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'La mujer del viajero en el tiempo', una historia de amor a través del tiempo y a pesar de él

El guionista de ‘Doctor Who’ y ‘Sherlock’ convierte en serie una historia de amor atípica que tenía en mente desde que leyó la novela

Rose Leslie y Theo James en 'La mujer del viajero en el tiempo'.
Rose Leslie y Theo James en 'La mujer del viajero en el tiempo'. HBO Max

Rose Leslie y Theo James se convierten en los personajes que Rachel McAdams y Eric Bana interpretaron en el cine en 2009 y que nacen de la imaginación de Audrey Niffenegger, autora de La mujer del viajero en el tiempo (2003). Una novela que fascina a Steven Moffat y que, tras coquetear con ella en Doctor Who, ha hecho suya para convertirla en una serie. Su versión, adaptada con pulso firme para la televisión y que se estrena este lunes en HBO Max, profundiza en la relación desordenada de Clare Abshire y Henry DeTamble, una artista y un bibliotecario viajero en el tiempo.

Fueron varias las veces que, a lo largo de la conversación mantenida con varios medios internacionales, tanto Leslie como James hicieron mención a la calidad del guion del piloto escrito por Moffat. "Muy rico en detalles", para ella. "Una obra maestra", para él. La tarea del guionista de títulos de culto como Doctor Who y Sherlock no era sencilla. Por un lado, por la presión de adaptar una novela tan popular. Por otro, por las arenas movedizas de esos encuentros entre la versión más adulta de Henry y la versión infantil de Clare. Moffat ataja el asunto pronto y pasa a otra cosa. Cuenta que solo se lanza cuando ante una historia piensa: "Esta puedo hacerla, sé cómo hacerla, sé cómo hacer que funcione en televisión". Aunque, añade, "a veces te equivocas". En este caso, además, conocía a la perfección desde hacía mucho el material de partida.

"Leí el libro hace mucho tiempo, probablemente en 2005. Estaba en Australia. Hice un episodio en Doctor Who, The Girl in the Fireplace", explica en una entrevista virtual con otros medios. Después, ante la obviedad de que le gustaba la novela, llegó la sugerencia de hacer una versión para la televisión y "la conversación comenzó en 2017". Han pasado cinco años y la serie se estrena este lunes en HBO Max. David Nutter, que dirige la temporada, cuenta que en cuanto leyó el guion pensó que era "la historia de amor que me gustaría enseñar a mi esposa", fallecida en 2019 como él mismo recuerda. ¿Por qué llegó a esa conclusión? Porque, promete al espectador, "es una historia que se queda en tus huesos, en tu cuerpo y no te abandona".

A lo largo de sus seis episodios la serie compone y descompone una relación regida por la capacidad de viajar al pasado y al futuro de Henry. Para él, como explica Nutter, lo suyo no es una habilidad, sino que "es una discapacidad, porque no tiene control sobre ello". En pantalla se aprecian las diferencias más allá de los cambios físicos (pelo, arrugas, vestuario) en la forma de andar, de hablar, de comportarse… Y para ayudar al espectador a no perderse entre tanto ir y venir de Henry en el tiempo cruzándose con distintas versiones de Clare, pero también suyas, la edad de cada personaje aparece visible en pantalla al comienzo de cada escena.

Con estas pistas no hay pérdida a la hora de seguir la narración, pero sí da qué pensar sobre la complejidad de contar una historia como esta y cuál es el proceso para decidir, en la escritura, qué contar y cuándo en cada capítulo para que al final todo encaje y tenga sentido. Cabría imaginar la existencia de una pizarra enorme llena de anotaciones y flechas por todos lados. Moffat, con mucho humor, contesta tajante ante esta imagen que nunca jamás ha hecho eso. "Mi regla en los encuentros de guion o las sesiones de ideas es esta: si necesitas anotarlo para recordarlo, no es suficientemente bueno. No olvidas las cosas buenas (…) Las cosas buenas son memorables. Así que no… (…) Es mi regla. También es que no puedo leer mi propia letra", bromea tras revelar una de las claves de su forma de trabajar.

Moffat comenta también que a la hora de adaptar su "preocupación" y su "miedo" es "hacerlo de manera apropiada para la televisión". Explica que puede pasar que se elija un libro, se adapte y el resultado no sea nada televisivo. Él trata de "darle al libro formato de televisión". Y eso a veces implica contar las cosas de manera distinta a como fueron escritas y leídas sobre el papel. Pone como ejemplo la escena del corte del pelo de Henry, que difiere en pantalla de lo contado en las páginas escritas por Niffenegger y que trasladado tal cual a la serie no habría funcionado igual. Su respuesta ante las posibles reacciones contrarias a estos u otros cambios suele ser que "no estoy corrigiendo el libro, estoy haciendo que funcione en un terreno distinto". En el caso de la mencionada escena, lo consigue.

Amor, tragedia y viajes en el tiempo

La mujer del viajero en el tiempo es una historia de amor poco usual, en la que las cosas pasan de una manera desordenada. La primera vez que Clare ve a Henry no es la primera vez que Henry ve a Clare. Como tampoco sus primeras veces en otros terrenos se producen al mismo tiempo. Es parte del ADN de una historia que, en palabras de Theo James, "va de que el amor transciende la idea del tiempo". Que tenga cierto aire de tragedia no evita que haya humor. Pese al drama que lo salpica todo, se permite respirar de vez en cuando dejando entrar a la "esperanza" y a algunas situaciones cómicas protagonizadas por algunas de sus versiones más distantes.

En palabras de su creador, lo que ocurre con La mujer del viajero en el tiempo es que pone de manifiesto, de alguna manera, que "el tiempo es el enemigo del amor. No se cuentan mucho este tipo de historias. Quizá sí se necesita ciencia ficción y fantasía para esta historia, pero, honestamente, todas las historias siempre tienen imaginación. Nunca es solo el mundo real. Es el mundo real más ‘¿qué pasaría sí…?’ Siempre, incluso si no es ciencia ficción".

El guionista, experto en escribir sobre viajes en el tiempo y gran aficionado al género, considera que el hecho de que este tipo de historias gusten tanto se debe a que a las personas "nos encantan los lugares, anhelamos los lugares y pensamos en los lugares a los que no podemos ir. No podemos ir al pasado, incluso a ayer, ni cinco minutos antes, no puedes volver a esta mañana (…) Los seres humanos somos exploradores y si le dices a alguien que no puede ir, lo imagina. Podemos ir al futuro lejano, podemos ir al futuro cercano, pero tenemos que hacerlo despacio, día a día. El pasado es irrecuperable. Es una fantasía básica humana (… ). Se trata de eso, de viajar a sitios donde sabes que no irás nunca".

Los viajes que propone esta serie han hecho que Rose Leslie y Theo James se enfrenten al reto de interpretar a un mismo personaje en distintas etapas de su vida con una diferencia de edad considerable. Para Rose su versión favorita (y le sorprendió que fuese esa) resultó ser la adolescente: "No pensaba que ese sería el caso. Definitivamente me ayudó tener extensiones en el pelo y jugar con él…, dar forma a una Clare más joven e inmadura. Disfruté la inseguridad que viene con esa edad, y la escritura de Steven… Me sorprendió". James, por su parte, se decanta por "la variación más mayor de Henry" porque es un tipo “sardónico, de sonrisa fácil pero pensamientos tranquilos. Había una descripción en uno de los guiones que lo describía como una versión plateada de Henry Fonda. No hice eso, fallé en ese aspecto, pero me encanta esa imagen”.

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