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El cine se calienta por la crisis climática

Movilizaciones en todo el mundo desde este viernes hasta el próximo 27 de septiembre contra la crisis climática. Varios cineastas del planeta llevan años alzando la voz de alarma y su preocupación por la amenaza ambiental.

Un instante en 'Interstellar'.

La temperatura global aumenta peligrosamente cada año, sube el nivel del mar, las masa glaciares sufren un deshielo progresivo. Todo ello provoca daños en las cosechas y en la producción alimentaria, sequías, graves riesgos de salud, fenómenos meteorológicos extremos, como tormentas y huracanes, pavorosos incendios... y oleadas de migrantes ambientales. Jóvenes de todos los rincones del planeta se movilizan desde hoy (20 de septiembre) hasta el día 27 exigiendo el fin de la era de los combustibles fósiles y las emisiones de gases de efecto invernadero.

El informe sobre la crisis climática elaborado por la ONU advierte: quedan doce años para tomar medidas radicales o el mundo tal y como lo conocemos hoy desaparecerá para siempre. Las voces de alarma y de protesta se escuchan en todas partes, también en el cine, donde creadores de diferentes procedencias y muy distintas concepciones artísticas comparten la preocupación por la mayor amenaza ambiental a la que se enfrenta la humanidad. “¡Demasiada basura, Tierra cubierta!”.

El capitán B. McCrea ha descubierto que su hogar es la Tierra y que hay que intentar salvarla sea como sea. “No quiero sobrevivir, quiero vivir”. Al mando de la nave Axiom, en realidad solo se dedica a saludar a los pasajeros, mientras el ordenador Auto pilota. Gordo, apenas puede moverse después de años de ir de un lado a otro propulsado en su asiento. Instalado en su pereza y su desidia, ninguna preocupación le había asaltado, hasta que descubre que la Tierra de donde todos proceden y que hoy es un basurero fue un lugar hermoso en el que había granjas, se cultivaban plantas y “se comían pizzas”. “¡Ahí está nuestra casa! Home Auto! Y está en problemas. No puedo sentarme aquí y no hacer nada. Eso es lo único que he hecho. Es lo único que todos los que estamos en esta nave hemos hecho. ¡Nada!”

Hace once años, Pixar estrenó su mejor película hasta hoy, Wall-E, una maravilla de animación con la que espectadores de todas las edades contemplaban el futuro de la humanidad, navegando por el espacio como nómadas después de arrasar la Tierra. Dirigida por Andrew Stanton y con cuarenta minutos mudos bellísimos al comienzo, esta historia estaba protagonizada por un pequeño robot limpiador, Wall-E, y una resolutiva robot exploradora, EVE, una pareja te llevaba hasta las lágrimas de emoción.

'Wall-E'.

'Wall-E'.

Un planeta devastado

El Oscar, el Globo de Oro, el Bafta y muchísimos premios más ofrecían la esperanza de que el cine hubiera sido capaz de convencer a todo el planeta de la urgencia que se vivía. No fue así. La codicia seguía ganando. Aun así, otros cineastas han seguido y siguen intentándolo.

Uno de ellos fue el coreano Bong Joon-ho que hace seis años, en Snowpiercer, llevó al cine el cómic de Jean-Marc Rochette y Jacques Loeb, y nos permitió vislumbrar la demencial carrera a la que se había apuntado la humanidad atravesando un planeta devastado, donde los personajes eran ya los únicos supervivientes.

Cargada de tensión, contagiando una inquietud extrema, esos seres humanos, que se habían salvado tras un experimento fallido para solucionar el problema del calentamiento global, viajaban en un tren que nunca paraba y en el que reproducían los mismos esquemas sociales y nacían de nuevo odios y rencores entre ellos. “Este tren es un ecosistema cerrado. Siempre tenemos que buscar el equilibrio. Aire, agua, provisiones, la población... tiene que mantenerse siempre en equilibrio. Para un equilibrio óptimo, sin embargo, hubo tiempos en los que... una solución más radical fue necesaria. En los que la población debió ser reducida de manera... drástica”.

