Este artículo se publicó hace 13 años.
'Un Dios salvaje' se lleva la ovación de Venecia
La última cinta de Roman Ponlanski causa sensación en la mostra. Los actrores elogian en rueda de prensa el talento de su director
Desde sus primeros trabajos, el director de cine Roman Polanski ha demostrado una gran capacidad para sumergirse en diferentes géneros con bastante éxito. Una vez más lo ha vuelto a conseguir si se tienen en cuenta los aplausos que ha dedicado el Festival de cine de Venecia a su última película, Un Dios salvaje.
A pesar de no asistir a Venecia por sus problemas con la ley, el enorme reparto de la cinta ha querido elogiar el talento de su director. Se trataba de adaptar una obra de teatro a las necesidades y al ritmo del séptimo arte, donde dos parejas se enfrentan tras una pelea de sus hijos, de 11 años. Casi toda la trama se desarrolla en el salón de la casa de una de las parejas, donde el talento de los actores tiene que estar a punto para cualquier necesidad interpretativa.
Lejos de una postura egocéntrica por parte del reparto, la ganadora del Oscar Kate Winslet, el inolviadble nazi de Malditos Bastardos, Cristohper Waltz, y John C. Reilly atribuyeron todo el mérito del éxito del filme al enorme trabajo del director de Callejón sin salida.
"Los cuatro estuvimos muy implicados desde el primer día de los ensayos. Pero tuvimos la ayuda de un guión extraordinario", indicó Winslet, que capitaneó el reparto de campanillas que estuvo presente en la rueda de prensa.
"Era una especie de confinamiento, en una habitación, pero con un montón de gente" En dos semanas de ensayos Polanski consiguió definir el ritmo y el tono de la cinta, algo alejado del de la pieza teatral que todos ellos conocían. Además de conocer al milímetro el pequeño escenario en el que se desarrolla.
"Era una especie de confinamiento, en una habitación, pero con un montón de gente y mucho equipo, así que el uso del espacio estaba estudiado hasta el más mínimo detalle", precisó Waltz. Algo que sin embargo no fue un hándicap para Polanski, acostumbrado a los rodajes herméticos como el de El pianista.
Gracias a ello, los actores pudieron conocer cada movimiento, cada posición, cada frase, como si fuera exactamente una obra de teatro. Un proceso que les permitió darse cuenta de que tenían una forma similar de trabajar, en la que se plantean todo en cada momento, resaltó la protagonista de El lector, que destacó que Polanski estuvo encantado con el trato que los cuatro actores mostraron entre sí durante el rodaje.
El trabajo y la conexión del reparto se notan en el resultado final de una cinta coproducida por España, Francia, Alemania y Polonia, que pese a estar basado en el archiconocido texto de teatro de Yasmina Reza, adquiere una dimensión diferente en manos de Polanski y de sus cuatro protagonistas.
Polanski cambia el textoApenas unos cambios: diálogos aún más ácidos e histriónicos que en la pieza teatral, ligeras variaciones de estructura y algunas escenas fuera del salón en el que todo se desarrolla para dar un poco oxígeno en la gran pantalla.
Todo esto apoyado por el saber hacer de cuatro actores que le dan toda una serie de matices y colores a las órdenes del director de Frenético. John C. Reilly lo tiene claro: "Cuando Roman te llama, después de levantarte del suelo, dices sí". Más delicado, Waltz concluyó: "Quiero a Roman Polanski y le admiro".
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