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Julieta: "Somos una generación a la que no nos da miedo hablar de sentimientos"

Julieta Gracián, coneguda com a Julieta.
Julieta Gracián, cantante conocida como Julieta. Cedida

Julieta es el nombre real y artístico de Julieta Gracián (Barcelona, 2001), una artista emergente que ha empezado su aventura musical pisando fuerte y con la aspiración de hacerse un hueco como cantante de pop electrónico en catalán. En sus álbumes Juji (2021) y Ni llum ni lluna (2022) y en singles como Tu juru ju y Ens besem plasma letras que sobre todo tratan de amor y desamor con una mezcla de estilos donde también hay sitio para el house y el reggaeton: "No me da cosa que la gente escuche lo que me pasa. Somos una generación a la que no nos da miedo hablar de sentimientos", apunta.

A finales de 2022, después de un concierto que llenó la Sala Apolo, decidió aparcar temporalmente la carrera de Ingeniería de Sistemas Audiovisuales y enfocar toda su pasión a la música. A sus 21 años, forma parte de la nueva hornada de artistas de la generación Z que se han hecho lugar en la escena musical catalana y que viven un momento de oro a golpe de los ritmos urbanos. "Para mí es importante que la música que hago tenga un sentido a nivel cultural y creo que con esta nueva banda de artistas estamos haciendo una microcultura", afirma la cantante.

Julieta decidió apostar por cantar en catalán tras inspirarse en referentes como la cantante belga Angèle y Rosalía: "Yo el catalán que tengo en mis canciones es un catalán que me he trabajado, le he buscado una sonoridad especial para que tenga una estética a nivel de sonido que me guste. Fue un reto adaptar a mis referentes", reconoce. Pero no quiere que se la valore solo por eso, porque al final "es algo estético y de sentimiento", aunque se define "feliz" si contribuye a fomentar la lengua.

¿Cómo empezó en el mundo de la música?

Empecé con la guitarra, a los 16, tocando flamenco con vídeos de YouTube. Luego empecé a tener la necesidad de cantar y hacer mis letras. Antes escribía poesía. Entonces lo adapté, empecé a cantar sólo para mí, y mal. Pero después, con el confinamiento, tuve mucho más tiempo de producir en casa. Y ya fue un vicio. Estaba súper viciada a hacer canciones. Estaba con las clases online y con la guitarra haciendo temas. Ha sido muy natural, de hacerlo tantas veces e ir mejorando. Tenía muchas ganas y mucha energía para hacerlo. El confinamiento fue el tiempo que necesitaba para ponerme más.

¿Había pensado dedicarse a esto?

No. Yo antes pensaba que para ser cantante debías tener un vozarrón increíble de naturaleza, y no confiaba nada en mí en ese sentido. Pero empecé a escuchar a Angèle, que tiene una voz muy parecida a la mía. Es otra forma de cantar, es mucho más íntimo. Y vi que yo también tenía un registro así. Y un día vi una escuela de canto y le pregunté a mi madre si podía dar clases. Yo pensaba que no podía. Y ella me dijo que claro. Nunca olvidaré ese momento. Y después al final se trató de ir encontrando mi propio estilo.

Escribe sobre cosas personales, sobre todo sobre amor y desamor. ¿Cómo se inspira?

"Las canciones que más noto que conectan con la gente es cuando he dicho tal cual y literal lo que pensaba"

He tenido una evolución con esto de escribir. Antes lo hacía más superficial, me separaba mucho de lo que escribía, no lo hacía tanto desde la experiencia personal. Me inspiraba en poemas, o cosas que ocurrían a otras personas... Pero ahora estoy en un punto muy personal con lo que estoy haciendo. A lo largo de mi carrera tendré muchas formas de trabajar, pero ahora es una manera que me atrae muchísimo. Probar y arriesgar no me da miedo. No me da cosa que la gente escuche lo que me pasa, me parece guay y me encanta. No me da vergüenza. Somos una generación a la que no nos da miedo hablar de sentimientos, quizás antes era más superficial y ahora todo el mundo va a fuego. Y las canciones que más noto que conectan con la gente es cuando he dicho tal cual y literal lo que pensaba.

Prácticamente todas sus canciones son en catalán. ¿Fue así desde el principio?

Empecé cantando en inglés y castellano porque la mayoría de canciones que escuchaba eran así. Sí he escuchado mucha música en catalán pero no era un estilo con el que me sintiera reflejada, como Oques Grasses, por ejemplo. Yo me veía más reflejada en Angèle o Rosalía, que no cantan en catalán. En ese sentido, no tenía referentes que cantaran en catalán. Componía también en francés, me gusta mucho cómo suena.

¿Y por qué decidió hacer el cambio?

En parte fue un propósito, al final yo estaba intentando hacer algo que nunca había escuchado: pop en catalán y cantado por una chica. Era algo que debía inventarme. Yo el catalán que tengo en mis canciones es un catalán que me he trabajado, le he buscado una sonoridad especial, un punto de sonoridad en francés... He buscado que tenga una estética a nivel de sonido que me guste. Fue un reto, adaptarlo a mis referentes más internacionales. El catalán es la lengua que más hablo y hasta ahora siempre he amado en catalán. No me gusta que la gente sólo me valore porque canto en catalán, no es activista, es algo estético y de sentimiento. A la vez, me hace súper feliz hacer música en catalán y fomentar la lengua, pero no es mi principal objetivo.

