Público
Público

Louis Garrel se divierte jugando con los géneros del cine en 'El inocente'

El cineasta Louis Garrel y Noémie Merlant, en una secuencia de la película
El cineasta Louis Garrel y Noémie Merlant, en una secuencia de la película. BTeam Pictures

El cineasta también es el protagonista de El inocente, una mezcla de thriller, comedia y drama, con robos y persecuciones desde la que pervierte todo el despliegue de virilidad y violencia con una historia de amor. Premio Cesar al mejor guion y a la mejor actriz secundaria (Noémie Merlant)

El mismísimo Jean Renoir, convertido en Octave en su insuperable La regla del juego, sentenciaba: "Lo que es terrible en este mundo, es que cada uno tiene sus razones". Sobre aquella frase, sobre la enorme admiración por aquel cineasta, sobre su cine humanista y sobre aquella inmensa película ha crecido la esencia de El inocente, nuevo largometraje de Louis Garrel, cine inteligente para disfrutar a lo grande. 

Protagonizada por el propio Garrel, al que acompañan Noémie Merlant, Roschdy Zem y Anouk Grinberg, la película es la historia de un tipo que entra en pánico cuando se entera de que su madre va a casarse con un ex atracador. Paranoico y obsesionado con protegerla, comienza a perseguir al novio, ayudado por una amiga. Pero, tal vez, todas sus perspectivas cambien al encontrarse con su padrastro.

Hay historias de amor, robos, persecuciones, comedia… para divertirse y para hablar de cosas muy serias, como la necesidad de la ficción, los límites entre la verdad y lo ficticio, el fingimiento, las cosas que estamos dispuestos a hacer por la gente a la que queremos… Un cóctel repleto de referencias cinematográficas que se estrenó en Cannes, pasó por San Sebastián y se alzó en los Premios Cesar del cine francés con los premios de mejor guion original y mejor actriz secundaria (Noémie Merlant).

Al ver la película parece que disfrutó mucho haciéndola y eso se transmite. Ahora que el cine no está del todo recuperado tras la pandemia, una película que demuestra lo divertido que es el cine ¿hace más falta que nunca?

Sí. Cuando empecé a pensar en la película pensé que tenía que estar anclada en el signo del placer. Ha habido un guion que todos los actores amaban y todos tenían ganas de parecerse a esos personajes. Tenía, en cierto modo, una película muy infantil. También tenía ganas de que se trataran los sentimientos con seriedad, porque nunca hay que burlarse de ellos, pero siempre pensando en un cine para el gran público, con el que la gente se pueda divertir, que no sea para especialistas.

Juega mucho con los géneros, las músicas, diferentes ritmos… hay algo muy cinéfilo en 'El inocente'.

Claro, pero también son referencias muy para el gran público. Hay referencias a Hitchcock, a Brian de Palma, a películas cómicas, a alguna comedia italiana, a películas del 80 en Francia, a un género que me gusta especialmente que es el de los grandes tragicómicos italianos, personajes que pueden ser ridículos en una secuencia y en la siguiente son conmovedores.

Todo para hacer una reflexión sobre el fingimiento, la verdad, la mentira… ¿Hasta qué punto nos debemos fiar o no la ficción?

Depende. Con esta película yo tenía la idea de que fuera una película de evasión, en el sentido en que durante hora y media secuestras a la gente de su vida e intentas hacerles vivir una aventura que no suelen vivir. En ese sentido es muy primitivo, muy básico, porque es una historia falsa que todos saben que es falsa pero todos quieren creer. La están viviendo. Eso es de fiar. Esa es la belleza de los cuentos, de la historia. La verdad es que con el teléfono en el bolsillo, tienes imágenes todo el santo día, el mundo está lleno de historias reales. El cine juega con lo falso y lo extraño, pero es que lo falso a veces expresa mejor la realidad que las propias imágenes de la realidad. Es algo en lo que de verdad creo.

Pero, además, la historia nace de una realidad, porque hay una parte autobiográfica ¿no?

Sí, me inspiré en una experiencia personal, porque mi madre animaba talleres de teatro en la cárcel. Ese es un mundo que conocí de niño y me gustaba eso de enfrentar a la gente en dos ambientes muy diferentes, pero a los que uniera un vínculo muy fuerte.

Una de las virtudes del cine, poder acercarnos a personajes alejados de uno, ¿lo cree así?

