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El cómplice del antihéroe gana el Premio Nadal

Álvaro Pombo se hace con el galardón más veterano de las letras españolas por su novela ‘El temblor del héroe’

LIDIA PENELO

Las tribulaciones de un profesor de filosofía jubilado incapaz de reaccionar ante la manipulación y la insensibilidad ante el dolor ajeno protagonizan El temblor del héroe, la novela de Álvaro Pombo (Santander, 1939) que ayer por la noche mereció la 48 edición del Premio Nadal. Pombo, que en obras anteriores ha demostrado ser un gran analista de las partes más siniestras de la intimidad del ser humano, ambienta esta novela en el Madrid de nuestros días.

El protagonista de la obra ganadora del primer galardón literario del año es un filósofo jubilado, inmerso en una realidad muy cercana a la que vive el propio Pombo, un especialista en escarbar en el alma humana para entender sus actos. A lo largo de su trayectoria, este escritor ha renegado de las heroicidades colectivas para contar el milagro de la supervivencia; factores que, según contaron miembros del jurado del premio, no faltan en El temblor del héroe.

Pombo, que se ha caracterizado por ser un creador rebelde con la corrección política y el conformismo literario, simpatiza con el proyecto político de Rosa Díez, hasta el punto de que en las pasadas elecciones generales se presentó como senador por Madrid por Unión, Progreso y Democracia (UPyD). Así figuraba Pombo en las listas a pesar de haber despreciado el Senado como sede política útil en más de una ocasión. Pero él se escuda en la contradicción y así lo ha reflejado en sus libros.

Narrador hábil y poeta discreto, Pombo se define como un homosexual conservador y con conflictos con la religión. Sus palabras han sembrado conflictos que él no rehúye, como sucedió cuando le preguntaron acerca de la palabra matrimonio para referirse a las uniones entre parejas de homosexuales, y él reconoció que esa palabra no le gusta “como la que más”, e ironizó argumentado que “a lo mejor yo soy homófobo”. Para ser exactos, él en más de una ocasión ha declarado que es un homosexual machista y que padece de endohomofobia, es decir, una homofobia internalizada sin filtro ni resistencia del discurso homófobo.

Condiciones sexuales aparte, Pombo, miembro de la RAE desde 2004, tiene opinión para todo, y para los recortes en la sanidad también. “El copago no es mala idea... los mayores somos pildoreros. Tenemos una cantidad industrial de medicinas que nos dan gratis y una especie de parafarmacia”, anunció en la pasada campaña electoral. Un periodo en el que también insistió en que “no se trata de cambiar o no cambiar la Ley Electoral, sino la cabeza de los políticos. Antes de cambiar la Ley Electoral, hay que cambiar la mentalidad de los políticos”.

Conservador en muchos aspectos, Pombo, sin embargo, ha simpatizado con el Movimiento del 15-M: “Una cosa que tiene el Movimiento 15-M que a mí me gusta, pero que no es políticamente eficaz, es el callejeo, la pelea callejera”, ha declarado también recientemente al respecto.

Pombo fue ganador del Premio Planeta en 2006 con la novela La Fortuna de Matilda Turpin, una distinción que le sirvió para fortalecer la vinculación con el grupo de comunicación que preside José Manuel Lara, pero también para abrir la mirada de este autor cantábrico al Mediterráneo.

Ahora, a Pombo el Premio Nadal le llega en un buen momento para reivindicar su trayectoria de literato que en los últimos tiempos se ha visto velada por sus incursiones políticas. Y precisamente, según lo que cuentan los que la han leído, El temblor del héroe está escrita por el Pombo que habla del choque entre el conocimiento y la dureza de la realidad, por el Pombo retratista del antihéroe. Y mientras esperamos que aparezca publicada su última obra, el lector puede acudir a otras de sus novelas como El héroe de las mansardas de Mansard, Donde las mujeres (galardonada con el Premio Nacional de Narrativa ) o El cielo raso.

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