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Mucho ruido y pocas multas: el Mad Cool, sancionado con solo 22.001 euros por superar 19 veces los límites sonoros

El festival incurrió en una infracción muy grave y en dos graves por exceso de ruido, aunque Más Madrid considera que la sanción impuesta es "calderilla".

Mad cool
Concierto durante la tercera jornada del festival Mad Cool, celebrado en Madrid. Kiko Huesca / EFE

La promotora del Mad Cool, que se celebró en julio en el distrito madrileño de Villaverde, tendrá que pagar una multa de 22.001 euros por superar los máximos niveles de ruido establecidos por el Ayuntamiento en la autorización del evento. Concretamente, el festival incurrió en una infracción muy grave y en dos graves, todas por sobrepasar los límites de niveles sonoros permitidos, así como quince leves.

"Cuando hay una denuncia vecinal o sencillamente de oficio nos personamos para medir exactamente el número de decibelios que hay en la ciudad de Madrid. Si se supera, se tramita el correspondiente procedimiento sancionador", explicó este martes el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, restándole gravedad a las molestias provocadas por el evento no solo a los vecinos de Villaverde, sino también a los de la vecina Getafe.

Por ello, se manifestaron en junio al grito de "¡Mad Cool apesta, el ruido nos molesta!" o "¡Manos arriba, Mad Cool es un atraco!". Pero, si tenemos en cuenta las cifras, la sanción impuesta de 22.001 euros, cuyo pago puede estar sujeto a una reducción de su cuantía, resulta insignificante porque la propia organización aseguró que en la tercera y última jornada del festival asistieron 70.000 espectadores. Más allá del precio de las entradas y los abonos, una cerveza, por ejemplo, costaba seis euros.

Más Madrid denunció los ruidos en la comisión de Movilidad y Medio Ambiente del Ayuntamiento, cuyo delegado, Borja Carabante, reconoció que la Policía levantó acta de la vulneración de los límites sonoros en 19 ocasiones. El concejal también se encarga de las áreas de Urbanismo y Movilidad, otro de los problemas durante el festival, con sus colas de asistentes kilométricas y estáticas a la entrada y con un escaso transporte público colapsado a la salida.

Además de los vecinos de la Colonia Marconi, se han quejado los de Getafe, hasta el punto de que su Consistorio baraja imponer sanciones a la promotora del festival, al que achaca no solo problemas de ruido, sino también de tráfico en los accesos a la ciudad, gobernada por el PSOE. Precisamente, el secretario general de los socialistas madrileños, Juan Lobato, ha salido a defenderlos, al tiempo que ha reclamado una ubicación alternativa.

Así, ha exigido a Isabel Díaz Ayuso que busque un espacio en la Comunidad de Madrid para acoger grandes eventos que no provoque molestias, porque ese ruido "no es viable", ni genere situaciones que pongan en riesgo la seguridad. Lobato no se refería solo al Mad Cool, sino también al Primavera Sound, celebrado a comienzos de junio en Arganda, donde también hubo largas colas en los accesos y problemas de movilidad y transporte.

Más Madrid ha ironizado sobre la multa por el exceso de ruido, una minucia en comparación con los ingresos tanto en taquilla como en el interior del recinto. "La sanción de 22.001 euros es calderilla para los promotores del Mad Cool", reza un tuit del partido de Esther Gómez Morante, portavoz de la comisión de Medio Ambiente y Movilidad. La concejala recordó este lunes que en el concierto de Harry Styles, también celebrado en la llamada Ciudad de la Música, se cometieron cinco infracciones muy graves y una leve. De nuevo, en el show del exmiembro de One Direction hubo colas desesperantes.

En este caso, se desconoce el importe de las posibles sanciones, aunque la Ordenanza de Protección contra la Contaminación Acústica y Térmica (OPCAT) recoge que la multa por una infracción muy grave oscila entre los 12.001 y los 300.000 euros, así como la clausura de las instalaciones, una de las reclamaciones de los vecinos y de la oposición, que piden el traslado de este tipo de eventos a espacios donde no causen perjuicios a la población.

Frente al alcalde Almeida, quien ha excusado a la promotora al señalar que los ruidos excesivos son habituales en los grandes eventos, y al concejal Carabante, que se ha lavado las manos al acusar a la promotora de "incumplimientos", la edil progresista ha criticado el caos producido durante el Mad Cool, que según ella también puso en peligro a los asistentes que tuvieron que caminar por la M-45 y generó "basura y suciedad".

Sus intervenciones en la comisión de Medio Ambiente deberían haber sacado los colores al gobierno municipal del Partido Popular por la gestión del Mad Cool, que también fue denunciado por la asociación de consumidores Facua por cobrar la gestión de devolución del dinero no gastado con sus pulseras cashless. Calderilla, que diría Más Madrid, para afrontar una muletilla.

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