¿Rosalía y Angèle son sus principales referentes?

"El catalán es la lengua que más hablo y hasta ahora siempre he amado en catalán"

Sí, aunque son distintas. Para mí Rosalía es máximo referente a nivel de artista, de mujer creadora, para mí es una genia. Es productora, canta súper bien, me gusta también cómo enfoca su trabajo... Yo la escuchaba ya antes del Mal Querer [2018]. Me inspira mucho su energía como mujer. Angèle me ha influido más a nivel musical. Creo que mi música se acerca más al pop, como ella. Al final yo hago también mucho house y reggaeton pero creo que tengo una estética más electrónica. Me gusta decir que hago pop electrónico.

¿Qué estilo crees que la define más?

Yo hago referencias a todos los géneros, pero me gusta englobar mi música en el pop por lo que significa para mí. Hoy en día el pop es muchas cosas: para mí es como la música popular, que mucha gente escucha y consume y está dentro de una cultura pop en general. Me parece interesante porque como consumidora siempre he visto la música como algo que junta a mucha gente. Lo que más me gusta del reggaeton es que sé que vaya a la fiesta que vaya todo el mundo se sabrá la misma canción. Me parece muy interesante esa sensación de cómo se comparte la música. Para mí el pop son muchos géneros, es lo popular. Y la estética pop es muy guay.

¿Quiere enfocarse a este gran público?

Sí, pero no soy demasiado metódica en esto. Cuando compongo estoy muy concentrada en lo que estoy haciendo y no me planteo hacer las cosas para que a la gente le guste más. Yo escucho muchísimo pop y al final acaba influenciando mucho lo que hago. Y aún quiero ir más en esa dirección.

Julieta Gracián, artista de la generació Z.
Julieta Gracián, artista de la generación Z. Cedida

Actúa con una espectacular puesta en escena, con coreografía, bailarinas… Pero también ha hecho conciertos con un formato más íntimo. ¿Qué es lo que más le gusta?

"Mi música tiene una parte más cañera pero también íntima, y quiero encontrar la forma de casarlas en el escenario"

Aún estoy afrontando el proceso de trasladar mi música al escenario. Es complicado, no es súper evidente. Tengo muchas contradicciones. Yo hago mi música en casa, con un piano, y después esta canción debo poder reinterpretarla en un escenario y hacer un show. Yo quiero hacer un show, me interesa mucho ese concepto. Así como la música que lanzo a las plataformas me identifica, debo poder reinterpretar mis canciones en el escenario y que tenga también un sentido dentro de mi imaginario. Es un trabajo con el que ahora no me había puesto en serio, estaba muy centrada en la composición. Pero ahora estoy encontrando mi mejor representación sobre los escenarios. Mi música tiene una parte más cañera pero también íntima, y quiero encontrar la forma de casarlas en el escenario. Estoy aprendiendo a hacerlo.

¿Prepara usted las actuaciones?

Sí, de momento lo he hecho todo yo pero empezaré a pedir ayuda. Tengo una coreógrafa y un DJ, pero ahora lo pienso como si tuviera que montar un álbum. Todo tiene un hilo, tiene un guion, tiene una estética... Es algo que requiere tiempo y aprender a hacerlo.

¿Y cómo lo ha aprendido?

"Yo nunca había pisado un escenario en mi vida. No había hecho música"

Haciéndolo. Yo nunca había pisado un escenario en mi vida. No había hecho música. No hace ni un año que hice mi primer concierto. He tenido que montármelo mientras lo hacía. Para mí, la evolución ha sido entre concierto y concierto. En cada concierto que hacía aprendía algo. Yo lo que quiero en un concierto es que la gente se lo pase bien; como espectadora siempre me lo he tomado así. Tampoco quiero pensar mucho.

¿Cómo está viviendo su entorno sus logros?

Mis padres y mis amigas lo han vivido muy de cerca conmigo y desde el principio me apoyaban mucho. Hablaba el otro día con una de las amigas que hasta ahora la gente que me escuchaba era como un núcleo más cercano, pero ahora ya hay gente que es fan mía. De verdad. A ellas les cuesta, sobre todo en los conciertos, ver a la gente gritando o lo que sea, y no lo entienden, no se imaginan cómo me perciben estas personas. Pero están muy dentro, con una de ellas también trabajo.

¿Y usted cómo lo lleva?

Bien. Siempre me ha dado miedo lo que dicen, que se te sube y tal. Pero creo que no soy así para nada, me gusta hablar con la gente que viene a los conciertos y conocer a todo el mundo.

Acaba de ganar dos premios Enderrock por su segundo disco. ¿Qué supone para usted ese reconocimiento?

Me ha hecho muchísima ilusión. El de la crítica no me la esperaba en absoluto, no esperaba que con este disco ya ganara uno. Pero el del público también hace mucha ilusión, porque es la gente que ha estado allí, con el disco.

