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Toys para niños grandes, creativos y urbanos

Diseñadores, grafitteros y dibujantes de cómic convierten los muñecos de vinilo en objetos fetiche, encumbrándolos a la categoría de iconos de la moda urbana.

ISABEL REPISO

Los Art Toys arrasan. ¿La prueba? Su reciente irrupción en el mundo publicitario de la mano de Opel. El anuncio es un síntoma más de la fiebre por estos fetiches. Todo empezó hace cinco años, con la creación de To-Fu Oyako, un muñeco que causó furor en Japón y no tardó en exportarse a Estados Unidos. 'Entonces, había dos personas dedicadas al mercado del Art Toy en España', recuerda Miriam Fabregas, de la distribuidora Vallery.

En la actualidad, el sector nacional es mucho más nutrido, con una red de canales comerciales y un público que los colecciona. 'Su consumo está muy vinculado a la moda urbana y en su mayoría lo componen diseñadores, graffiteros y dibujantes de cómic', matiza.

En España, destaca Dkillerpanda, con seis modelos basados en personajes terroríficos. 'Nuestros clientes son góticos, amantes del género de terror y gente que se dedica al diseño gráfico', apunta Carlos Jiménez, padre de las criaturas.

El concepto que subyace al Art Toy es bastante simple: se diseña un soporte y se invita a un puñado de artistas a que lo personalicen.

Cabezones cuadrados 

Para celebrar su quinto cumpleaños, To-Fu Oyako lanzó este año una serie con los diseños de Noriya Takeyama (Natural To-Fu), Shinichiro Kitai (Emi To-Fu), Aki Kondo (Niku To-Fu) o Mori Chack (Gloomy To-Fu). Todos ellos tienen en común un cabezón cuadrado, a modo de tofu, unido a un cuerpo similar al de un playmobil, pero su estética es completamente diferente en función del modelo. Su precio ronda los 10 euros.

Bajo el mismo concepto, la marca HK Toy2r ha lanzado un modelo (Bear-Qee) sobre el que ha trabajado el artista neoyorquino Dalek, con series para Japón y Reino Unido.

La acogida de estos muñecos es tan positiva que incluso el ilustrador de cómics Jamie Hewlett ha creado una réplica de los dibujos que aparecieron en los videoclips de Gorillaz. Su colega de profesión James Jarvis ha hecho lo propio para la marca Amos. En este caso, su criatura se llama Leon y secaracteriza por una camiseta de la casa discográfica Silly Thing de Hong Kong.

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