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El primer prototipo de vivienda sostenible impresa en 3D se encuentra en Catalunya

Es una iniciativa del Institut d'Arquitectura Avançada de Catalunya y su proceso de construcción no ha generado ningún residuo.

El edificio TOVA, el primer edificio realizado con barro por una impresora 3D
El edificio TOVA, el primer edificio realizado con barro por una impresora 3D. IACC

La impresión 3D vive un momento de esplendor a nivel internacional. Ahora, aterriza también en Catalunya, y encarna la esperanza de un grupo de arquitectos de romper moldes y dirigir la construcción hacia un modelo sostenible. El proyecto, bautizado como TOVA, constituye el primer edificio impreso en 3D de España y pretende presentar una alternativa frente a las emergencias climáticas y migratorias de la actualidad.

Los artífices son un equipo de estudiantes e investigadores del Postgrado de Arquitectura con Impresión 3D del Institut d'Arquitectura Avançada de Catalunya (IAAC) que intentan dar respuesta a los retos sociales y medioambientales del futuro mediante este prototipo de vivienda sostenible

La humilde construcción se encuentra en las instalaciones de Valldaura Labs, ubicada en la carretera de Horta de Cerdanyola del Vallés, que ya de por sí es bastante singular, ya que es el primer laboratorio de autosuficiencia en Europa. En otras palabras, la estructura tiene capacidad para generar energía propia mediante energías renovables y producir alimentos y productos necesarios a partir de los recursos del entorno.

El IAAC lo construyó en 2008 a partir de una antigua masía de tres plantas que se levantó en 1888 y que se encontraba bastante deteriorada. Así se plantó la semilla, y ahora el recinto ha visto madurar otro proyecto único, TOVA.

Un método de construcción sostenible

El edificio en 3D se ha construido con barro y una grúa WASP, un sistema de impresión 3D para la edificación. Como explican desde el IAAC, "se trata de uno de los métodos de construcción más sostenibles y respetuosos con el medio ambiente en la actualidad" porque, no sólo se ha construido en siete semanas y con materiales de kilómetro cero, sino que además, el proceso de construcción no ha generado ningún residuo. En definitiva, TOVA es un edificio con una huella de carbono casi inexistente.

La estructura se nutre sólo de materiales de kilómetro cero: barro local, mezclado con aditivos y enzimas, y un techo de madera. La cimentación es de geopolímero. Para garantizar su durabilidad, añadieron una capa impermeable compuesta de materias primas como el aloe y las claras de huevo. Tiene en cuenta incluso las condiciones climáticas del Mediterráneo.

Según el IAAC, éste podría construirse en cualquier parte del mundo y la técnica requerida podría solucionar los problemas de acceso a la vivienda en zonas vulnerables o asentamientos temporales, a la vez que ofrece una opción asequible y sostenible. Una propuesta que ha dado paso a una idea más ambiciosa que llevarán a cabo en colaboración con la empresa WASP: levantar una casa entera con la tecnología de la impresión 3D.

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