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Si quieres conocer la salud de tu ciudad mira al cielo y cuenta las aves

A pesar de suponer en sí una alteración del hábitat natural, las ciudades albergan un buen número de aves.

El gorrión común ha sido nombrado Ave del Año 2016.- SEO/Birdlife

CATY ARÉVALO (EFE)

Conocer el estado de la biodiversidad urbana es fundamental para saber la salud del medio ambiente en el que vivimos, sin embargo, en España apenas hay ciencia sobre los ecosistemas de las ciudades a pesar de que constituyen señales de alerta de lo que les ocurre a sus habitantes. Para subsanar esta laguna de conocimiento la organización SEO/BirdLife pone en marcha hoy el Primer Seguimiento de Aves Urbanas (SACRE Urbano) de España, para el que busca 1.000 urbanitas en todo el territorio que se animen a mirar hacia arriba periódicamente cuando salgan de casa y a anotar las aves que escuchen o vean.

La iniciativa tiene como precedente el programa SACRE general que la organización puso en marcha hace casi veinte años, habiéndose convertido hoy en el censo estatal oficial de las aves en España y acabado sus resultados en estudios publicados en prestigiosas revistas científicas como Science. Para participar en el programa no se requieren grandes conocimientos de aves, basta con tener interés, "vivir en una ciudad y establecer un recorrido de diez puntos en las inmediaciones de tu casa donde periódicamente te pares cinco minutos y anotes la aves que veas y/o escuchas", explica Juan Carlos del Moral, coordinador de Seguimiento de Avifauna de SEO/BirdLife.

"Se trata de recoger el tipo de aves y número de ejemplares: aquí veo 10 palomas domésticas, dos gorriones, un verdecillo...", detalla José María de la Peña, biólogo de la misma organización. Los mejores momentos para hacer el seguimiento son las primeras horas de la mañana o las últimas de la tarde, que es cuando las aves presentan más actividad.

Para que los urbanistas aprendan a identificar aves urbanas, la ONG organizará cursos de reconocimiento físico y del canto en las grandes ciudades españolas. Embarcando también a personas no expertas en esta iniciativa, la ONG pretende "sensibilizar mediante las aves de los problemas del medio ambiente urbano, implicándoles mediante la ciencia ciudadana para que contribuyan a desvelar qué está ocurriendo", subraya De la Peña.

Además, "los datos obtenidos en varios años permitirán que tengamos una medida de la salud de las ciudades. Si las poblaciones se mantienen estables o favorables será un indicativo de que las condiciones no empeoran, si en cambio disminuyen será señal de que el medio ambiente va mal y será una base para tomar medidas", añade Del Moral.

A pesar de suponer en sí una alteración del hábitat natural, las ciudades albergan un buen número de aves

A pesar de suponer en sí una alteración del hábitat natural, las ciudades albergan un buen número de aves, entre las más comunes el gorrión, paloma doméstica y torcaz, urraca, vencejo, carbonero común, colirrojo tizón, verderón común, serín verdecillo, mirlo, cernícalo común, avión común, gaviotas, estorninos, carboneros, cigüeñas, pico picapinos, pitón real o abubillas.

Los ornitólogos sospechan que, al igual que se ha constatado ya en otras ciudades europeas, los cantos de los pájaros están desapareciendo de las urbes españolas debido a la falta de estructuras para nidificar, la contaminación, la escasez de zonas verdes, las especies invasoras o a la ausencia de insectos (en el caso de las especies que se alimentan de ellos) por la cantidad de herbicidas usados en plantas y jardines. El nuevo SACRE Urbano pretende cuantificar el declive especie por especie para poder actuar a tiempo, no sólo por las aves sino también por la salud y calidad de vida de las personas.

Así por ejemplo, un equipo de investigación de la Universidad Complutense de Madrid demostró que una de las especies más habituales en las zonas urbanas, el gorrión común, es bioindicador de la calidad del aire de las ciudades. "Mediante análisis de sangre comprobaron que los gorriones de las áreas más contaminadas de las ciudades sufrían una fuerte anemia, poseían menos masa muscular y grasa, y estaban inmunodeprimidos", relata Del Moral.

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