Este artículo se publicó hace 16 años.
El Sol no fue diseñado para producir vida
Un estudio comparativo muestra que la estrella no tiene nada de especial
Entre los astrónomos se discute hace tiempo si un cúmulo de casualidades creó en la Tierra las condiciones necesarias para que apareciese la vida o si, por el contrario, sólo es un planeta más en el Universo y muchos otros pueden gozar de características parecidas. El personaje clave de esta historia es el Sol; proporciona la energía que alimenta los procesos biológicos y guarda en su interior la receta química que propició su comienzo.
Para comprobar si el Sol es especial, astrónomos de la Universidad Nacional Australiana han comparado en un estudio 11 de las características del astro con las de varios cientos de estrellas. “Contemplamos 11 propiedades que podrían estar relacionadas con la vida y las analizamos”, explica José Robles, autor principal del estudio , que se publicará en The Astrophysical Journal. “El resultado es que no parece que el Sol tenga nada de especial”, con firma el astrofísico, de origen mexicano.
Entre las características menos comunes del Sol está su masa, superior a la del 95% de las estrellas de su vecindario, o su órbita, en torno al centro de la galaxia, menos excéntrica que la del 93% de las estrellas estudiadas. Sin embargo, explica Robles, “cuando se analizan las 11 propiedades juntas, el Sol aparece como una estrella elegida al azar, más que una seleccionada por ser propicia para la aparición de vida”.
Este estudio apoya la idea de que la vida podría ser común en el cosmos y contradice los resultados de estudios anteriores que colocaban al Sol en una categoría diferente a la de la mayoría de las estrellas. Según estos estudios, la órbita más circular del Sol evita que todo el sistema se traslade hacia el interior de la galaxia, donde los estallidos de supernovas podrían haber acabado con la vida en la Tierra. Además, el hecho de que el Sol no comparta el Sistema Solar con otra estrella hace más fácil que existan órbitas planetarias estables, como la de la Tierra.
Misma edad que las vecinas
Una las características del Sol que más lo acercan a otras estrellas es su edad. Con 4.570 millones de años, sólo el 53% de las estrellas que ocupan la misma región de la galaxia son más viejas (en todo el Universo, un 86%). El contenido de hierro también es similar al de otros astros; un 65% de los que orbitan cerca del Sol tiene un menor contenido de este elemento.
Otros aspectos, como la relación entre el carbono y el oxígeno (un 81% tienen mayor porcentaje que el Sol) o la velocidad de rotación (un 83% de las estrellas cercanas de masa similar rotan más rápido que el Sol) apuntan una cierta particularidad del astro, pero los investigadores consideran que la variación está dentro de los parámetros normales.
Uno de los coautores del estudio, el científico Charles Lineweaver, asume que el estudio se presta a lecturas no científicas. “Quienes busquen una justificación a sus creencias de que la vida terrestre y la humanidad son especiales, interpretará estos resultados como un derrocamiento humillante”, afirma el experto.
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