'¿Se debería poder ver la película de Tintín en streaming coincidiendo con su estreno en las salas de cine?'. La mayoría de los asistentes ayer al debate sobre modelos sostenibles para la creación en la era digital respondieron afirmativamente a esta pregunta. La jornada celebrada en el marco del Foro Internacional de Cultura Libre, que dedica esta tercera edición a reflexionar sobre las oportunidades y conflictos que brinda la red en la distribución de contenidos.

Los que ayer por la mañana hablaron de la oferta de cine en internet fueron Amparo Peiró, experta de las descargas; el abogado Josep Jover, Eudald Domènech, empresario dedicado a la televisión en internet; el director de cine Alex de la Iglesia y Juan Carlos Tous, de la plataforma de cine online Filmin.

Todos ellos coincidieron en apuntar que el prejuicio de que los internautas quieren contenidos gratis ha quedado obsoleto. '¿Quién me ha vendido la idea de la cultura gratis? ¿A quién le interesa que haya conflicto? Pero no deberíamos buscar culpables sino soluciones', apuntó Alex de la Iglesia. El director de Balada triste de trompeta llegó a la conclusión de que el acuerdo entre todas la partes implicadas es posible y que solo es cuestión de 'poner un precio'.

Pero llegar a un acuerdo a pesar de los problemas que acarrea el sector cinematográfico disminución del número de espectadores en las salas y reducción de las ventas de DVD no va a ser fácil. Cuando plataformas como Filmin entran en juego, la palabra de la discordia es inmediatez.

Juan Carlos Tous lidia con la industria (con productores y distribuidores) para conseguir esa inmediatez en su plataforma. 'Quien vive fuera de Barcelona o Madrid no puede ver Tintín en versión original. Y eso no puede ser. Pero Filmin todavía no la puede ofrecer, hay demasiados intereses cruzados', explicó Tous. Para él, el futuro del cine está en internet, y su ejemplo es Netflix, una plataforma que cuenta con 26 millones de suscriptores, y que ya aporta ingresos a los productores.