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La balanza de Messi y Cristiano

Su olfato goleador desequilibra cualquier duelo. El argentino, con 44 goles en la temporada, amenaza los 18 de Di Stéfano en los clásicos. El luso lleva 10 en 2013

EFE / PÚBLICO

El clásico se ha convertido en una batalla directa entre los dos mejores futbolistas del planeta. Una ocasión única para discutir cara a cara su prevalencia y para demostrar que cada uno aporta a su equipo la excelencia y la capacidad goleadora necesaria para decantar la balanza hacia su lado.  

Ambos llegan en un momento exquisito. Un póker, suscrito por Leo Messi ante Osasuna, y un triplete, rubricado por Cristiano Ronaldo contra el Getafe, estimulan el partido de esta noche. El argentino y el portugués sacian a base de goles cada jornada. Cada envite. Cargados de números y también de razones alientan el primero de los retos de la semifinal copera.

Ambos lideran a cada equipo. Reflejan el estado, la posición y el ánimo a base de guarismos brutales susceptibles de ser convertidos en añicos en el siguiente ejercicio. En el primer encontronazo entre ambos tras la designación del último Balón de Oro, que volvió a coronar a Messi y a dejar un plano por detrás a Cristiano, el dúo coincide en el Bernabéu con la pólvora cargada y la amenaza lista.

Leo Messi se apuntó un póker el domingo. Ante el Osasuna en el Camp Nou, para mantener al Barcelona en la cima de Primera, asentado en un trayecto intachable a una distancia sideral del resto de aspirantes resignados. El argentino llega al Bernabéu con 44 goles a sus espaldas. 33 en la Liga; cuatro en la Copa del Rey y cinco en la Liga de Campeones, a los que hay que sumar los dos de la Supercopa. Una media de 1,29 goles por partido.

La 'Pulga' respondió de esta forma al triplete conseguido por la mañana por Cristiano Ronaldo ante el Getafe y sigue engordando con su enorme voracidad sus increíbles estadísticas: esas que dicen que lleva once jornadas consecutivas marcando y que esos 33 goles en el presente curso elevan a 202 los tantos sumados en esta competición en toda su carrera. 

Messi tiene esta noche un nuevo reto. Alcanzar o incluso superar los 18 goles de Di Stéfano en los clásicos. El argentino de Barça lleva 17 en los 23 partidos que ha disputado ante el Real Madrid. 

El luso está lejos del argentino. Once goles por debajo. Messi ha sumado en Liga los mismos tantos que Cristiano Ronaldo acumula entre todas las competiciones: 33. El triplete ante el Getafe ponen la cifra del portugués en la Liga en 21 goles en los veinte partidos que ha jugado. Además, ha dado al Real Madrid cuatro en la Copa del Rey y dos en la Supercopa y seis más en la Liga de Campeones. Su balance personal en los clásicos se salda con diez goles marcados al eterno rival.

Más allá del clásico, del futuro en juego tanto para el Barcelona como para el Real Madrid, relumbra el duelo particular, estelar, entre Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, cabecillas absolutos y amparo de ambos equipos, condenados a encontrarse en la puja por cada meta.

Messi y Cristiano van a su aire. Al margen. Llevan ambos su propio ritmo. Números diferentes, récords históricos que rebasan, acaparan o comparten. Transitan a una velocidad distinta que el resto y en su empeño arrastran a los intereses globales de sus propios compañeros. El argentino y el portugués siguen sometidos a su personal competencia. Con las hostilidades despiertas, acentuadas por los colores antagónicos que resguardan.

Messi es el alma azulgrana. El que desatasca en las escasas ocasiones en las que la maquinaria azulgrana no encuentra el ritmo. Está al margen del alrededor. De si es Pep Guardiola, Tito Vilanova o Jordi Roura el que está en el banquillo. Acumula números brutales y no vuelve la cara en las grandes ocasiones, donde se crece.

Hace tiempo ya que Messi es el rey. A sus 25 años asume la supremacía mundial. Un debate que dejó sin cuestión para abrir la discusión sobre el mejor de la historia. Messi siempre da la cara. El cuádruple ganador del Balón de Oro hizo suya también la Bota de Oro, que heredó de su rival, Ronaldo. El luso se quedó sin premio individual para iluminar sus méritos. Ronaldo se resiste a estancarse a la sombra del argentino.

Ronaldo, que afronta también de cara las grandes citas, se agarra, igual que el Real Madrid, a las Copas, del Rey y de Europa, para dar aire a una temporada que se ha desarrollado torcida.

Cristiano Ronaldo, además se estimula en los clásicos. Fue precisamente en la final de la Copa del Rey de hace dos años donde el portugués salió airoso y rompió el maleficio que se le achacaba. Llegó y determinó con el gol del triunfo en un partido magno. Su papel ha crecido en los posteriores choques contra el conjunto azulgrana. Dio el triunfo al Real Madrid en el Camp Nou en la Liga pasada y la Supercopa del inicio de campaña. Con sus últimas exhibiciones su liderazgo en el Madrid es indiscutible. Tanto por parte del vestuario como el que le brinda la grada del Bernabéu. Solo pretende que eso se termine reflejando en una mejora en su contrato. De momento, méritos sobre el césped ha hecho de sobra.

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