Este artículo se publicó hace 2 años.
RTVE apuesta por Chanel para Eurovisión frente a las favoritas: Rigoberta Bandini y Tanxugueiras
Radiotelevisión Española perdió anoche su gran oportunidad de convertirse en referencia para jóvenes y no tan jóvenes al ignorar las preferencias del público y dar la victoria a Chanel.
Sofia Chiabolotti
Actualizado a
Las redes arden desde anoche. Periodistas, políticos, analistas y famosos muestran su enfado con la decisión del jurado Benidorm Fest de que sea Chanel quien represente a España en Eurovisión.
El público de RTVE llevaba toda la semana con una apuesta clara por Rigoberta Bandini y las gallegas Tanxugueiras. Casi nadie fue ajeno al espectáculo. Desde la vicepresidenta Yolanda Díaz, que apostaba por sus paisanas, a la cantante Mónica Naranjo o Jordi Évole, que aplaudían desde sus redes a la canción Ay mama y su enorme teta sobre el escenario. Difícil se lo pone el presidente de RTVE, José Manuel Pérez Tornero, a la Defensora de la Audiencia, María Escario. La polémica está servida.
La ganadora del Benidorm Fest pone rumbo a Eurovisión
Alaska, Máxim Huerta e Inés Hernand abren con furor la primera edición de este formato de Benidorm Fest 2022, llamado a elegir el artista que representará a España en el próximo festival de Eurovisión. Que en mayo se celebrará en Turín, tras la victoria de la banda rock de los Måneskin en 2021.
La primera semifinal comienza con un especial homenaje a la cantante Raffaella Carrà: el grupo Varry Brava formado por Óscar Ferrer, Aarön Sáez y Vicente Illescas guiña tiernamente a la melodía vibrante del cabello rubio más famoso de Italia. La diversión parece asegurada si no fuera por la extraña remembranza: el tema de Raffaella se aproxima más a las notas de La notte vola de Lorella Cuccarini, otro gran éxito de la música italiana. Se agradece igualmente la veneración aunque quede solamente en la superficie del título, dado que ni siquiera la puesta en escena se acerca a las célebres actuaciones de la mítica Raffaella.
Los siguientes grupos Azúcar Moreno de las dos veteranas Toñi y Encarna Salazar y Unique no pasan la prueba. Los ritmos andaluces de las extremeñas y el lúdico mensaje de los cuatro jóvenes quedan en segundo plano en una competencia que desde el principio se ha teñido de rosa chicle. La escenógrafa catalana, Blanca Paloma, con su single Secreto de agua logra quizá vencer la bravuconería de los ritmos más pop por la delicadeza vocal y estética.
Y a pesar de la verdadera revelación artística de la noche –el trío de las gallegas Tanxugueiras que consigue una síntesis asombrosa entre tradición y modernidad– será la cantante de origen cubana, Chanel, la que se llevará la puntuación más alta del jurado de expertos. Una macedonia triunfante cuya receta incluye parte de las curvas y los ritmos de Beyoncé y Rihanna junto con una pizca de reguetón a lo Becky G y Jennifer López. Manjar delicioso para los aficionados de la música tex-mex, sin duda alguna, pero la pregunta surge espontánea: ¿es esto lo que queremos?
La segunda semifinal es más sufrida: Sara Deop, Marta Sango y Javiera Mena no logran convencer ni al voto popular ni al de los expertos. Gonzalo Hermida pasa a la final gracias al voto demoscópico de las 350 personas preseleccionadas. Mientras que Rayden y Xeinn se posicionan entre los últimos cuatro finalistas de la noche gracias a la confianza del jurado. Como era de esperarse Rigoberta Bandini, con una teta enorme que invade el escenario, cautiva por completo el público ahí presente y los espectadores en casa.
Varry Brava, Blanca Paloma, Tanxugueiras, Chanel, Rigoberta Bandini, Rayden, Xeinn y Gonzalo Hermida son los ocho finalistas de esta primera edición del Benidorm Fest. Pero no nos hagamos ilusiones: la música es femmena (hembra), dirían los napolitanos.
En una de las mejores películas del director neorrealista italiano Mario Monicelli, Esperemos que sea mujer (1986), un insuperable equipo formado por Liv Ullman, Catherine Deveuve, Giuliana de Sio y Stefania Sandrelli era llamado a interpretar una familia burguesa perdida entre los cerros de un pueblo toscano. Demasiado nostálgica para ser comedia y demasiado realista para ser drama, la película apelaba al sentimiento de autolegitimación y empoderamiento de una familia matriarcal con un final de revancha.
Hacía falta un final de ese tipo. Si el poderoso número coreográfico de Chanel evoca cierta explosión sexual donde la mujer acepta ser objeto del deseo, para convertirse enseguida en sujeto activo de esa misma atracción. Rigoberta Bandini y Tanxugueiras nos recuerdan que hay otro tipo de empoderamiento, que no necesariamente se alimenta del apetito masculino, sino que se convierte en autosuficiente y en armonía consigo mismo.
¿Por qué tenemos que ser víctimas? En el famoso cuadro de Eugène Delacroix, citado por Rigoberta Bandini en su tema, el pueblo francés con las escopetas en mano es hombre, pero la Libertad que lo guía es mujer. Esta es la España que queríamos para Eurovisión.
Lo cierto es que la mayoría de las propuestas musicales miran hacia el pasado, más que hacia formas nuevas de hacer música. Hay como un aire nostálgico que deja una huella en las voces y las melodías. Y sin importar el ritmo, los leds o los pasos de baile, el romanticismo de algo que fue –un deseo o una ilusión que ya no existe– confiere al festival un sabor vagamente amargo y a la vez cautivador.
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