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La vacuna que nadie toma

La percepción de que la alergia no es una enfermedad grave y la larga duración del tratamiento frenan su aplicación

AINHOA IRIBERRI

Sólo existe una terapia que consiga eliminar los síntomas asociados a la alergia, una plaga que afecta al 20% de la población española y que lo hace, sobre todo, en la primavera. El tratamiento una vacuna, que se conoce como inmunoterapia tiene una eficacia que oscila entre el 50% y el 80%, lo cubre la seguridad social en un 40%, como todos los fármacos y no provoca efectos secundarios.

Y, sin embargo, sólo lo sigue entre un 10% y un 20% de los afectados, para escándalo de los alergólogos y de los médicos que, cada primavera, ven como los servicios de Urgencias se llenan de pacientes con crisis de asma, evitables con la vacuna. ¿Qué explica, entonces, la infrautilización de este tratamiento?

Según el coordinador del Comité de Inmunoterapia de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), Pedro Guardia, la clave está en que los afectados por alergia no ven esta como un trastorno grave, por lo que se limitan a tomar fármacos para sus síntomas durante la época en la que las concentraciones de pólenes son más altas. Este especialista recuerda, sin embargo, que diversos estudios han demostrado que 'la alergia evoluciona' y que los síntomas más clásicos, y más fáciles de curar con fármacos, dan lugar a menudo a otros más graves. 'Hay ingresos por asma y muertes por asma', enfatiza.

Existe, sin embargo, una característica de la inmunoterapia que puede restarle puntos a un futuro usuario y es algo tan básico como la duración del tratamiento.

Aunque este varía según el alérgeno del que se pretenda proteger, cada paciente ha de estar recibiendo vacunas de forma periódica al menos tres años.

Para Guardia, sin embargo, este es un escollo que no provoca que los pacientes que empiezan a vacunarse dejen de hacerlo. 'La tasa de abandonos en mi servicio está en torno al 5%, mucho menor que en otras dolencias, como la hipertensión', subraya. Se trata, a su juicio, de no crear falsas expectativas, explicar bien el proceso y conseguir que el pacientes se implique.

Innovaciones

En cualquier caso, como suele suceder, la innovación médica parece haber dado respuesta a este problema. La empresa Allergy Therapeutics acaba de solicitar a la Unión Europea la aprobación de su vacuna Pollinex Quattro que promete acabar con la alergia en sólo cuatro dosis anuales.

Aunque la empresa confía en que esté en el mercado español a lo largo de 2010, Guardia puntualiza que esta vacuna se ha demostrado eficaz 'en países con el nivel de polinización muy bajo'. La nueva inmunización protege contra el polen de las gramíneas que, aunque es más frecuente que la suma del resto de alergenos juntos, no es el único que provoca rinoconjuntivitis y otros molestos síntomas a los alérgicos.

En cualquier caso, Guardia tiene claro que, antes de debatir sobre las características de la vacuna, hay un mensaje mucho más importante que transmitir. 'La clave está en el diagnóstico. La gente estornuda en primavera, deduce que es alérgico y se lanza a los antihistamínicos sin ir al médico. Esto no es correcto. Es como aquel al que le duele el estómago y simplemente consume antiácidos, sin ir al médico. A lo mejor tiene una infección por Helicobacter pylori y se podría curar con un simple tratamiento', comenta.

En la actualidad la inmunoterapia que se descubrió en 1911 es útil para la alergia a los ácaros, el epitelio de determinados animales (perro, gato y caballo), ciertos pólenes (gramíneas, olivo, cupresáceas, como el ciprés y plátano de sombra) y para un hongo, la alternaria, cuyas esporas habitan desde en hojas caídas hasta en la basura.

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