Este artículo se publicó hace 15 años.
El árabe de Segunda B
Modestos con historia: Tariq Spezie
Sin la parafernalia asidua que marca el fútbol profesional, un descenso al paradigma del fútbol modesto, la Segunda B ejemplifica el día a día que enorgullece a los proletarios del balón. Entre ellos, un delantero con raíces árabes, Tariq, está mostrando, a base de goles, la pauta que, muchos siglos atrás, perpetuaron sus predecesores durante más de 700 años. Con el carácter errante de los suyos, ha cincelado un currículum que le sostiene entre la flor y nata de la categoría. Hoy en las filas del Puertollano.
"Pudo ser la oportunidad de mi vida, pero al final no se cerró". Lo cuenta Tariq Spezie Sevilla (21-6-1980, Emiratos Árabes), un goleador con pedigrí que llegó a soñar con salir del fútbol modesto. "Vino un jeque árabe a Águilas hace tres años, donde jugaba entonces, pero al final no se cerró el traspado. Era del Al-Ain, un equipo importante de allá". Varias veces ya le habían visitado. Incluso se había hablado de la posibilidad de nacionalizarle y formar parte de su combinado nacional: "No salió. No quiero darle más vueltas aunque todos queremos mejorar" ratifica Tariq.
Nació en Emiratos Árabes; los dejó por el miedo a la guerra Irán-IrakAhora justifica su presente ajusticiando las porterías contrarias. Su historia se remonta a principios de la década de los ochenta, en el Golfo Pérsico. "Nací en Sharjah (Emiratos Árabes), como mis hermanos mayores, Omar y Nura, pero estuve poco tiempo en ese país. Mis padres estaban trabajando allí y volvieron con rapidez para Italia, de donde era mi padre. No tengo, siquiera, la nacionalidad".
La causa fue el inicio, tres meses después de su nacimiento, de la guerra entre Irán e Irak, que sacudió los cimientos de la zona desde 1980 a 1988,: "Aunque no era en el país en el que estábamos, mis padres se asustaron y decidieron salir rápidamente de allí. Desde entonces no he vuelto a los Emiratos Árabes. No tengo recuerdos de donde nací".
La siguiente parada fue Verona, en Italia. "Estuvimos cinco años. Lo que me queda de Italia es el pasaporte y la fluidez en el lenguaje; lo hablo perfectamente". Y rápidamente, España, el país de su madre, nacida en Pedro Muñoz (Ciudad Real), como Juande Ramos. "Primero en Arenys de Mar y después en Malgrat. Ahí empiezo a jugar al fútbol en categorías inferiores. Pero hasta juvenil no me lo empiezo a tomar en serio. Fue en el Vilobí, un equipo de Girona".
Y ahí empezó su vida de nómada: Valladolid (llegó a debutar con el primer equipo, junto a Caminero y Eusebio), Espanyol B, Lleida, Cacereño, Palencia, Sabadell, Águilas y, ahora, Puertollano. "Cada uno debe buscarse las castañas como sea. Es mi trabajo, voy donde me quieren".
Este año, Tariq ha encontrado un rato de popularidad. Y no por los 15 goles que le encumbran como el máximo goleador de su grupo. En el Partido contra la Pobreza de hace unas semanas en Fez (Marruecos), Tariq jugó en el equipo amigos de Ronaldo e hizo dos goles. Ante 60.000 personas. "Fue un sueño pero ya está. Ahora debo centrarme en el Puertollano".
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