Muerte y destrucción que no se subrayaban en Interstellar (2014), en la que Christopher Nolan apostaba por la ciencia, eso sí, daba por sentado que la vida en la Tierra se agotaba y por ello sus personajes exploraban el espacio buscando algún planeta en el que sobrevivir y salvar a los humanos. Matthew McConaughey, Anne Hathaway, David Gyasi y Jessica Chastain acompañaron al cineasta en esta aventura.

Kevin Costner en 'Waterworld'.

Kevin Costner en 'Waterworld'.

"La película más aterradora"

Una buena parte del planeta –excepto un puñado de negacionistas del calentamiento global– ya sabía, cuando la película se estrenó, que el punto de partida de aquella historia era, desgraciadamente, posible. No fue igual en 1995 –eran muchas más las voces de los que rechazaban la trágica evidencia–, cuando Kevin Costner se lanzó a rodar Waterworld y se estrelló. Uno de los fracasos más sonoros del cine. Despedazado con ira por la crítica norteamericana, hoy han cambiado las tornas y su ambiciosa película no parece ya tan mal. Al fin y al cabo, la posibilidad de que los seres humanos sobrevivan en plataformas flotantes porque la tierra ha quedado cubierta tras el deshielo de los polos no es ninguna ficción insensata y absurda.

Para que a nadie le quedaran dudas, aunque perversamente las disimule –no se puede creer que haya quien no esté ya convencido del desastre medioambiental que hemos provocado-, Davis Guggenheim expuso ante el mundo en Una verdad incómoda en 2016 el retrato de la verdadera situación del planeta Tierra. El ex vicepresidente de EE.UU. Al Gore era el maestro de ceremonias, comprometido en ello, de la que se estrenó como “De lejos la película más aterradora que verá jamás”. El lema no se desmintió hace dos años con Una verdad incómoda, ahora o nunca, una especie de continuación de la anterior, dirigida por Bonni Cohen y Jon Shenk, en la que se hacía un pequeño hueco a la esperanza.

'Una verdad incómoda'.

'Una verdad incómoda, ahora o nunca'.

"Aprendan a sobrevivir ahora"

No resultaba tan útil como la anterior, pero ante una urgencia toda ayuda es bienvenida. Incluso se pueden aplaudir las buenas intenciones que tenía la película de Roland Emmerich, El día de mañana, previsible, artificial, aburrida… pero que al menos revelaba la necesidad de conquistar la conciencia de los políticos para que actuaran contra la degradación a la que estamos sometiendo al planeta.

Un poco más de nivel, aunque no mucho más, tenía la película documental Before de Flood (2016), dirigida por Fisher Stevens y producida por Martin Scorsese y Leonardo DiCaprio, que entrevistaba a diferentes personalidades sobre la crisis climática y sus efectos. Consecuencias que se mostraban poderosas y rebosantes de lirismo en la ópera prima de Benh Zeitlin, Bestias del Sur salvaje (2012), donde desde la historia de la relación entre un padre y su hija, habitantes del Sur del planeta donde el nivel de agua sube vertiginosamente, se exhibía la desgraciada suerte que tendrán, si no reaccionamos ya, millones de personas en el planeta.

“Un día de estos, la estructura del universo se alterará. Los casquetes polares se derretirán. El mar subirá. Lo que está al sur del muelle quedará sumergido. Es mejor que aprendan a sobrevivir ahora", decía la profesora a la pequeña Hushpuppy y sus compañeros. Pero ellos ya habían aprendido por sí solos que, incluso cuando el agua bajaba, ya no importaba. “A veces rompes algo de tal manera que no tiene arreglo".

'Bestias del Sur Salvaje'.

'Bestias del Sur Salvaje'.

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