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Alonso se queda sin motores nuevos

El F10 del asturiano exprimió en Monza su última bala

ÁNGEL LUIS MENÉNDEZ

Apagado el griterío de los tifosi, eufóricos tras la victoria de Fernando Alonso el domingo en Monza, el español tendrá que aguzar el oído y escuchar cada susurro proveniente de su Ferrari. Cuando quedan cinco carreras para el final de la temporada, Alonso utilizó en el G. P. de Italia el último motor nuevo del que puede disponer sin penalización.

Según el reglamento, cada piloto cuenta con un máximo de ocho propulsores para afrontar los 18 grandes premios del Mundial, incluidos los correspondientes entrenamientos libres (viernes) y oficiales (sábados) de cada una de las citas. A partir del noveno motor, el coche afectado pierde diez posiciones en la parrilla cada vez que monta uno nuevo.

A partir del noveno motor, el piloto pierde diez puestos en la parrilla

De los cinco candidatos al título, Alonso es el único que deberá afrontar la recta final sin red. Es al que menos propulsores le quedan, seis, y todos ellos usados. Son las consecuencias de aquellos quince aciagos días de abril, cuando en Malasia y China rompió consecutivamente los dos motores que le faltan. Los caprichos del calendario dictan que el circo de la F1 regresa a Asia, continente donde se decidirá el Mundial con un único paréntesis, el G. P. de Brasil. Un nuevo abandono sería fatal.

Webber ha roto un motor (G. P. de Turquía) pero, a cambio, guarda con celo dos flamantes propulsores sin desembalar. Es decir, afronta las cinco citas decisivas con una doble garantía de repuesto, algo que ningún otro posee. A Hamilton, Button y Vettel sólo les queda uno. Eso sí, los tres disponen de otros siete ya usados con los que pueden jugar en los entrenamientos y preservar las mecánicas menos castigadas para las carreras.

Excepto el de Singapur, cuya condición de circuito urbano le hace menos exigente para la mecánica de los bólidos, los cuatro trazados restantes Yeongam (Corea) Suzuka (Japón), Interlagos (Brasil) y Abu Dhabi sí castigan los motores.

En 60 años de F1, nunca el quinto clasificado estuvo a un triunfo del líder

Los cinco primeros pilotos del Mundial deberán manejar con mimo sus bólidos y tirar de calculadora. Jamás en los 60 años de historia de la F1 hubo tanta igualdad a sólo cinco carreras para el final. A esas alturas, nunca el quinto clasificado estuvo a una sola victoria del liderato. En 2010, se junta la tremenda igualdad y el nuevo sistema que otorga 25 puntos al ganador de cada carrera. Como quiera que Webber le saca 24 puntos a Vettel, los 125 que faltan por asignar darán mucho juego.

Esa brutal competencia también permite a los afectados barajar otros supuestos sin arriesgar, de momento, más de la cuenta. 'Para ser campeón, necesito dos victorias y cuatro podios', aventuró Alonso antes de Monza. Según sus cuentas, le faltan un triunfo y cuatro cajones. Y sin un solo motor nuevo.

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