Sí. Claro que el cine fue en un momento dado una forma de buscar y mostrar el mundo. Ahora no sé si esta película muestra el mundo, pero sí se acerca a gente desclasada… y esto también es algo que nos encanta ver. Se trata de contar la historia de una aventura no habitual. Hay una palabra en francés que me gusta mucho, romanesque, en español novelesco. Y, sobre todo, no es una película de superhéroes con súper poderes, que no tienen nada que ver con lo que somos. Aquí son personajes q

¿La pregunta de la película es qué estamos dispuestos a hacer por la gente a la que queremos?

Sí, por eso la película se llama El inocente, incluso aunque hay un crimen. Cuando cometes un crimen por razones de cariño, de afecto, se perdona, siempre y cuando no sea un crimen de sangre. Aunque debo admitir, que esto no es muy moral desde el punto de vista de la ley. Por otro lado, es maravilloso ser testigo del despliegue de masculinidad, virilidad y violencia y verlo todo pervertido por una historia de amor.

Todo comienza con unos talleres de teatro en la prisión, ¿cree en la labor terapéutica de las artes?

Terapéutica, no sé, pero creo que no se puede vivir sin representación, es tan importante como beber agua, representaciones del mundo a través del arte. Lo que es una locura es impedir que la gente vea cualquier tipo de representación. En los países donde se prohíben, la gente está dispuesta casi a arriesgarse a la muerte con tal de ver lo prohibido. Es algo natural, en el fondo.

Esta película lleva su seña de identidad, ¿un cine lo más lejos posible de lo pretencioso?

Es verdad que me parece que no se toma bastante en serio la ligereza, que a veces se olvida demasiado en el arte, como si la profundidad solo existiera en lo dramático. También el hecho de que me burle de mí mismo en mis películas es una forma de educación, porque podría pensarse que soy un narcisista, soy el director y me doy el papel protagonista, entonces lo mejor que puedo hacer es reírme de mí.

También se reía bastante de Godard, cuando lo interpretó en 'Mal genio', de Michel Hazanavicius. Todo un atrevimiento.

El cine es un arte muy joven, Godard estuvo entre sesenta y setenta años haciendo cine, y se puede decir que es el inventor del cine moderno. Gracias a su inteligencia, su talento y su inmenso espíritu nos protegía contra nuestra frivolidad, con saber que estaba ahí te podías permitir ser un perfecto imbécil. Él estaba ahí para decir "yo asumo la inteligencia". Cuando ha muerto a todos nos dio un ataque de vértigo. Y ¿quién va a ser ahora tan inteligente y tan talentoso como él?

Sí, es un personaje sagrado del cine, pero esta película ¿no es un modo también de decir que no hay que considerar el arte tan sagrada?

Godard es sagrado…y adulado también. Yo soy mucho menos talentoso e inteligente, yo no soy un gran teórico, no descubro cosas como él hizo. A mí me gusta la idea de que el cine sea un arte popular, me parece genial, y el hecho de hacer un espectáculo casi llevando a la gente a la plaza del pueblo, ¡venga, vamos a divertirnos!

Así, que se considera un poco un sacrílego del cine de hoy.

Sí, porque no intento hacer obras maestras. Quizás las haga (risas), pero no aparentan querer ser obras maestras. Cuando hago una película, mi sueño más secreto es que la gente de quince, dieciséis años quiera a la película, sienta afecto por ella. Pienso que las películas que a mí más me gustan son aquellas con las que tengo un vínculo afectivo. Siempre ha sido por el cariño.

Y ¿qué películas son ésas?

Hay una que puede ser muy banal, pero que vuelvo a ver siempre que puedo, es La regla del juego.

'La regla del juego' ¿banal?

No quería decir eso (risas). Banal, la respuesta. Esa es la película que se interesa tanto en la vida como en el cine, tiene las dos vertientes, La regla del juego es la soberana, porque la hizo alguien que hace amar a la vida a través del cine. Cine humanista. También porque coge mucho prestado a los principios del teatro sin hacer teatro filmado.

Volviendo a 'El inocente', otra vez la familia en su cine, ¿es que todo está en la familia?

La verdad es que me gustaría hacer algún día una película como They Live by Night, de Nicholas Ray, esos personajes solitarios que han nacido de la noche, no del vientre de la madre.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?