatoscopia digital analiza la forma, el color, el diámetro y la evolución, facilitando tomar una decisión en cada momento”, asegura.

Prevención

La principal medida preventiva es la protección frente a la radiación solar y las fuentes artificiales de rayos UVA, fundamentalmente las cabinas bronceadoras de rayos UVA.

- No exponerse al sol sin fotoprotección, como mínimo con un factor de protección de al menos 30, aunque es más efectivo el de 50. Esta práctica debe incluirse cuando se está en playas y piscinas, pero también al salir de excursión, hacer deporte al aire libre o pasar una mañana arreglando el jardín, por ejemplo.

- Evitar el sol en las horas centrales del día, de 12:00 a 17:00 horas. Si no es posible, hacerlo siempre con fotoprotectores (renovándolos cada 2 horas), utilizando gorras, sombreros y ropa que nos proteja del sol y estando la mayor parte del tiempo en la sombra.

- No exponer al sol a niños menores de 3 años, ya que tienen la piel muy sensible y delicada y su sistema defensivo está en proceso de formación.

- No utilizar cabinas de bronceado de rayos UVA.

“Los últimos datos demuestran que las personas que han utilizado las cabinas de broceado más de 10 veces en su vida tienen un 34% más de riesgo de contraer cáncer de piel que una persona que no las ha utilizado. Muchos estados norteamericanos y países, incluido España, no permiten utilizar las cabinas de bronceado a menores de 18 años”, afirma Sánchez Viera.

El factor genético también está presente en la aparición del cáncer de piel. Las personas con muchos lunares, piel blanca, pelo rubio o pelirrojo o con antecedentes personales o familiares de cáncer de piel tienen más predisposición a padecer un cáncer de piel en un futuro. Por este motivo, las campañas de concienciación contra esta enfermedad siempre inciden en la necesidad de acudir periódicamente al dermatólogo para hacer una revisión, además de la autoexploración regular.

Para la autoexploración, se puede utilizar la regla nemotécnica del ABCDE
• A: Asimetría del lunar
• B: Bordes irregulares
• C: Cambios de color
• D: Diámetro superior a 5 milímetros
• E: Evolución (cambio de tamaño, color o forma en poco tiempo)

Si se detecta alguna mancha con alguno de estos detalles, es recomendable acudir a un dermatólogo porque no significa que se tenga necesariamente un cáncer de piel, pero puede indicar que algo esté cambiando a nivel celular en el lunar y debe ser el especialista el que determine si es necesario hacer un seguimiento más exhaustivo o bien una biopsia para confirmar un diagnóstico precoz.

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