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El Barça se prohíbe llorar

Guardiola no quiere más lamentos ni que nadie le siga el juego a Mourinho

RUT VILAR

Saldados los últimos cuatro días con un duro empate ante el Espanyol y una dolorosa derrota frente al Inter, Guardiola mandó ayer a sus jugadores a casa, a pasar la resaca en familia. Desea el técnico que sus hombres conviertan la rabia acumulada, tanto por la actuación del colegiado en San Siro como por el comportamiento de Mourinho durante el partido y sus declaraciones al terminar, en un valor positivo que los ayude a sobreponerse al golpe. A partir de hoy, y aunque el de Santpedor se permita la licencia de decir que sólo existe el Xerez de Gorosito el próximo rival del Barça en la Liga, la plantilla azulgrana se prepara ya para protagonizar otra noche mágica en el Camp Nou.

Pep no está dispuesto a permitir más lamentos. 'Sabemos que vamos a estar muy solos hasta el final', proclamó hace unos meses. El martes, en Milán, fue Puyol quien repitió palabra por palabra la sentencia del preparador. En el vestuario culé se impone más que nunca el 'persistiremos' voceado por Guardiola, quien ahora deberá de hacer equilibrios para que el miércoles un exceso de carga emocional no perjudique a su equipo.

Tras el golpe, los jugadores del Barça sólo piensan en una noche mágica

El entrenador no esconde cierta preocupación por cómo llega el Barça a la recta final del campeonato. La zaga sufre en demasía las lagunas defensivas de Alves, que Piqué, en un estado de forma pletórico, y Puyol intentan cubrir como pueden. Cosa que no siempre consiguen.

Delante, tras 15 días sin poder realizar un entrenamiento al completo, a Ibrahimovic, por su constitución, le está costando recuperar el tono. El sueco fue sustituido en San Siro y, a pesar de que al equipo le faltaba gol, Guardiola optó por dar entrada a Abidal y avanzar la posición de Maxwell al extremo. Mientras Messi se quedaba solo como única referencia arriba, Henry y Bojan esperaban turno en el banquillo.

Así las cosas, el encuentro ante el Inter evidenció que, para un partido de los denominados grandes, como el del martes, el de Linyola no transmite la suficiente confianza al técnico. En cuanto a Henry, el duelo de San Siro pareció confirmar su prejubilación. Con Xavi, Pedrito y Messi como únicas referencias de medio campo hacia adelante, el Barcelona echó también en falta la mejor versión del lesionado Iniesta.

Pep evidenció en Milán que ya no cuenta con Henry y ve a Bojan verde

Aún así, los precedentes ante Ipswich Town, Anderlecht, Göteborg, Dinamo de Kiev y Chelsea permiten soñar a la hinchada azulgrana. Los jugadores, indignados por la sorprendente presencia de Figo portugués como los colegiados y embajador del Inter en el banquillo nerazzurro el martes, recuerdan también que con el 2-0 que endosaron a los italianos en la liguilla, el Barça estaría en la final del Bernabéu. La conjura por la remontada ya ha empezado.

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