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Women Make Film La historia del cine como nunca te la habían contado: con mujeres

El director y crítico cinematográfico Mark Cousins reivindica en 'Women Make Film' la historia del séptimo arte a través de los hallazgos fílmicos de algunas de sus mejores directoras. Un documental cuyo metraje supera las 14 horas. 

Un instante en 'Women Make Film'.- AVALON

Los números de este proyecto apabullan: 13 décadas, 5 continentes, 700 películas, 183 directoras, más de 14 horas de metraje… El director y crítico cinematográfico Mark Cousins ha querido reivindicar en Women Make Film (Las mujeres hacen cine) la presencia de la mujer en el cine; un recorrido por la historia del séptimo arte a través de algunas de sus mejores directoras. Lo ha hecho como acostumbra, meticuloso hasta la extenuación, consciente de que ese “rectángulo anárquico y andrógino” que es la pantalla de cine oculta mucho talento que quedó injustamente fuera de plano.

Women Make Film es, según se mire, la cara b de otro proyecto –también enciclopédico– que estrenó en 2011 bajo el académico epígrafe de The Story of Film: una odisea. Un festín cinematográfico, a caballo entre la arqueología y la divulgación, en el que pasaba revista en imágenes a la historia del cine en 15 episodios de una hora de duración. Regresa ahora, tras escrutar La mirada de Orson Welles (2018), con un proyecto de enjundia similar en el que analiza aspectos como la presentación de personajes, el encuadre, el trávelin, la puesta en escena, el montaje o el primer plano.

“Es como una historia del cine pero atendiendo a su lenguaje, poniendo el foco en todos esos hallazgos fílmicos que hasta ahora sólo conocíamos a través de los directores”, apunta la realizadora levantina María Antón, presente en la proyección de la primera parte del documental que la Cineteca, a modo de aperitivo, organizó este martes antes de dar paso a las 5 sesiones que tendrán lugar el 26, 27, 28, 29 y 30 de noviembre en la misma sede madrileña. Una clase magistral de hechuras maratonianas en la que son ellas las que imparten materia.

Es precisamente el rigor que le confiere la teoría lo que hace de Women Make Film una obra honesta, que rehúye de enfoques victimistas y donde la labor de la mujer se celebra y se reivindica, en lugar de lamentarse. “Mantiene un discurso aséptico, le pone nombre a lo que no lo tenía simplemente porque no existía, rescata a muchas autoras de ese anonimato y nos dice: este comienzo de peli me encanta y significó mucho para mí, ¿por qué nadie lo ha visto?”, prosigue Antón.

“La reflexión crítica llega luego y llega sola”, apunta la cineasta madrileña Amaya Villar, también presente en la proyección. “Un planteamiento victimista de la Historia del cine nos haría un flaco favor como directoras porque es algo que genera cierto rechazo, por eso creo que este planteamiento neutro de Cousins hace que mucha gente se dé cuenta de todo lo que nos hemos perdido durante tanto tiempo por el simple hecho de que el canon establecido es una cosa de hombres”, remata Villar.

Por tanto ni exclusión, ni victimización. Cousins pone el foco en sus hallazgos, en sus desafíos a la ortodoxia e innovaciones técnicas. Es de ese modo –quizá el único posible– en el que la autoría es abordada como lo único que importa aquí; como la labor de una cineasta que trata de expresar su particular visión del mundo. “Te habla de Murátova [directora moldava fallecida el año pasado] y de su potente lenguaje de ensoñación y no puedes evitar acordarte de Lynch, y de cómo su técnica es la que parece haberse perpetuado bajo el término lyncheano”, apunta Antón.

Por último, la mirada. El modo en que nos aproximamos a las historias y las acotamos en función de lo que somos. La obra de Cousins elude la importancia del género y aboga por la dictadura de la imaginación. De lo contrario, estaríamos aceptando que por el simple hecho de ser mujer u hombre deberíamos estar haciendo un cine u otro. “No se trata tanto de tener una mirada femenina o masculina, sino de sensibilidades o de respeto hacia lo que se quiere contar, esa distinción entre hombres y mujeres me parece como volver al siglo pasado”.

En esa tierra de nadie se mueve Cousins en Women Make Film, la voz y la imagen de Tilda Swinton como narradora enfatizan esa androginia que evidencia el sinsentido de los estereotipos. Desdibujar esa frontera de género, impugnar la etiqueta que nos dice que el cine hecho por mujeres debe ser intimista y el de hombres rebosante de acción, es otra de las vetas de la cinta que nos ocupa. “Cuando estudiaba cine –recuerda Amaya– todos mis compañeros querían ser Tarantino, nadie quería ser Jane Campion [la directora de El Piano], pero es que esa frontera que nos viene a decir que la mujer tiene que hacer cine documental o social no tiene por qué existir, nos encasilla”.

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