En 2022 llenó el Apolo y también actuó dentro del Primavera Sound. ¿Fue el año en que vio que se podía dedicar a la música?

Sí. Ambos conciertos me marcaron mucho, pero el cambio de chip lo hice con el del Apolo. En el del Primavera fue impactante ver que venía gente que no me conocía, pero en el Apolo, que era el primer show que me había currado, con las bailarinas, un trabajo de meses... El primer momento que salimos al escenario y vimos a la gente, la energía que tenían... Se me pone la piel de gallina nada más pensarlo. En ese momento me di cuenta del impacto de lo que estaba haciendo en la gente y decidí que quería hacerlo más. Y ahora ya he tomado más la decisión, he dejado a la uni apartada. Es mucho tiempo.

Hacía Ingeniería de Sistemas Audiovisuales.

Me gustan mucho las mates, tenía claro que debía dedicarme a algo de números. Pero al mismo tiempo mi mayor pasión es la música. Intenté encontrar un punto intermedio. Esta carrera es como Telecomunicaciones pero aplicada a sonido e imagen. Yo quería encontrar una parte de experimentación de sonido, pero no llegas ahí hasta mucho más adelante. Los primeros años son de matemáticas a fondo y es mucho tiempo. Al final era totalmente incompatible [con la música]. Ahora siento que estoy en un muy buen momento y creo que tengo que aprovecharlo.

¿Qué supone abrirse paso en esa industria?

Cuando tienes mucha pasión y esfuerzo, y las cosas claras, tienes un 80% del trabajo hecho. Es mucho curro y mucha constancia. Yo estoy un poco loca, hago jornadas de 9 de la mañana a 12 de la noche todos los días, todo, a fondo, pero porque me encanta. Es lo único que hago en mi vida ahora mismo. Disfruto de todo lo que hago y soy mucho más feliz ahora que me dedico a esto.

¿Ha encontrado obstáculos para ser mujer y joven?

"Disfruto de todo lo que hago y soy mucho más feliz ahora que me dedico a esto"

Lo que más rabia me da es algún trato que he recibido. Yo produzco y sé cosas técnicas, y me he encontrado con técnicos que les digo que algo está mal y no me hacen ni caso. Pero a nivel de oportunidades, personalmente, no puedo quejarme directamente. Pero obviamente sigo flipando con carteles de festivales que son todo tíos, y una tía o dos o ni eso. A veces pienso que ni haría el festival por la rabia que me da. Me he encontrado con chicas que iban a un festival y las infravaloran por eso, por cumplir cuotas. Yo creo que están ahí por ser buenas artistas. Me molesta oír tantas veces esto, tan recientemente. Es un tema complicado, pero supongo que en algún festival he estado yo, cumpliendo cuotas.

La industria sigue estando muy masculinizada.

Hay chicas en la industria con las que yo trabajo que admiro muchísimo. Las tengo como súper referentes porque me interesa mucho el tema. Pero a nivel de programadores, la mayoría son hombres.

¿Cómo vive la exposición pública, en las redes sobre todo?

Bien, me he adaptado. No he recibido mucho hate hasta ahora, he tenido un recibimiento muy sano. Twitter siempre es lo peor, pero a mí nunca me molestará que alguien no le guste mi música. No me lo tomo personal. Mis redes han crecido mucho y ya no puedo hablar con todo el mundo como hacía antes, no puedo estar todo el día con el móvil. Intento contestar pero quizás tardo tres días. Me siento a gusto.

¿Qué es lo que menos le gusta de dedicarse a esto o de la industria?

[Se lo piensa] Todo lo que llega después del proceso. Un lanzamiento no lo disfruto mucho. Cuando creo lo vivo todo muy personal mío, y cuando llega el día del lanzamiento tengo que aceptar que ya no será del todo mío. Es vuestro. Y es una de las cosas que más me gusta, pero el gesto de darlo me cuesta. Al cabo de unos días, cuando la gente ya se ha hecho suyas las canciones, es diferente.

Está haciendo muchas colaboraciones: The Tyets, Figa Flawas, Maria Hein… ¿Hay una energía compartida entre los artistas Z?

Sí, total. Creo que es una nueva generación de músicos súper guay que quiere hacer las cosas un poco distintas y salir de ese género de "música en catalán" que es una tontería. Todos tenemos referentes distintos, también internacionales. Cuando estoy con ellos es como 'a tope'. María, Ariox, Mushkaa... cuando estamos juntas me encanta. Es una energía que sólo podemos expresar cuando estamos juntas. Vienen cosas fuertes y este movimiento crecerá fuerte. Para mí es importante que la música que hago tenga un sentido a nivel cultural y creo que con esta nueva banda de artistas estamos haciendo una microcultura. Es un imaginario.

¿Se ve dedicándose a esto un tiempo largo?

Quiero dedicarme a muchas cosas a lo largo de mi vida, no quiero hacer siempre lo mismo. Pero siempre será algo relacionado con la música. Ahora estoy aquí delante, pero la cara B de la música también me parece súper interesante. Sé que dentro de un tiempo acabaré trabajando de esto también [de mánager, productora, etc.].

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