Entrevista a Melo Moreno"En Youtube faltan referentes gais: ¿dónde está la mujer lesbiana, no normativa y que no se calla?"
Madrid-Actualizado a
Melo Moreno (Perpiñán, 1989) canta en solitario y en el dúo Tina Morango, aunque se dio a conocer en YouTube como Yellow Mellow. La intérprete del disco Colours también ha publicado un libro, Aquí cada cual con sus cosas. Guía para la vida (Temas de Hoy), y en los últimos años ha diversificado sus trabajos creativos. Alejada de su faceta de influyente youtuber tras una década de intensa actividad, es un referente del colectivo gay, por el que sigue dando la cara en Twitter, Instagram o donde haga falta.
¿Las youtubers tienen algo de monologuistas?
Tienen algo de lo que quieran ofrecer, porque el concepto youtuber engloba algo muy amplio. Puede ser músico, cocinero, dibujante, productor, de todo... Hay gente que tiene madera de monologuista y otra que tiene talento para otras cosas.
Pero forma parte de la cultura oral.
YouTube ha pasado a un segundo plano y ahora Twitch y los streamers manejan el cotarro. Obviamente, todo aquel que triunfa tiene labia o carisma.
¿Cuál es el secreto del éxito? ¿Y del tuyo en particular?
Hace un año que no hago nada en YouTube y ahora me dedico a la música y a mis redes, donde no me callo. En todo caso, la gente aprecia la magia de la interacción directa con quien le gusta y se identifica, es decir, valora la cercanía. Cualquiera puede recibir un mensaje al momento de la celebrity a la que idolatra. Eso hace que se coma todos los medios, aunque después depende del talento y del mensaje de cada uno.
¿En qué se diferencian la Yellow Mellow youtuber de la Melo Moreno cantante?
Siempre he hecho música y me ha interesado el mundo audiovisual. Empecé en YouTube a los 21 años y una va creciendo… Después de diez años a tope, ¡ya está! En realidad, me di a conocer en YouTube gracias a la música, aunque con el tiempo me he profesionalizado un poquito más, he hecho amigos y ya sé por dónde moverme.
En YouTube arrasabas. Sin embargo, en Twitch tienes menos seguidores.
Todos los creadores que empezamos en YouTube hemos probado alguna vez Twitch. Durante el confinamiento, hacía directos todos los días para que la gente no se sintiera tan sola y me iba muy bien. Los directos me interesan porque en Twitch no hay perfiles como el mío, por lo que tengo algo que aportar. Ahora bien, conseguir bastante audiencia requiere demasiado tiempo y constancia, algo a lo que ahora no me puedo comprometer. Sin embargo, me gusta mucho, porque al creador también le vicia ese contacto directo con el espectador.
Después de publicar 'Aquí cada cual con sus cosas', ¿algún otro libro a la vista?
Puede ser que haya algo… Siempre ando metida en mil cosas porque soy un culo inquieto. La faceta creativa me ha acompañado toda la vida, desde chiquitita.
Más allá de la música, ¿qué te gustaría hacer?
Lo que más me atrae es ser letrista. Me gusta escribir canciones, tanto para mí como para otros artistas. Llevo una década dedicándome a internet y es un oficio sin precedentes, solo los que hemos ido marcando nosotros. Psicológicamente, es una actividad bastante intensa. Ibai Llanos, por ejemplo, está entrevistando a grandes del fútbol o de la música. Es muy loco que alguien logre tanto éxito, hasta el punto de poder relacionarse con las celebrities desde su casa. Eso afecta a la cabeza…
Por eso, he tenido un hiatus [pausa] en el que he podido apartarme, relajarme, curar mi cabeza y mi corazoncito, y ver qué quiero hacer. Sinceramente, lo que más me llama es componer música. Ahora tengo un dúo, Tina Morango, con mi mejor amigo, Martín Domingo (Kion). Acabamos de lanzar el videoclip El barrio del amor, incluido en el epé Cara A. Estamos muy ilusionados y con ganas de seguir grabando, porque contamos con gente muy talentosa a nuestro lado. Más que subirme a un escenario, me tira componer.
Porque una cosa es componer en casa o grabar en un estudio y otra, subirse a un escenario.
Es una sensación única. Un subidón. Algo muy loco. Por mucho que ensayes, hay un factor imprevisible: los nervios que te entran antes de salir al escenario. Ahora estoy centrada en la música: no creo que lo haya conseguido, pero estoy en el camino y quiero seguir haciendo esto toda la vida. No obstante, en redes continúo haciendo ruido, porque para callarme se necesitan muchos cubos de agua fría. Hoy en día me da igual lo que piense la gente. Si tengo una opinión, la digo sin que me importen las respuestas. Doy por saco por muchos lados.
