Público
Público

Rigoberta Bandini: "No quiero que Vox tenga un lugar en el Parlamento"

La cantante Rigoberta Bandini, durante la entrevista
Entrevista a Rigoberta Bandini, el nombre artístico de Paula Ribó. Jaime García-Morato

Es la cantante del momento. Rigoberta Bandini (el nombre artístico de Paula Ribó) empezó su carrera en plena pandemia y, un año y medio más tarde, se ha convertido en una de las artistas más aplaudidas de España. Con más de 820.000 escuchas mensuales en Spotify, este verano ha colgado el cartel de 'sold out' en prácticamente toda la gira. No obstante, su carrera como artista, hace tiempo que ya había empezado. Antes de iniciar el proyecto de Rigoberta, ya había trabajado de directora, compositora y dobladora, entre otras.

Empezó su carrera como Rigoberta justo en el inicio de la pandemia, cuando estábamos encerrados en casa. Ahora, se escuchan sus temas en las discotecas y sus conciertos son una auténtica fiesta. ¿Cómo está viviendo todo este cambio?

Mi hijo es pequeño y todavía no he ido a ninguna discoteca ni creo que vaya próximamente. Es guay porque he empezado en el peor momento y ahora solo vamos a mejor. Yo lo he normalizado y ahora, que de repente empiece a ser como antes, es muy guay.

A finales de septiembre aparecía su foto en Times Square, en Nueva York, registra 820.000 escuchas mensuales en Spotify y ha hecho 'sold out' en la mayoría de los conciertos de la gira. ¿Le impacta todo este éxito en tan poco tiempo?

Lo de Times Square es muy impactante, pero es algo simbólico, parece el sueño americano. Las cosas que me pasan en el día a día me impactan más. Vender entradas rápido, que la gente me escriba mensajes bonitos... He currado muchos años en teatro y estaba muy acostumbrada a la precariedad… Sí que había tenido proyectos que funcionaban, pero nunca así.

¿Qué cree que es lo que ha conectado tanto de Rigoberta con la gente?

Es muy difícil verlo desde dentro. Estoy agradecida porque hago lo que me da la gana, funciona y a la gente le gusta. Hay algo bastante mágico en este proyecto: el momento en el que llegó, que coincidió con el nacimiento de mi hijo. Como soy muy espiritual, creo que está funcionando porque yo estaba preparada para que pasara.

Uno de sus 'hits' es la canción 'Perra'. Se trata de una palabra con connotaciones muy negativas para el patriarcado. ¿Usted ha querido reapropiarse de la palabra perra, otorgándole otro significado?

"La palabra perra tiene unas connotaciones sexuales, peyorativas. Pero para mí es tan simple como que quiero ser un animal, que no piense tanto"

Las decisiones que tomas componiendo cogen una dimensión muy fuerte, pero cuando estás en tu habitación no piensas "Voy a escribir la palabra perra porque el patriarcado…". Es tan fácil la semilla de todo: ¿Por qué no puedo decir perra? ¿Os asustáis? Juego con esto, me río de mí misma y de todos. La palabra perra tiene unas connotaciones sexuales, peyorativas. Pero para mí es tan simple como que quiero ser un animal, que no piense tanto, que se deje guiar por su intuición, no sea tan productiva y que me dejen en paz (risas).

Cada vez vemos a más mujeres visibles como guionistas, cómicas, presentando 'podcasts', cantantes, etc. ¿Nota que cada vez se piden más historias contadas por mujeres?

Noto que con mi proyecto tengo las puertas abiertas. Noto avances y que se da más voz, aunque aún falta. Somos torpes todavía, somos catetos en el avance, pero al menos hay intención. Noto que tengo compañeras escritoras, directoras de cine o periodistas a las que se les está apoyando. Pero creo que faltan muchas mujeres productoras de música, bajistas… Ahora mismo hay o 'girl bands' o proyectos con mujeres al frente porque en el escaparate queda bien una mujer normativa. 

¿Durante su carrera como artista —tanto como Rigoberta como Paula—, ha sufrido discriminaciones por el hecho de ser mujer?

Como Rigoberta vivo en el mundo de 'Yupi', pero no me está pasando. Me siento cómoda en el proyecto, que está formado por mi familia o por gente que se ha convertido en familia. Sí que me había pasado más con 20-21 años. Recuerdo sentirme pequeña y sentir que los técnicos se reían de mí. Esto no me está pasando ahora. Igual es porque ahora tengo 30 años, tengo un hijo y ya me da igual lo que digan y no me entero… pero creo que ha cambiado algo.

Tampoco le importa mojarse sobre Vox. En sus redes sociales ha reivindicado que no tendría que ser un partido legal. ¿Le da miedo su discurso?

"No soy muy radical, pero con Vox no lo entiendo"

Mucho, y más desde que soy madre. No soy muy radical, pero con Vox no lo entiendo. Ninguna creencia justifica esos titulares y esas mierdas que dicen por la boca. Me da igual meterme en un marrón, pero no quiero que se les dé un lugar en el Parlamento. A no ser que se les sancione cuando se pasan de la raya, porque como son como animalitos…

En su último concierto en Madrid, en el mes de septiembre, lamentaba que los espectadores tuvieran que estar sentados sin mascarilla, mientras las discotecas ya estaban abiertas…

En el concierto de Madrid la gente estaba sentada con mascarilla y a diez metros estaba abierta una discoteca, donde la gente estaba de pie y sin mascarilla. Y yo pensaba: "Jolín, siempre pringando".

¿Cree que el agravio comparativo que ha sufrido la cultura respecto a otros ámbitos ha hecho difícil su supervivencia?

Ahora volverá con muchas ganas. Me gusta ser positiva. No hay mal que por bien no venga. Ha muerto mucha gente y eso a nadie le ha ido bien, obviamente. Pero estamos volviendo con muchas ganas. Este verano va a haber más propuestas culturales que en toda nuestra vida. No habrá día que no haya algo.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?