¿Faltan youtubers famosas en todos los ámbitos? Quizás las más populares orbitan en torno a la moda.
Estoy muy poco puesta, pero sí, faltan mujeres. ¡Faltan muchísimas mujeres! En Twitch, por ejemplo, hay muy pocas. Deben tener las mismas oportunidades, pero es un problema social que daría para hablar hasta mañana. Está en la base de la mentalidad de todo el mundo. Cuesta que alguien tome como referente a una mujer. Lo tenemos un poco más difícil.
¿Y abiertamente lesbianas? Quizás haya más chicos, aunque valgan como ejemplo Marta y Sara, la pareja que forma Devermut, o Ana Cerezuela.
Hoy, comiendo con un amigo, me preguntaba: ¿dónde está mi relevo? ElRubius y Auron lo han tenido con Ibai Llanos o TheGrefg. ¿Pero dónde está la mujer lesbiana, no normativa y que no se calla? [risas] Hace mucha falta un perfil como el mío, porque hay cosas que ya no me tocan. La generación Z tiene que empezar a hacerse oír, porque es muy interesante. Me apetece que esos niños dominen el mundo, por lo que me encantaría que hubiera un relevo de aquella Yellow Mellow de hace cinco años, aunque hay pocas...
¿Quizás tengan más visibilidad las youtubers trans, como Elsa Ruiz, o las bisexuales, como Yaiza Sanz o Carolina Iglesias (Percebes y Grelos)?
Gracias a la polémica de La Chocita del Loro, se le está dando mucho bombo a las mujeres. Me encanta, porque estamos viendo cuántas cómicas hay: Penny Jay, Inés Hernand, Carolina Iglesias y Victoria Martín, autoras del podcast Estirando el chicle, etcétera.
¿Hay suficientes referentes? Para ti, por ejemplo, fue importante conocer a Ellen DeGeneres. ¿Algún otro modelo?
Bueno, según algunas noticias recientes, Ellen DeGeneres no era tan genial como parecía… Un chascazo, igual que me pasó con algunos cómicos y actores, a los que consideraba ídolos, cuando fueron denunciados por el movimiento #MeToo.
En mi época hacían falta muchos referentes. Ahora la cosa está cambiando, porque no nos callamos. Ha habido una polémica en Twitter porque Carl Nassib, jugador de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL), ha salido del armario. A alguna gente le ha molestado, pero cuanto más moleste, más vamos a gritar.
Las nuevas generaciones están teniendo muchísimos más referentes que la mía, y eso que entre ambas solo hay una de diferencia. Es súper heavy cómo las cosas van avanzando, algo que se ve en TikTok. Si buscas ahí contenidos LGTBI, los encuentras. Incluso Disney o plataformas como Netflix se están atreviendo a contar historias que antes ni hubiéramos podido imaginar. Aunque lo nieguen, Luca, la película de Pixar, es una clara metáfora de una salida del armario. La cosa está arrancando...
¿Y tú te ves como un referente?
Hay muchas personas que me han dicho que para ellas he sido una gran ayuda. Como sigo teniendo el mismo discurso, alzando la voz y peleando por lo mismo, he contribuido a que mucha gente saliera del armario o a que se diera cuenta de que eran trans o bisexuales. Eso me hace muy feliz.
Te has alejado de YouTube... pese a los ingresos que te reportaba.
La gente se cree que los youtubers solo estamos haciendo vídeos, pero yo tengo otras actividades al margen y he ido invirtiendo en proyectos que me parecen interesantes. A veces me preguntan qué hago ahora: "¡Chiqui, pues cosas que no ves!" [risas]. Por eso me he ido de YouTube bastante tranquila, aunque mis fans me siguen viendo a través de Instagram.
¿Cómo es la vida lejos de la cámara y de la pantalla? ¿Ha sufrido más la homofobia en la calle?
Los únicos insultos homófobos que recibí fueron a través de internet, aunque en la calle toda mujer o persona con apariencia femenina ha sufrido el machismo. Y en Twitter, cada vez que escribo como activista, también… Sin embargo, no me importa ni me afecta, porque la opinión de esa gente tiene menos validez que la de una piedra.
Desde que no estoy en YouTube y elijo muy bien lo que muestro, tengo una mente muchísimo más sana y una paz interior inédita. Además de la terapia, que me ha ayudado un montón, desde que no me expongo tanto vivo muy tranquila. Fue sin querer, porque nunca me dije: "Dejo YouTube". Simplemente me planteé: "¿Me apetece? No". Pues ya está...
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